'Mereci¨® la pena la tortura de 'Apocalypse Now'
Todav¨ªa resuena en su espalda el eco de la voz de Marlon Brando pronunciando aquellas palabras que lo resum¨ªan todo: '?El horror! ?El horror!'.
Eleanor Coppola fue testigo de aquel viaje a los infiernos junto a su marido Francis Ford Coppola. Dur¨® dos a?os en un matrimonio que va a cumplir cuarenta en 2003 y marc¨® la vida de sus protagonistas: la del director, el primero, porque emprendi¨® una batalla personal consigo mismo y puso al l¨ªmite las capacidades de su talento; pero tambi¨¦n la de Martin Sheen, que intrepreta a Willard y a punto estuvo de morir de un ataque al coraz¨®n por la presi¨®n; o de Marlon Brando, que crea la figura m¨ªtica de Kurtz y que trabaj¨® a fondo para cambiar de ra¨ªz la concepci¨®n de su arte interpretativo del Actor's Studio, por otro teatral y enf¨¢tico con el que llena toda la pel¨ªcula a pesar de aparecer escasos 25 minutos en pantalla...
'Marlon Brando viaj¨® a un terreno que no conoc¨ªa pero sab¨ªa que pod¨ªa hacerlo con alguien como Francis al lado'
Pero tambi¨¦n a Eleanor, que lleg¨® a Filipinas, donde se rod¨® la pel¨ªcula, con los ni?os, hizo un documental sobre la trastienda de esta aventura que estuvo a punto de destruir su relaci¨®n con el director, como confiesa en este diario que aparece en espa?ol.
'Apocalypse Now fue una aventura y una trampa. Todo result¨® muy dif¨ªcil, pero mereci¨® la pena aquella tortura', cuenta Eleanor en conversaci¨®n telef¨®nica desde Los ?ngeles. En total fueron 238 d¨ªas de rodaje, pero las angustias se extendieron desde 1976, a?o en que se empez¨® a dise?ar la producci¨®n de esta obra maestra, hasta 1979, cuando se estren¨® con un montaje que el pasado a?o su director ha aumentado con m¨¢s minutos. Eligieron Filipinas porque el entonces presidente Marcos les daba todas las facilidades, desde la utilizaci¨®n de helic¨®pteros del Ej¨¦rcito hasta el permiso para ejecutar tomas con napalm que provocan la admiraci¨®n en los cin¨¦filos y la repugnacia de los ecologistas.
Con el coraz¨®n en tinieblas, el diario de Eleanor, contiene sus impresiones sobre la Filipinas de aquellos a?os y la sensaci¨®n de claustrofobia, seg¨²n los d¨ªas, para una californiana, directora art¨ªstica de profesi¨®n. 'Ha sido uno de los rodajes m¨¢s duros para todos por estar lejos de casa. All¨ª no hab¨ªa nada', asegura Eleanor. Por eso, quiz¨¢, la presencia de su familia al lado supuso un gran calmante para los nervios del creador de El padrino. Y en el diario, los hijos, las reuniones con otros italianos del equipo, siempre con pasta, vino y aceite de oliva de por medio o con desayunos pantagru¨¦licos descubren al Coppola m¨¢s expansivo. 'Los ni?os eran el ant¨ªdoto, el equilibrio, la hora de jugar'.
Pero ni esos momentos pod¨ªan evitar una realidad de retrasos o crisis constantes. O imprevistos como que vinieran los monzones y destruyeran los decorados. O que la United Artist quisiera rebajar el seguro de vida de Coppola. O que se triplicara el presupuesto por el ansia perfeccionista de todos. O que Harvey Keitel, tras rodar varias escenas como Willard, fuera despedido y sustituido por Sheen porque al director no le convenc¨ªa su rostro demasiado intenso...
'Harvey es un gran actor, pero
Francis quer¨ªa a alguien que guiara al espectador por el viaje y no desviara demasiado la atenci¨®n de lo esencial', recuerda Eleanor. Y lo esencial es el encuentro de Kurtz, como en El coraz¨®n de las tinieblas, de Joseph Conrad, pero en vez de en ?frica, en la guerra de Vietnam. El lugar es lo de menos; lo importante es un viaje al fondo del alma, con el barco de las contradicciones, los miedos y las preguntas como medio de transporte.
Lo hicieron todos. Coppola el primero, que puso en duda su talento y luch¨® por terminar a toda costa. Hay una confesi¨®n sensacional en el diario, cuando ¨¦l le dice a Eleanor que se ha dado cuenta de que no tiene talento como director de cine tradicional, que es mejor al improvisar y al superar las dificultades. 'Su talento es indiscutible, lo que duda siempre es de su manera de crear. Alguien creativo se lanza a lo desconcocido y es all¨ª donde se exprime', aclara su mujer.
Pero ahond¨® tambi¨¦n salvajemente en sus capacidades Marlon Brando, a quien Eleanor no recuerda como un ogro, sino todo lo contrario, como alguien amable y c¨¢lido: 'Tambi¨¦n viaj¨® a un terreno que no conoc¨ªa y sab¨ªa que pod¨ªa ir con alguien creativo, como Francis, al lado. ?l es muy inteligente. No es normal, tiene una forma de fijarse en los peque?os detalles que asombra. Le gustan los retos pero tambi¨¦n es vago y se ha vuelto m¨¢s con los a?os', dice.
La misma entrega tuvo Martin Sheen que acept¨® el papel en una ¨¦poca de crisis de creencias, demasiado perfumada por el alcohol. Eleanor cuenta en el diario cuando beb¨ªa y lloraba y les obligaba a rezar con ¨¦l. 'Martin viv¨ªa una ¨¦poca oscura. Fumaba tres paquetes de tabaco diarios, pero sus crisis creo que enriquecen el filme', afirma. Eso sin olvidar los estragos que caus¨® su infarto, que oblig¨® a utilizar dobles como el hermano del actor. Son pruebas de que Apocalypse Now es obra de fe en el arte, algo que cuando te entra en el cuerpo no puede parar ni esa palabra que cierra el filme: '?El horror! ?El horror!'.
Con el coraz¨®n en tinieblas. Eleanor Coppola. Traducci¨®n de Mar Vidal. Emec¨¦. Barcelona, 2002. 280 p¨¢ginas. 17,50 euros.
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