Piqu¨¦ se disculpa

El ministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqu¨¦, se ha disculpado tras la agresi¨®n padecida por dos diputados portugueses que, retenidos por la polic¨ªa espa?ola en la frontera, pretend¨ªan acudir a la manifestaci¨®n que se celebr¨® en Sevilla el 22 de junio contra la globalizaci¨®n neoliberal.

La agenda sobrecargada de Piqu¨¦ ha impedido que se disculpe, sin embargo, por la conculcaci¨®n de libertades y derechos b¨¢sicos que padecieron los centenares de personas que viajaban junto con los diputados mencionados.

El episodio que nos ocupa no es importante por lo que pueda acarrear de emponzo?amiento de la relaci¨®n bilateral hispano-portuguesa, tanto m¨¢s cuanto que los dos parlamentarios afectados, miembros del Bloco de Esquerdas, no parecen disfrutar del favor de las autoridades en Lisboa. Lo es por lo que tiene de ilustraci¨®n -una entre much¨ªsimas- de c¨®mo se las ha gastado el Ministerio del Interior espa?ol con ocasi¨®n de la contracumbre de Sevilla. Pese a las flores del discurso oficial, una vez m¨¢s se han hecho sentir abusos policiales sin cuento en el marco de una campa?a general de amedrentamiento de la ciudadan¨ªa que apenas ha suscitado atenci¨®n. Ni la campa?a ni el silencio son, de cualquier modo, sorprendentes. Sin ir m¨¢s lejos, un par de d¨ªas antes de los hechos que han suscitado la diligente respuesta de Piqu¨¦, muchos medios de comunicaci¨®n se hac¨ªan eco de la violencia, supuesta o real, ejercida por los piquetes durante la huelga general del d¨ªa 20, mientras olvidaban significativamente las coacciones y amenazas realizadas por tantos empresarios. ?Habr¨¢ alg¨²n departamento ministerial dispuesto a pedir disculpas?