'Un sueldo no me dar¨ªa satisfacci¨®n'
Querejeta es el primer hombre del baloncesto en conseguir el t¨ªtulo en la doble versi¨®n de jugador y presidente
Jos¨¦ Antonio, Josean, Querejeta (Lazkao, 1957) tiene una ventaja sobre los dem¨¢s presidentes de la Liga espa?ola (Jordi Villacampa, en el Joventut, es la otra excepci¨®n). No s¨®lo conoce el baloncesto desde el palco y los despachos. Tambi¨¦n sabe lo que se cuece en los vestuarios y en la pista. ?l fue dos veces campe¨®n de Liga con el Real Madrid (en 1979 y 1980). Esta semana ha sumado su tercera Liga particular, que le convierte en el primer hombre del baloncesto espa?ol en conseguir el t¨ªtulo en la doble versi¨®n de jugador y presidente. De las tres, asegura que ¨¦sta ¨²ltima 'sabe mejor'.
La sonrisa ancha, y totalmente inusual, que pase¨® el martes por la noche, tras la victoria final contra el Unicaja de M¨¢laga, y el mi¨¦rcoles durante el recibimiento masivo que tuvo el equipo en la plaza de la Virgen Blanca, ya se ha borrado de su rostro. El presidente trabaja en el Tau de la pr¨®xima temporada, centrado en c¨®mo reemplazar las m¨¢s que probables marchas de Oberto y Foirest, dos jugadores fundamentales en los ¨²ltimos a?os, y en especial ¨¦ste del doblete: Copa del Rey y Liga.
El presidente, sin embargo, tiene la tranquilidad de que cada proyecto ha superado al del a?o anterior. 'En nuestro club se han ido jugadores muy importantes, como Arlauckas, Rivas, Nicola, y siempre hemos seguido creciendo', recuerda. Lo mismo ha ocurrido con los t¨¦cnicos. En el Tau, cada entrenador ha hecho olvidar a su antecesor, algo que en su momento parec¨ªa imposible. Herb Brown dio el primer empuj¨®n al club, Manel Comas dio los primeros t¨ªtulos, Sergio Scariolo introdujo al equipo en la ¨¦lite europea y Dusko Ivanovic ha tocado el techo.
En el caso de Oberto, un jugador que ha calado en la afici¨®n vitoriana, Querejeta cree que en Europa hay otros 'seis, siete u ocho jugadores de su nivel'. En cualquier caso, como siempre, Querejeta lo tiene bien claro. 'S¨¦ qu¨¦ equipo me gustar¨ªa, pero no tengo ni idea de qu¨¦ equipo vamos a tener'. ?Y qu¨¦ quisiera tener? 'No lo voy a decir', responde, siempre impenetrable. De momento, s¨®lo adelanta la llegada de Jos¨¦ Manuel Calder¨®n, un joven que ha jugado cedido en el Fuenlabrada y al que se ha renovado el contrato para disuadirle de su idea ir a la NBA.
Los jugadores son los primeros culpables del ¨¦xito de este a?o. Son los responsables a corto plazo. Al fin y al cabo, ellos son quienes juegan, quienes ganan o pierden los partidos. Un pelda?o por encima, m¨¢s a medio plazo, hay otro causante, el entrenador. Ivanovic ha dado un car¨¢cter especial a este Tau. Sin ¨¦l, posiblemente no se habr¨ªan podido conseguir tantos ¨¦xitos en s¨®lo dos a?os. Pero, el v¨¦rtice de la pir¨¢mide lo ocupa, sin duda, el presidente, a quien se le deben las 13 ¨²ltimas temporadas. En este tiempo, el Baskonia ha disputado 10 finales, de las cuales ha ganado la mitad. Eso s¨ª, la conexi¨®n entre Querejeta e Ivanovic es especial. Es casi imposible encontrar dos personas con tanta ambici¨®n y capaces de entenderse as¨ª. 'Es muy dif¨ªcil repetir lo de este a?o, y tenemos que seguir trabajando en esta l¨ªnea. Ojal¨¢ Dusko est¨¦ con nosotros much¨ªsimo tiempo', dice. 'Creo que est¨¢ muy contento. As¨ª como hay pocos jugadores de nivel, tambi¨¦n hay pocos entrenadores de gran nivel. Estamos encantados, pero tambi¨¦n es verdad que nuestro equipo es uno de los mejores de la ACB y de la Euroliga. Nos merecemos a Dusko como entrenador y ¨¦l se merece a este club'.
El ritmo de entrenamientos de Ivanovic es tan infernal que algunos jugadores ven peligrar su resistencia f¨ªsica, y miran su futuro en otros clubes. Pero hay una verdad que no pueden ocultar. Todos, son ahora mejores jugadores que cuando ficharon por el Tau. Saben que ahora, si se marchan, pueden conseguir contratos mejores. Para esto, Querejeta tiene una m¨¢xima: 'Nadie es insustituible en el deporte'.
?l mismo se siente prescindible. Resulta ir¨®nico c¨®mo el club m¨¢s profesional del baloncesto espa?ol (en sus oficinas trabajan casi 30 personas) tiene un presidente no profesional. 'No tengo necesidad. Tengo otras cosas de las que vivir, siempre lo he querido hacer de esa forma. No tengo sueldo, pero pr¨¢cticamente s¨ª trabajo a tiempo completo. ?sta es mi pasi¨®n y aunque no est¨¦ en el club tengo la cabeza constantemente en ¨¦l. Yo tengo pasi¨®n por el baloncesto. La satisfacci¨®n no me la va a dar un sueldo, sino la ilusi¨®n. El d¨ªa que me canse lo dejar¨¦. Adem¨¢s, esto que ha pasado ¨²ltimamente me da fuerzas para seguir adelante'.
La en¨¦sima pirueta
El Baskonia era a finales de los 80 un club hist¨®rico, pero sin m¨¢s ambici¨®n que la permanencia en la m¨¢xima categor¨ªa. Con Querejeta, se multiplic¨® el presupuesto (el a?o pr¨®ximo rondar¨¢ los 10 millones de euros). El Baskonia fue el primer club en convertirse en sociedad an¨®nima deportiva y busc¨® v¨ªas paralelas para crecer deportivamente: encontr¨® un fil¨®n de jugadores en Suram¨¦rica, se puso a la cabeza para conseguir la libre circulaci¨®n de jugadores y supo convencer a las instituciones para que le construyeran un pabell¨®n de 9.300 localidades.
Pero a¨²n tiene asuntos pendientes. No ha logrado atraer a Vitoria la Final a Cuatro de la Euroliga. Tendr¨¢ que esperar al menos a 2005. Tampoco ha vencido a¨²n en el conflicto de los comunitarios B (los jugadores de pa¨ªses con tratados de asociaci¨®n con la UE que no quieren ocupar plaza de extranjeros). 'Ahora no tendr¨ªa prisa por cerrar un acuerdo', dice sobre este asunto que le ha enfrentado en los tribunales a sus ex compa?eros de la Asociaci¨®n de Baloncestistas Profesionales, agrupaci¨®n que presidi¨® hasta 1988.
Querejeta, siempre dispuesto a dar una nueva pirueta para que su equipo mejore, est¨¢ seguro de que 'las sociedades an¨®nimas deportivas deben buscar nuevas v¨ªas para generar recursos'. Y ¨¦l ha encontrado una. Ha presentado al Ayuntamiento de Vitoria un proyecto para construir una ciudad deportiva, con un centro de ocio y otras actividades incluidas. A Querejeta es dif¨ªcil decirle no.
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