?D¨®nde est¨¢ el 'zar' de la seguridad?
Como zar de la seguridad, Tom Ridge estaba llamado a ser la cara visible de los sistemas de espionaje estadounidenses y el gran coordinador de los esfuerzos antiterroristas. Cuando jur¨® su cargo como jefe de la reci¨¦n creada Oficina de Seguridad del Territorio, el pasado 8 de octubre, George W. Bush dijo que Ridge asum¨ªa una responsabilidad 'inmensa' y que el pa¨ªs deb¨ªa sentirse 'm¨¢s tranquilo' al contar con ¨¦l. Pero la imagen del ex gobernador de Pennsylvania, ex veterano de Vietnam y graduado en Harvard, republicano moderado, pol¨ªtico s¨®lido y popular y amigo personal de Bush, se ha diluido mes a mes.
Tom Ridge aparece hoy como otro alto funcionario, uno m¨¢s, en una Casa Blanca llena de personajes con m¨¢s poder y relevancia. El problema de Ridge es la vaguedad de su cargo. T¨¦cnicamente, es s¨®lo un asesor. Cuando el Senado, hace dos meses, le cit¨® para que compareciera ante el Comit¨¦ de Inteligencia, Bush le prohibi¨® hablar con los parlamentarios. La justificaci¨®n de la Casa Blanca fue que Ridge no ocupaba un cargo oficial y legalmente supervisado por el Congreso, sino un puesto similar al de jefe de Gabinete, es decir, subordinado al propio presidente.
El supuesto zar de la seguridad carece, por otra parte, de presupuesto propio y cuenta con s¨®lo ocho colaboradores, 'prestados' por los servicios generales de la Casa Blanca. Con esa infraestructura dif¨ªcilmente puede medirse con Donald Rumsfeld, secretario de Defensa y responsable del espionaje militar, y con Robert Mueller y George Tenet, directores del FBI y la CIA, cuyos recursos son casi ilimitados.
El trabajo de Tom Ridge se desarrolla de forma muy discreta. Seg¨²n Ari Fleischer, portavoz presidencial, ¨¦l es quien coordina al FBI, la CIA y el Pent¨¢gono para que no se repitan los errores previos al 11 de septiembre. Algunos comparan su funci¨®n real con la de un fusible: en caso de nuevos atentados, Ridge podr¨ªa ser el perfecto chivo expiatorio.
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