El combatiente 'Pipino'
Cuevas, marginado por Maldini, h¨¦roe de todo Paraguay en 28 minutos
Nelson Rafael Cuevas Amarilla, Pipino, estaba en deuda con su abuelo, uno de los pocos ex combatientes de la guerra del Chaco, el conflicto b¨¦lico que enfrent¨® a Paraguay y Bolivia entre 1932 y 1935.
El mi¨¦rcoles se celebraba en Paraguay el D¨ªa de la Paz del Chaco y Cuevas hab¨ªa so?ado con debutar en un Mundial, marcar el gol de su vida y dedic¨¢rselo a su abuelo. Un ilusionista, puesto que este esquel¨¦tico delantero de 22 a?os no contaba para Cesare Maldini, el italiano que dirige a Paraguay. Pipino hab¨ªa jugado s¨®lo tres partidos en la fase de clasificaci¨®n, ten¨ªa once internacionalidades y ni un solo gol. Maldini le hab¨ªa dado un pescoz¨®n: 'No est¨¢ preparado a¨²n'.
Pero a situaciones desesperadas, grandes remedios. Con 0-1 ante Eslovenia, Paraguay estaba fulminada pese al favor de Espa?a contra Sur¨¢frica. Maldini debi¨® de pensar aquello de 'pelillos a la mar' y dio carrete a este atacante del River Plate con vocaci¨®n de guitarrista a falta de 28 minutos.
Zurdo cerrado, Cuevas fue anclado en la banda derecha, desde la que arranc¨® en direcci¨®n opuesta. Se perfil¨® hacia su pierna ¨²til, la izquierda; tir¨® un eslalon hasta el ¨¢rea y la clav¨® en la porter¨ªa. Luego, marc¨® Campos. Pero a Paraguay le hac¨ªa falta otro gol. Quedaban siete minutos, Cuevas se anim¨® de nuevo y logr¨® el 3-1. El delirio en las calles paraguayas.
Tan animado estaba Cuevas que se lanz¨® a por su tercer tanto, pero sali¨® tocado y, segundos despu¨¦s, se desplom¨®. 'Por Dios, que no tenga nada tras haber hecho el partido de su vida', exclam¨® Chilavert, capit¨¢n y terrateniente de Paraguay. El doctor, Juan Tabarelli, encendi¨® velas: 'Parece una fisura de tobillo'.
Cuevas se fue a una cl¨ªnica de Seogwipo, la isla sure?a en la que los surcoreanos celebran su luna de miel. Antes de pasar a los rayos telefone¨® a su madre, que le acuna en Buenos Aires, donde reside desde que el River le rescatara. En el cuarto oscuro descubri¨® que la cosa no es tan grave.
Pocos como ¨¦l saben salir airosos de las tinieblas. Ram¨®n D¨ªaz, el t¨¦cnico del River, le tuvo tan castigado como Maldini durante el ¨²ltimo curso y ni le inscribi¨® para la Copa Libertadores. Era suplente de los suplentes hasta que en un partido contra el Racing, con medio t¨ªtulo en juego, le dio la alternativa. En el minuto 93, con 0-0, el Racing lanz¨® una falta al borde del ¨¢rea. El rechace le cay¨® a Cuevas, al que le quedaban 50 metros hasta la porter¨ªa de la Academia. Se lanz¨® y el River enfil¨® al triunfo. Fue el gol del torneo.
Cuevas qued¨® en paz con el River como con Maldini. Como le sucedi¨® a su abuelo, hace 67 a?os, en Chaco. Es el Mundial, un campeonato con sus h¨¦roes an¨®nimos.
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