?En busca de libertad o de trabajo?
A diferencia de Holanda o Francia, el problema en el Reino Unido no es la inmigraci¨®n, sino los refugiados
Tony Blair ha declarado la guerra a la inmigraci¨®n ilegal. Su gran problema son los demandantes de asilo que llegan al pa¨ªs por tierra, mar y aire y que han hecho calar la idea de que, m¨¢s que asilo, lo que buscan es trabajo. Pero, aunque Blair apela a la mano dura para atajar el problema, los datos del Gobierno invitan a la prudencia antes que a sacar conclusiones dr¨¢sticas. El a?o pasado hubo menos peticiones de asilo que el anterior. Y las cifras de este a?o, aunque se?alan un ligero aumento, demuestran que los demandantes vienen sobre todo de pa¨ªses en los que hay conflictos pol¨ªticos.
A diferencia de Francia u Holanda, el problema en el Reino Unido no es la inmigraci¨®n, sino los refugiados. Los brit¨¢nicos, pragm¨¢ticos por excelencia, saben que necesitan inmigrantes para mantener el ritmo productivo del pa¨ªs y sostener su sistema de pensiones. Los empresarios quieren mano de obra extranjera para contener los salarios. Y el ciudadano medio hace ya tiempo que prefiere que la basura la recojan los de fuera. El Gobierno aprob¨® el a?o pasado un marco legal para facilitar la llegada de mano de obra cualificada para sectores de alto valor a?adido. E intenta tambi¨¦n regular la llegada de trabajadores poco cualificados, esenciales para mantener la competitividad en sectores como la agricultura, la construcci¨®n y la hosteler¨ªa.
El problema para el Gobierno de Tony Blair son los demandantes de asilo, descritos por los tabloides como unos parias que quieren abusar de las ayudas a los refugiados o quedarse en el pa¨ªs trabajando como ilegales. Sin embargo, las cifras difundidas por el Ministerio del Interior se?alan que las cosas no son tan simples.
Pese a las espectaculares im¨¢genes que peri¨®dicamente difunden todas las televisiones, mostrando a decenas de inmigrantes asaltando los trenes de mercanc¨ªas en Calais para llegar ilegalmente al otro lado del t¨²nel del canal de la Mancha, la situaci¨®n en el Reino Unido no es peor que en otros pa¨ªses europeos. En 2000, Gran Breta?a recibi¨® 98.900 demandas de asilo, convirti¨¦ndose por primera vez en el pa¨ªs con mayor n¨²mero de peticiones, por encima incluso de Alemania (78.565). Pero en 2001 el Reino Unido recibi¨® s¨®lo 88.300 demandas, casi las mismas que Alemania. Este a?o, pese a las apariencias, el aumento es modesto: en el primer trimestre se han recibido 19.520 peticiones, 730 m¨¢s que 12 meses antes.
En t¨¦rminos relativos ni alemanes ni brit¨¢nicos tienen la presi¨®n que se vive en otros pa¨ªses. En 2001, Austria recibi¨® 37 peticiones de asilo por cada 10.000 habitantes, una tasa muy superior a la de B¨¦lgica, Irlanda y Suecia (27), Dinamarca (23), Holanda (20), Luxemburgo (16) y, por fin, el Reino Unido, con una media de 15 peticiones de asilo por 10.000 habitantes. En Espa?a son 2.
'La gente cree que la mayor¨ªa de reclamantes de asilo no son genuinos y que s¨®lo vienen para tener una vida mejor', advierte Sarah Spencer, directora del departamento de Ciudadan¨ªa del IPPR, un think tank de centro izquierda. 'El debate est¨¢ polarizado entre las organizaciones que ayudan a los refugiados y que dicen que es gente que nos necesita, que tenemos que tratarles mejor, y la mayor¨ªa de la opini¨®n p¨²blica que est¨¢n convencidos de que eso no es verdad y que debemos ser prudentes'.
De nuevo las cifras reclaman un poco de prudencia antes de sacar conclusiones. Casi dos tercios de los 19.520 demandantes de asilo del primer trimestre de este a?o proceden de pa¨ªses en los que hay problemas pol¨ªticos, al margen de que los haya tambi¨¦n econ¨®micos: Irak (2.840 demandantes de asilo), Afganist¨¢n (2.350), Zimbabue (1.495), Somalia (1.295), Sri Lanka (1.240), China (915), Turqu¨ªa (650), Pakist¨¢n (645), Ir¨¢n (600) y Yugoslavia (580).
Pero, aunque las cifras indican que la presencia de refugiados no es m¨¢s densa aqu¨ª que en otros pa¨ªses, o sugiera que vienen m¨¢s por problemas genuinos de persecuci¨®n pol¨ªtica que por razones econ¨®micas, se ha convertido en un problema para el Gobierno. Tony Blair se ha puesto duro porque los tabloides y las televisiones llevan meses machacando el asunto y han hecho calar la sensaci¨®n de que los asilados son unos caraduras.
Algunas decisiones del Gobierno han ayudado poco a resolver la situaci¨®n. El anterior ministro del Interior, Jack Straw, estableci¨® un sistema de vales para comprar bienes de primera necesidad que fue un fracaso: los refugiados no hac¨ªan m¨¢s que ponerse en evidencia ante la poblaci¨®n local, que los ve¨ªa como meros aprovechados.
El actual ministro, David Blunkett, quiere construir campos de refugiados en varias bases militares en desuso en la campi?a inglesa, provocando la ira de los vecinos y las cr¨ªticas de los expertos. Y esta semana ha anunciado la deportaci¨®n inmediata de aquellos refugiados a los que se les niegue el asilo en primera instancia por considerarse su petici¨®n manifiestamente infundada. Podr¨¢n apelar la decisi¨®n, pero desde el exterior. El conflicto con Francia, pa¨ªs al que muchos ser¨¢n deportados, es seguro.
El campo de la discordia
Francia ha anunciado que incrementar¨¢ las medidas de seguridad en la su salida del t¨²nel bajo el canal de La Mancha con la instalaci¨®n de m¨¢s c¨¢maras de circuito cerrado y patrullas. Su objetivo es frenar la llegada de refugiados al Reino Unido que atraviesan el t¨²nel subi¨¦ndose a los trenes de mercanc¨ªas mientras ¨¦stos esperan estacionados en Calais, en el lado franc¨¦s del t¨²nel. El Gobierno brit¨¢nico acusa de todos sus males a su hom¨®logo franc¨¦s por no cerrar el campo de refugiados que la Cruz Roja tiene instalado en Sangatte, apenas a unos cientos de metros de la entrada del t¨²nel. Los refugiados duermen de d¨ªa e intentan el asalto al tren de noche. Es la v¨ªa elegida para llegar al Reino Unido por aquellos que no tienen papeles, o los que no tienen dinero suficiente para comprar un billete de avi¨®n, tren o transbordador, o los que saben que ser¨¢n rechazados. Un tercio de los demandantes de asilo pide refugio al llegar a la frontera de manera legal. Otros dos tercios lo hacen una vez en el pa¨ªs. Algunos entraron como turistas. Otros, como ilegales.
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