La pertinaz sequ¨ªa de Hakan Sukur
El ¨ªdolo de Turqu¨ªa, con casi 300 goles en su haber, a¨²n no ha marcado en este torneo
Nada hay m¨¢s inadecuado para un ¨ªdolo que el d¨ªa que le compran la peana se encuentre de vacaciones. A Hakan Sukur, El Toro del B¨®sforo o El Rey, como le apodan en Turqu¨ªa, se le ha desplomado el cielo. Al futbolista turco m¨¢s sobresaliente de la historia le ha deparado el Mundial una lamentable jugarreta: cinco partidos disputados con el resultado de cero goles conseguidos. Peor a¨²n, el gran killer ha oxidado el arma y s¨®lo contabiliza tres disparos entre los tres palos y cinco fuera de ellos en 412 minutos de juego. El Rey se ha convertido en villano cuando toda Turqu¨ªa vitorea a la selecci¨®n, que lleg¨® de inc¨®gnito y con la autoestima m¨¢s baja del campeonato.
Sukur, otrora salvador, fue de pronto el problema. Antes de comenzar el torneo, la prensa turca aire¨® desavenencias entre el ¨ªdolo y el discutid¨ªsimo, y ahora adorado, seleccionador, Senol Gunes. Se lleg¨® a decir que Sukur pensaba abandonar la concentraci¨®n del equipo. Nada de eso ocurri¨® y Gunes ha apostado por el jugador en los cinco partidos a pesar de encontarse lesionado. Seg¨²n desvel¨® ayer la delegaci¨®n turca, Sukur ha jugado todos los encuentros con una elongaci¨®n muscular que le ha obligado a ser tratado durante los quince minutos de descanso de cada encuentro.
Nada oculta, sin embargo, el declive de un futbolista acostumbrado a ametrallar la porter¨ªa. Con casi 300 goles en su haber durante diez a?os de profesionalismo, desde que debutara en el equipo de su ciudad, el Sakaryasport, hasta la ¨²ltima campa?a, en el Parma, italiano, en el que actu¨® cedido por el Inter de H¨¦ctor C¨²per.
En cierto modo, Sukur es un goleador local, habitualmente fracasado en las aventuras italianas. Fracas¨® en el Torino, al que lleg¨® en 1995, y regres¨® a su pa¨ªs con un solo gol en cinco partidos disputados. Fracas¨® en el Inter, en el que recal¨® en 2000, tras cinco a?os de ¨¦xitos en el Galatasaray con 16, 38, 32, 19 y 14 goles por temporada, entre una pl¨¦yade de estrellas: Ronaldo, Vieri y compa?¨ªa. La leyenda de goleador menor se agigantaba y el Inter decidi¨® cederlo al Parma, en el que s¨®lo ha conseguido tres goles.
El 7 de abril del presente a?o, con el equipo parmesano, vivi¨® su ¨²ltimo momento de felicidad. Ante el Udinese, en la jornada 30?, sustituy¨® en el minuto 63 a su compa?ero Bonazzoli y 13 minutos despu¨¦s aprovech¨® un contragolpe iniciado por Nakata y asistido por Di Viao para batir al portero Turci.
Desde entonces no ha encontrado la gloria. En el partido ante Senegal, el mejor de Turqu¨ªa en el campeonato, Sukur, evidenci¨® todas las carencias del delantero: lento, quiz¨¢s por la lesi¨®n; desatento, quiz¨¢s por la depresi¨®n; fall¨®n, quiz¨¢s por la falta de costumbre; sin punter¨ªa, quiz¨¢s por falta de partidos; y s¨®lo reconocible en el dominio del juego a¨¦reo para buscar los segundos pases.
Ma?ana, ante Brasil, probablemente El Toro se quedar¨¢ sentado en el banquillo. Otros han ocupado su peana, casos de Davala y Mansiz, los dos nuevos ¨ªdolos de la afici¨®n por sus goles clasificatorios ante Jap¨®n y Senegal. De hecho, la prensa turca ha venido astillando su imagen en reclamo de las nuevas generaciones. Mansiz, del Besiktas, es la gran alternativa, el relevo.
A sus 30 a?os de edad, Sukur parece haber gastado la cartuchera. Con el presente cuestionado en el Mundial y el futuro discutido en Italia -ni el Inter, ni el Parma demuestran mucho inter¨¦s en sus servicios- tan s¨®lo le queda la esperanza de la ¨²ltima bala. Un disparo, un gol, un triunfo. Y que sea el definitivo.
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