Una regularizaci¨®n accidentada
P¨¦rdida de documentos, detenciones y diferencias con las ONG marcan el final del proceso
El supuesto final del proceso de regularizaci¨®n de inmigrantes anunciado por el delegado del Gobierno, Francisco Camps, no ha servido para acabar con los problemas que se arrastran desde su inicio. Si Camps pensaba que con la rueda de prensa que ofreci¨® el 3 de mayo -que daba por concluido el proceso- hab¨ªa acabado con los problemas, reproches y obst¨¢culos con los que tuvo que lidiar su antecesora en el cargo, Carmen Mas, relacionados con la regularizaci¨®n, los hechos de las ¨²ltimas semanas le habr¨¢n servido para abandonar esta idea. Primero fueron las manifestaciones vertidas por la Mesa d'Entitas de Solidaritat amb els Inmigrants. En una comparecencia, negaron abiertamente que se hubieran estudiado y resuelto los 56.759 expedientes presentados en la Comunidad, como sostuvo Camps a principios de mayo. Las organizaciones no gubernamentales y sindicatos que integran la mesa denunciaron que a finales de la semana pasada quedaban en la provincia de Valencia unos 4.000 expedientes por estudiar y hasta 5.600 en toda la Comunidad.
El supuesto fin no ha servido para acabar con los problemas que se arrastran
Por estas fechas a¨²n no ha conseguido el permiso, por lo que no puede trabajar
Pero quiz¨¢s lo m¨¢s grave estaba por llegar. El viernes 24 de mayo, el delegado del Gobierno tuvo que reconocer que uno de los funcionarios de la Oficina de Extranjeros de Valencia, que depende directamente de la delegaci¨®n, hab¨ªa sido detenido bajo la acusaci¨®n de haber cobrado por la tramitaci¨®n de expedientes. Y la detenci¨®n, seg¨²n fuentes del caso, no parti¨® de la Delegaci¨®n, sino de la denuncia planteada por los presuntos estafados, que hizo saltar la alarma.
El episodio del funcionario detenido y el del choque de cifras son los dos ¨²ltimos coletazos que pueden servir para dar una idea de la falta de organizaci¨®n y de medios que ha caracterizado el proceso, como constantemente se han encargado de recordar entidades y sindicatos. Pero por debajo de ellos, se encuentran una multitud de peque?os incedentes -no tanto para quienes los han sufrido- que se han ido sucediendo a lo largo de los ¨²ltimos 10 meses.
Entre los casos m¨¢s reiterados est¨¢ el de las p¨¦rdidas de documentaci¨®n y entre estas v¨ªctimas se encuentra Marisol. En junio, algo m¨¢s de un mes antes de que finalizara el plazo para entregar expedientes, present¨® su documentaci¨®n completa. El mes siguiente, un funcionario llam¨® a la chica. Le comunic¨® que en la Oficina no encontraban sus documentos, por lo que deber¨ªa de volver a entregarlos. As¨ª lo hizo, y de nuevo present¨® el certificado m¨¦dico, el empadronamiento, fotos o el documento que demuestra la ausencia de antecedentes penales, entre otros. Pero en diciembre, otra vez lo mismo. Esta vez con el agravante de que documentos extraviados ya hab¨ªan sido presentados dos veces, por lo que volvi¨® a entregar una carpeta con la misma informaci¨®n. Finalmente logr¨® la regularizaci¨®n, aunque no se salv¨® de un peque?o rapapolvo. ?Porqu¨¦ nos has entregado tres carpetas con documentos si s¨®lo necesitamos una? le recriminaron cuando acudi¨® a la oficina para recojer su permiso.
Cualquier abogado que haya trabajado en el proceso de cuaquiera de los sindicatos o asociaciones que han colaborado con los inmigrantes conoce un buen n¨²mero de casos de p¨¦rdida de documentos, ya sea parcial o del expediente completo. Con estos precedentes, los inmigrantes o sus ayudantes evitan el mostrador y prefieren entregar a documentaci¨®n en mano. Pero para ello hay que pedir cita previa, un tr¨¢mite que puede alargar peligrosamente la entrega de documentos, hasta el punto de hacer peligrar el permiso. Es el caso de un ciudadano chino que ha preferido no identificarse al que faltaba el certificado de antecedentes en su expediente. El d¨ªa que fueron a entregarlo les remitieron a varias semanas m¨¢s tarde ante la cola que hab¨ªa. Lleg¨® la fecha, present¨® el certificado, pero el permiso ya estaba denegado. 'Qu¨¦ l¨¢stima. Si hubier¨¢is venido a semana pasada...' le coment¨® el funcionario.
El colapso de la oficina tambi¨¦n jug¨® en contra de Hicham. Primero present¨® en mayo una solicitud s¨®lo de residencia -al carecer de una oferta de trabajo-, que le fue concedida a finales de julio. En noviembre le surgi¨® una oferta de trabajo. Una vez con el permiso de residencia en el bolsillo, te¨®ricamente la tramitaci¨®n del de trabajo es m¨¢s r¨¢pida. No ha sido su caso. Por estas fechas a¨²n no tiene concedido el permiso, con el agravante de que no ha podido trabajar y que el contrato, al estar relacionado con la campa?a de la recogida de naranja, no le servir¨ªa. Ante la elevada demanda de las ofertas de trabajo, ha surgido un negocio relacionado con ellas. Tal es la posibilidad de enriquecerse, que se han creado sociedades limitadas fict¨ªcias, sin ning¨²n tipo de actividad, cuya ¨²nica funci¨®n es la de amparar la venta de contratos falsos.
As¨ª, entre retrasos, p¨¦rdidas de documentos, acumulaci¨®n de expedientes o recursos 'queda regularizaci¨®n para rato', seg¨²n las ONG que no dudan de que habr¨¢ casos que se alarguen hasta el a?o que viene.
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