'Las personas civilizadas tienen envidia de los locos'
Una mujer es brutalmente asesinada en Finnemarka, una peque?a localidad noruega; Kannick, un chico obeso e inadaptado, alerta a la polic¨ªa del crimen; Errik, un joven esquizofr¨¦nico, se ha escapado del psiqui¨¢trico y, autom¨¢ticamente, todo el mundo est¨¢ convencido de que es el culpable; ese mismo d¨ªa, otro joven, que se hace llamar Morgan, atraca un banco y se lleva a un reh¨¦n. Konrad Sejer, el jefe de la brigada criminal, un hombre de cabello plateado, que mide 1,96 metros, solitario e introvertido, minucioso y competente, se enfrenta a uno de los casos m¨¢s terribles de su carrera. ?Qui¨¦n teme al lobo? (Grijalbo) es una historia tremenda.
Su autora es Karin Fossum (Sandefjord, Noruega, 1954), una de esas revelaciones de la novela policiaca que nos llegan del norte, como el sueco Henning Mankell. Est¨¢ tambi¨¦n en una corriente muy amplia que recorre Europa: Sejer es colega y est¨¢ en la misma l¨ªnea que otros detectives de ficci¨®n, como Guido Brunetti (Donna Leon), Kostas Jaritos (Petros Markaris), Salvo Montalbano (Andrea Camilleri) o John Reebus (Ian Rankin).
'A trav¨¦s de un crimen puedes retratar c¨®mo es y c¨®mo evoluciona una sociedad'
?Qui¨¦n teme al lobo? es la tercera novela de Fossum publicada en Espa?a. Como las dos anteriores, El ojo de Eva y No mires atr¨¢s, tiene el acento en el retrato psicol¨®gico de los personajes.
Pregunta. Tres de los protagonistas de ?Qui¨¦n teme al lobo? son seres marginales.
Respuesta. La sociedad es un lugar muy grande y hay mucha gente que lucha duramente para formar parte de ella. Los perdedores rechazan ese juego.
P. La doctora que cuida de Errik en el sanatorio dice que 'lo ¨²nico interesante en el mundo son los perdedores'.
R. Piensa como yo. Las personas civilizadas tienen envidia de los locos, porque ¨¦stos viven su propia vida al margen de lo que pueda suceder. Cuando en alguna situaci¨®n dif¨ªcil decimos que estamos a punto de volvernos locos, inconscientemente deseamos volvernos locos para perdernos, aunque sea por unas horas.
P. A trav¨¦s de Errik, un personaje que da pavor pero que resulta entra?able, analiza usted todos los matices de la esquizofrenia. La conoce usted muy bien.
R. Escrib¨ª un libro sobre el tema, que no se ha publicado en Espa?a. Siempre me ha interesado. Comenc¨¦ a trabajar a los 15 a?os, cuidando de una familia en la que la mujer era tetrapl¨¦jica, hab¨ªa un marido y dos hijos, todo muy problem¨¢tico. Fue mi primer trabajo social. Estuve 10 a?os trabajando en hospitales e instituciones.
P. ?En Noruega se empieza a trabajar a los 15 a?os?
R. Ahora no, claro, pero en mi ¨¦poca s¨ª se pod¨ªa. No me gustaba el colegio, tampoco quise ir a la universidad. En aquel tiempo hab¨ªa trabajo para todos, era f¨¢cil encontrar algo, no como ahora.
P. ?C¨®mo se decidi¨® a escribir?
R. Siempre hab¨ªa trabajado para los dem¨¢s y lleg¨® un momento en que quise hacer algo para m¨ª misma, aunque ya s¨¦ que mi ordenador no r¨ªe cuando empiezo a escribir, ni llora cuando lo dejo.
P. ?Qu¨¦ quiere decir?
R. No creo que sea importante escribir libros. En mis anteriores trabajos me sent¨ªa muy necesaria, ahora no. Hay muchos escritores, pero muy pocos que sean imprescindibles.
P. Entonces, ?por qu¨¦ escribe?
R. Porque es importante para m¨ª.
P. Y para muchos lectores, porque tiene usted mucho ¨¦xito en buena parte de Europa.
R. Lleg¨® con la primera novela policiaca. Antes hab¨ªa escrito poes¨ªa y relatos y no pas¨® nada. Cuando me puse con la novela, me di cuenta de que todo estaba inventado. Hab¨ªa investigadoras mujeres, investigadoras lesbianas..., de todo. As¨ª que no trat¨¦ de ser original y me plante¨¦ hacer un hombre al estilo de los a?os cincuenta, un h¨¦roe discreto y galante. La primera sorprendida fui yo cuando vi que a la gente le gustaba, incluso a los adolescentes. Yo cre¨ªa que iba a resultar aburrido.
P. Su Konrad Sejer recuerda un poco al polic¨ªa Martin Beck, el personaje de la pareja de escritores suecos Maj Sj?val y Per Wahl?? .
R. Ellos son los maestros y adem¨¢s tuvieron un enorme ¨¦xito, incluso en Estados Unidos. Antes de escribir mi primera novela volv¨ª a leer las suyas y me di cuenta de que contin¨²an siendo muy vigentes. De hecho, en mis libros les rindo homenaje: el perro de Sejer se llama Kollberg, como uno de los colegas de Martin Beck.
P. Beck fue creado hace m¨¢s de treinta a?os. Hay una gran diferencia entre ¨¦l y Sejer. Ya no existen sue?os de revoluci¨®n, quiz¨¢ por eso Sejer es m¨¢s esc¨¦ptico, m¨¢s profesional.
R. Es evidente. La diferencia est¨¢ en m¨ª misma. Cuando era joven protestaba por todo. Sent¨ªamos la guerra de Vietnam como propia, ten¨ªamos tanta conciencia... Ahora los j¨®venes cogen lo mejor de la sociedad y lo disfrutan. Existen tantos conflictos en el mundo que no pueden asumirlos y prefieren vivir su vida con felicidad. Ni yo misma soy capaz de manifestarme por nada, aunque sea algo doloroso.
P. De alguna manera, usted intenta explicar en sus novelas lo que no le gusta de la sociedad contempor¨¢nea.
R. Muchos consideran el g¨¦nero negro como un entretenimiento, pero creo que a trav¨¦s de una historia de cr¨ªmenes puedes retratar c¨®mo es y c¨®mo evoluciona una sociedad.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.