Un compromiso con la libertad
Pramoedya Ananta Toer es un caso excepcional de fidelidad personal, de resistencia pol¨ªtica y de vocaci¨®n literaria. Su vida es un permanente combate por la libertad, primero contra los ocupantes japoneses, despu¨¦s contra los colonizadores holandeses y finalmente contra la dictadura impuesta por el general Suharto, que por cierto no ha sido juzgado todav¨ªa por ning¨²n tribunal internacional, pese a que, con la connivencia del llamado 'mundo libre' (y, singularmente, de Estados Unidos), es el responsable de un sangriento golpe de Estado y de uno de los mayores genocidios del siglo XX, que cost¨® la vida a varios cientos de miles de opositores y la prisi¨®n a otros varios cientos de miles, tal vez m¨¢s de un mill¨®n de sospechosos de discrepancia pol¨ªtica. Como una de las muchas v¨ªctimas del sistema de terror vigente en Indonesia, Pramoedya Ananta Toer fue confinado, sin ning¨²n tipo de juicio, en la terrible colonia penitenciaria de la isla de Buru, en las Molucas meridionales, donde, a pesar de unas condiciones de vida infrahumanas, fue capaz de escribir algunas de sus m¨¢s conocidas obras literarias.
LA JOVEN DE LA COSTA
Pramoedya Ananta Toer Traducci¨®n de Gloria M¨¦ndez Destino. Barcelona, 2002 282 p¨¢ginas. 14,65 euros
Antes de su encarcelamien
to, Pramoedya Ananta Toer hab¨ªa iniciado su carrera como escritor publicando algunas colecciones de relatos y sus primeras novelas, entre las que destacan, por un lado, Historias de Blora e Historias de Yakarta, y por otro, El fugitivo y La joven de la costa. M¨¢s tarde escribir¨ªa algunas novelas hist¨®ricas que tendr¨ªan siempre como marco el pasado de Indonesia, como fueron Marea cambiante (sobre el car¨¢cter insular de Indonesia), Arok y Dedes (sobre la llegada del hinduismo a Java en el siglo XI), Mangir (sobre la creaci¨®n del sultanato de Mataram, en el siglo XVI) y Torbellino (sobre la ca¨ªda del reino de Majapahit tambi¨¦n en el siglo XVI). Entre sus publicaciones se cuentan tambi¨¦n diversas antolog¨ªas de otros autores, pero sin duda su obra m¨¢s ambiciosa e importante es la que se conoce como tetralog¨ªa de Buru, compuesta con cuatro novelas: Tierra humana, Hijo de todos los pueblos, Hacia el ma?ana y La casa de cristal, un extraordinario fresco de la conquista de la independencia frente al dominio colonial de los Pa¨ªses Bajos. Finalmente, la Canci¨®n triste de un mudo es un testimonio estremecedor de la vida en la colonia penitenciaria de Buru y una de las m¨¢s bellas p¨¢ginas jam¨¢s escritas sobre la resistencia del hombre ante la tiran¨ªa y ante la adversidad.
En este contexto, la nueva obra de Pramoedya Ananta Toer, escrita en 1962 y traducida ahora por primera vez al espa?ol, es tambi¨¦n un libro de combate. No en el sentido de que aborde directamente, como en otros casos, la lucha pol¨ªtica a favor de la justicia y de la independencia, sino porque el contexto en el que se desenvuelve la historia de la joven de la costa y la propia actitud de la protagonista ante las situaciones dram¨¢ticas que vive permiten al autor desvelar las claves que perpet¨²an las m¨¢s abismales desigualdades econ¨®micas y sociales en el seno de la propia comunidad ind¨ªgena, que a su vez en su conjunto se encuentra sometida a la autoridad holandesa, cuya presencia aparece diluida y lejana pero siempre perceptible como la resaca de un mar invisible.
La novela nos relata una pr¨¢ctica habitual en muchas de las sociedades arcaicas orientales, en este caso la de Java a principios del siglo XX, que en alguna medida y con diferentes disfraces se ha venido prolongando hasta nuestros d¨ªas. Una joven de celebrada belleza debe acudir, con el forzado consentimiento de sus padres, a casa del bendoro o arist¨®crata local para ejercer el papel de esposa, es decir, de concubina, ya que se trata de un 'matrimonio pr¨¢ctico' o desvirtuado (al estilo del de Madama Butterfly), concebido como un enlace provisional hasta el momento en que el encumbrado marido, es decir, el due?o y se?or, decida el divorcio y la devoluci¨®n de la desposada, devaluada por la p¨¦rdida de la virginidad, normalmente despu¨¦s de haber dado a luz a un v¨¢stago, preferiblemente var¨®n.
?ste es el comienzo de una historia que contrapone dos modos de existencia muy diferentes. El mundo del palacio es lujoso y confortable, ordenado y silencioso, ritmado por la lectura del Cor¨¢n y la oraci¨®n del viernes en la mezquita privada. La vida de los pescadores es pobre y fatigosa, ruidosa y arriesgada, agitada por el trabajo cotidiano del mar y las canciones alrededor del fuego nocturno. Esta contraposici¨®n no entra?a, sin embargo, una construcci¨®n maniquea, porque la vida en palacio no es igual para el bendoro que para su concubina, sin contar con los criados, y porque el mundo de los pescadores no se pinta con los colores id¨ªlicos de la poes¨ªa buc¨®lica ni se traza con el aliento ¨¦pico que exalta a los h¨¦roes que libran una batalla diaria con el mar, sino que aparece asediado por la miseria, la suciedad, el analfabetismo y la sumisi¨®n. Aunque obviamente, el autor toma partido por los humildes: 'Por cruel que sea el mar es m¨¢s generoso que los nobles'.
Fiel a su estilo, Pramoedya
Ananta Toer presenta una narraci¨®n deliberadamente sencilla, una secuencia lineal de los acontecimientos. El pensamiento avanza con fluidez pero sin elipsis, con vocaci¨®n did¨¢ctica y con preocupaci¨®n por la mesura. La prosa reh¨²ye todo exceso expresivo. El texto adquiere as¨ª ese aire de alegato que caracteriza la obra del escritor indonesio. Sin embargo, no falta la emoci¨®n, que aflora aqu¨ª y all¨¢ en una frase incidental, en un gesto de los protagonistas, en la letra de una canci¨®n. En cualquier caso, habr¨¢ que esperar a las ¨²ltimas p¨¢ginas, al breve ep¨ªlogo que cierra la novela para comprender el sentido profundo de una obra en la que, por razones que el lector conocer¨¢ a su debido tiempo, Pramoedya Ananta Toer tuvo desde el principio comprometido su coraz¨®n.
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