Blancos juegan y ganan
De oca en oca, de 3-1 en 3-1 y con un ¨²ltimo gol de penalti porque toca en cada partido, la selecci¨®n espa?ola ha sido la primera del torneo en plantarse en la casilla de los octavos de final. La clasificaci¨®n invita a mantener la posici¨®n de comodidad, por no decir de suficiencia, que se viene observando desde la inauguraci¨®n. Parece como si Espa?a no estuviera metida en el fregado, sino que, por una vez, se la viera expectante, contemplativa, mirando de soslayo a sus rivales, enredados en su mayor¨ªa en la clasificaci¨®n. Francia est¨¢ sufriendo que no veas, Brasil hace trampas, mejor no hablar de Portugal, Alemania tampoco parece nada del otro mundo, con Italia ya se sabe que si por mala suerte te toca mal asunto, Inglaterra seduce aunque no intimida y queda Argentina, pero va por el otro lado del cuadro, as¨ª que igual se cruza con otro mal adversario como fue ayer Inglaterra y no pasa el corte.
El marcador ayuda a frotarse las manos y a aguardar partidos de verdad como ese Inglaterra-Argentina para m¨¢s adelante. El juego es ya otra cosa. En un torneo corto como el Mundial, en cualquier caso, no siempre gana el que mejor f¨²tbol hace, sino el que mejor est¨¢ o tiene a los jugadores en su punto. Al cuadro de Camacho se le ven deficiencias importantes y que desde hace tiempo se repiten de manera preocupante. Le falta autoridad futbol¨ªstica, una mejor organizaci¨®n del juego, un punto de velocidad que no de fondo y hasta, si se quiere, sentido de equipo. Los partidos son cambiantes, con paisajes buenos y malos, dif¨ªcilmente regulares. Le cuesta funcionar como equipo porque tarda en coger el sitio en la cancha: los centrales se comen los pases, un lateral sube y el otro se queda, los medios no saben c¨®mo repartirse la divisoria, no hay manera de dar con un volante derecho mientras no salga Joaqu¨ªn y los puntas revolotean m¨¢s que juegan. Ocurre, sin embargo, que hasta el momento el seleccionador siempre dio con la tecla correctora y la m¨¢quina se puso en marcha porque tiene futbolistas. Tanto frente a Eslovenia como contra Paraguay, ya fuera por la v¨ªa f¨ªsica o la talentosa, desde el orden o el desorden, encontr¨® la porter¨ªa contraria. A falta de un jugador que le d¨¦ personalidad, la grandeza de la selecci¨®n est¨¢ en su variedad, en la riqueza de sus futbolistas, en su capacidad para sacar los partidos adelante, y bien podr¨ªa decirse que tambi¨¦n en su colorido si no fuera porque comienza a extenderse la sensaci¨®n de que es sobre todo blanca.
Ya se sabe que Valer¨®n y Trist¨¢n son la conexi¨®n del Deportivo y que De Pedro lleva la zamarra de la Real Sociedad. Un partido y otro, sin embargo, est¨¢n unidos por el penalti de Hierro, la felinidad de Casillas, la racionalidad que provoca en el dibujo la entrada en escena de Helguera y el liderazgo de Ra¨²l, as¨ª como el buen momento de Morientes. El peso de los jugadores del Madrid explicar¨ªa por qu¨¦ nadie le ha llevado la contraria a un equipo espa?ol que afronta una situaci¨®n novedosa en el torneo: ha pasado de contar los goles que necesitaba para clasificase a aguardar rival para los octavos, tal que fuera el rey del mundo como el Madrid es el rey de Europa, uno reflejo de otro. El problema es que en la porter¨ªa rival no siempre estar¨¢ Chilavert, al que para batirle no hace falta ser del Real o de la Real.
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