Los sesenta a?os de un imprescindible

Al cumplir 60 a?os, Tom¨¢s Marco ha recibido m¨²ltiples homenajes en Espa?a y fuera de ella. El compositor madrile?o, de origen navarro, se alz¨® desde muy joven como una pieza imprescindible en nuestro panorama como creador, cr¨ªtico, promotor e intelectual. La tarea de Tom¨¢s Marco junto a sus mayores y sus menores ha sido definitiva: discurri¨® por las v¨ªas de una inteligencia en movimiento y una voluntad incansable en dar a conocer a nuestros autores y, en tantas ocasiones, estudiarlos y explicarlos.

Este homenaje de ahora, lanzado en Alcoy por otro compositor y ense?ante tambi¨¦n imprescindible como es Javier Darias y repetido en Murcia, Valencia, Madrid y Bruselas, ha convocado a muchos interesados por la creaci¨®n art¨ªstica de hoy y a casi toda la clase musical.

Si Alcoy recibi¨® en la conferencia de Garc¨ªa del Busto, en Madrid hemos tenido el concierto del estupendo clarinetista alcoyano Eduardo Terol y la pianista murciana Pilar Valero. En ¨¦l dedicaron sus obras a Marco cinco destacados representantes de la generaci¨®n de 1961 y de 1946 -la del homenajeado-. Arioso, de Jacobo Dur¨¢n L¨®riga, sobrio y en algo l¨ªricamente posmoderno; Jos¨¦ Mar¨ªa S¨¢nchez Verd¨², en Schattenteather, nos depar¨® con criterio y realizaci¨®n seguros la sorpresa de algo distinto; a Zulema de la Cruz le basta y sobra una danza para reafirmar su magisterio; Javier Santacreu nos trajo concentradas las luces del Alba y Pilar Jurado canta siempre su m¨²sica 'como el p¨¢jaro en la rama'.

Despu¨¦s, cuatro piezas de Marco escritas para piano y clarinete o para piano solo entre 1971 y 1992, tan distintas como la Sonata aureola del alba; Sole¨¢, ecos nuevos del jondo; Hoquetus o Jetzteit, ligada al pensamiento de Walter Benjamin. Versiones de gran m¨¦rito y clima de adhesi¨®n, solidaridad y sincero homenaje al hombre, al artista y a su obra.