Matrimonio homosexual
Veinticinco a?os despu¨¦s de su primera manifestaci¨®n p¨²blica en condiciones de semiclandestinidad y bajo la represi¨®n policial -Barcelona, 1977-, los gays y lesbianas espa?oles tienen todav¨ªa motivos para salir a la calle y reivindicar p¨²blicamente la plena igualdad de derechos civiles y sociales y el acceso a los beneficios del Estado de bienestar. Ayer lo hicieron en muchas ciudades espa?olas como lo han hecho interrumpidamente desde hace 25 a?os con motivo de la celebraci¨®n del D¨ªa del Orgullo Gay. En estos a?os los homosexuales espa?oles han salido del armario y se han hecho visibles en el escenario social, bien es cierto que con harta dificultad y arrostrando no pocos riesgos en algunos ¨¢mbitos. Pero su condici¨®n sexual todav¨ªa sigue siendo un pretexto para perpetuar su discriminaci¨®n en las leyes.
Este a?o, como el anterior, los colectivos de gays y lesbianas han sacado a la calle la reivindicaci¨®n que resume actualmente su lucha por la plena equiparaci¨®n legal y social con el resto de los ciudadanos: el derecho al matrimonio. En varios pa¨ªses europeos esa reivindicaci¨®n es un hecho desde hace algunos a?os, resolviendo los problemas de discriminaci¨®n que sufren los homosexuales en m¨²ltiples campos: derecho sucesorio, fiscal, laboral, de adopci¨®n, etc¨¦tera. Pero en Espa?a queda muy lejos de los actuales presupuestos ideol¨®gicos y pol¨ªticos del actual partido gobernante. El Partido Popular mantiene congelada la ley estatal de parejas de hecho, no s¨®lo homosexuales sino heretosexuales, a pesar de que varias comunidades aut¨®nomas, alguna de ellas regida por el PP, han regulado este tipo de uniones afectivas en sus respectivos ¨¢mbitos. El Gobierno del PP permanece impert¨¦rrito ante la inseguridad jur¨ªdica que provoca esta indeseable dispersi¨®n legislativa, generadora adem¨¢s de enojosos agravios comparativos entre ciudadanos espa?oles. Prejuicios ideol¨®gicos o religiosos interfieren de nuevo, como en el caso de la investigaci¨®n con c¨¦lulas madre, en acciones de gobierno de evidente inter¨¦s general.
El Partido Socialista ha dado un paso que va m¨¢s all¨¢ de su conocida posici¨®n a favor de una regulaci¨®n avanzada de las parejas de hecho. Su secretario general, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, se ha comprometido a defender en el Parlamento el matrimonio civil entre homosexuales. Se trata de una iniciativa perfectamente leg¨ªtima y en absoluto contraria a la Constituci¨®n, cuyo art¨ªculo 32 se limita a establecer que 'el hombre y la mujer tienen derecho a contraer matrimonio con plena igualdad jur¨ªdica'. El PP se ampara en algunas sentencias del Tribunal Constitucional y del Supremo, seg¨²n las cuales el matrimonio y las parejas de hecho son realidades diferentes que pueden tener efectos equivalentes, para rechazar el matrimonio entre homosexules. Pero, mientras tanto, tambi¨¦n rechaza o pospone sine die la alternativa de dar amparo legal a las decenas de miles de uniones afectivas de hecho, hetero y homosexuales, existentes en la sociedad.
El matrimonio entre homosexuales o la regulaci¨®n de sus uniones afectivas de hecho facilitar¨ªa el reconocimiento del derecho de adopci¨®n, otra de sus reivindicaciones m¨¢s importantes. Se trata, sin duda, de una cuesti¨®n socialmente controvertida, en la que est¨¢n en juego los derechos del menor y el posible efecto negativo que pueda tener en el desarrollo de su personalidad la ausencia de una clara referencia paterna o materna. No existen indicios de que crecer o educarse en hogares formados por dos hombres o por dos mujeres constituya un factor negativo en el desarrollo del ni?o. Pero aunque s¨®lo se tratara de prejuicios o miedos sociales habr¨ªa que superarlos o mitigarlos antes de tomar una iniciativa legal sobre la cuesti¨®n. En todo caso, el camino a seguir lo marcan las autonom¨ªas de Navarra y Asturias al reconocer en sus respectivos ¨¢mbitos a las parejas de hecho el derecho de adopci¨®n y el acogimiento de ni?os, respectivamente.
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