Contra el ?ngel de la Muerte
He aqu¨ª una novela con un prop¨®sito de totalidad y, a la vez, con un sentido muy pr¨¢ctico de la fuerza sugestiva de la ficci¨®n. Ya ha sido comparada, precipitadamente, a Cien a?os de soledad, lo que sin duda da una idea de su ambici¨®n literaria, y de su facultad de seducci¨®n, pero dice muy poco de su valor espec¨ªfico. Sus p¨¢ginas est¨¢n cruzadas, en efecto, por recurrencias y procedimientos del llamado realismo m¨¢gico, pero son igualmente notables las influencias rusas de Babel, Gogol y Bulgakov, y atraves¨¢ndola la tradici¨®n oral de la cuent¨ªstica jud¨ªa, siempre con su excedente de fantas¨ªa, al modo de Singer. En cualquier caso, Meir Shalev es un escritor de una admirable potencia imaginativa, y Por amor a Judit, uno de los frutos m¨¢s prodigiosos de la narrativa actual de Israel.
POR AMOR A JUDIT
Meir Shalev Traducci¨®n de Ana Mar¨ªa Bejarano Escamilla Salamandra. Barcelona, 2002 380 p¨¢ginas. 14,90 euros
Mediante m¨²ltiples episodios y distintas voces narrativas, que se mezclan en una ¨²nica salmodia, cuenta la historia, de 1920 a 1981, del valle de Jezreel, en Galilea (donde naci¨® Meir Shalev en 1948), y las extravagancias y penalidades de sus habitantes, pero en concreto relata, con un registro de f¨¢bula realista, el destino de los tres hombres que se disputan la paternidad del hijo de Judit, llamado Zeide, que en y¨ªdish significa 'abuelo', para protegerlo del ?ngel de la Muerte, ya que si 've a un ni?o peque?o que se llama Zeide, al momento se dar¨¢ cuenta de que se trata de un error y se marchar¨¢ a otro lugar'. Zeide hereda rasgos f¨ªsicos de sus tres padres: del granjero Mois¨¦s Rabinovich, el pelo pajizo; del criador de p¨¢jaros Jacob Scheinfeld, los hombros ca¨ªdos, y de Globerman, el tratante de ganado, unos pies gigantescos. El enigma de su leg¨ªtimo padre, que Judit se llevar¨¢ a la tumba, persistir¨¢ hasta la ¨²ltima p¨¢gina, sin que su desvelamiento importe demasiado, excepto para hacer fluir tempestuosamente el relato, estructurado en cuatro comidas que Jacob Scheinfeld ofrece a Zeide, la primera al cumplir los 12 a?os, en 1952; la ¨²ltima con m¨¢s de cuarenta, en 1981, con el anfitri¨®n ya difunto oficiando desde la muerte.
Adem¨¢s de un riqu¨ªsimo des
pliegue de personajes memorables, fervorosamente exaltados, tanto en su realce fant¨¢stico como en su c¨®mica ordinariez, hay en Por amor a Judit un talante, se dir¨ªa que visionario, ante la naturaleza -se huelen los pomelos, se escucha la algarab¨ªa de los p¨¢jaros-, que producir¨¢ en el lector el entusiasmo que originan las grandes obras literarias. Shalev inserta sabiamente cada vida particular en su orbe colectivo, y la vida p¨²blica en los ciclos de la naturaleza, por donde circulan las numerosas epopeyas contadas como viejos mitos encarnados, pero con la frescura de las f¨¢bulas recientes. De este modo asistimos a la formaci¨®n y acceso a la vida de Zeide, no directamente en sus propias experiencias, sino a trav¨¦s del destino de sus mayores. Una novela, no me cabe duda, destinada a perdurar.
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