Los mundos de Tolkien
Tolkien se encontraba escribiendo El se?or de los anillos cuando empez¨® la Segunda Guerra Mundial. Mientras las tropas de Hitler invad¨ªan Polonia en septiembre de 1939, este profesor de Oxford reun¨ªa a un grupo de elfos, enanos, humanos y hobbits en Rivendel para fundar la Comunidad del Anillo. La misi¨®n de esa alianza heterog¨¦nea era justamente combatir a las fuerzas de la oscuridad y restaurar el equilibrio de su propio universo, la Tierra Media.
Tanto Michael White como Daniel Grotta se?alan este paralelismo en sus biograf¨ªas. Ambos recuerdan tambi¨¦n que Tolkien siempre se neg¨® a que su obra fuera interpretada como una alegor¨ªa pol¨ªtica. Lo cierto es que este hombre, conservador y nost¨¢lgico de la Inglaterra victoriana, cre¨® una obra que con los a?os se convertir¨ªa en referencia del movimiento hippy y de los universitarios estadounidenses que se manifestaban contra la guerra de Vietnam.
En la recopilaci¨®n de art¨ªculos J. R. R. Tolkien. Se?or de la Tierra Media, Patrick Curry trata de explicar la paradoja de que un hombre aferrado al pasado crease una obra que para muchos de sus lectores tiene una vigencia indiscutible: los h¨¦roes de Tolkien se rebelan contra un enemigo que amenaza con destruir sus comunidades (en las que no hay grandes diferencias entre ricos y pobres), los valores espirituales que las rigen y el mism¨ªsimo entorno natural. En su cr¨ªtica de la modernidad, Tolkien establece un v¨ªnculo con las generaciones nacidas en la sociedad de la opulencia.
Junto a la cr¨ªtica de los desmanes provocados por la industrializaci¨®n, el otro gran pilar sobre el que se asienta la vida y la obra de Tolkien es la defensa de los valores cat¨®licos. As¨ª queda reflejado en ambas biograf¨ªas y en varios de los art¨ªculos editados por Joseph Pearce. Stratford Caldecott concluye que 'el final de El se?or de los anillos es un triunfo de la Providencia sobre el Destino, pero tambi¨¦n el triunfo de la Misericordia, en la cual el libre albedr¨ªo, auxiliado por la gracia, es plenamente vindicado'.
Algo complejo y profundo ha de tener este intrincado universo m¨ªtico en el que hasta el catolicismo y la ecolog¨ªa se dan la mano, como para que millones de lectores lean y relean El se?or de los anillos y El Hobbit a pesar de la actitud desde?osa de tantos cr¨ªticos literarios. Aunque Tolkien tuviera una vida m¨¢s bien ordinaria y fuera un novelista del mont¨®n, como creador de mitos parece que supo encerrar en su obra unas cuantas verdades sobre la existencia.
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