La noche del Orgullo Gay destac¨® por Fangoria, el 'playback' y los pinchadiscos

La fiesta-concierto programada en la madrile?a Casa de Campo para la noche del pasado s¨¢bado result¨®, al menos en lo que a actuaciones en directo se refiere, un tanto frustrante a tenor de varias circunstancias que concurrieron en su realizaci¨®n. En primer lugar resulta poco cre¨ªble anunciar la actuaci¨®n de cinco artistas -Laura Granados, Mercedes Ferrer, Cristina del Valle, Mar¨ªa Jim¨¦nez y Fangoria- y cobrar la entrada a doce euros, m¨¢s cuando al menos dos de las citadas, Granados y Jim¨¦nez, actuaron en playback y ninguno de ellos, a excepci¨®n de Fangoria, super¨® la media hora de actuaci¨®n.

Adem¨¢s, tampoco ayud¨® el recinto escogido: un ¨¢rea de la Casa de Campo en la que diversas comunidades de emigrantes latinoamericanos se juntan los fines de semana para cocinar platos t¨ªpicos, o¨ªr m¨²sica de sus pa¨ªses de origen y jugar al voley; la misma zona en la que, al caer la noche, las prostitutas adscritas a desarrollar su labor en la zona se arrojan a la carretera, con el consiguiente embotellamiento circulatorio. Todo esto sin contar que el mismo d¨ªa el evento, se cortaba -de modo casual, naturalmente- el metro entre dos de las estaciones m¨¢s cercanas y haciendo con ello que a¨²n fuera m¨¢s dif¨ªcil llegar a la zona.

Despu¨¦s de las actuaciones, vino el baile con D.J.'s, el recinto se llen¨® del todo y la fiesta fue el ¨¦xito que de ella se esperaba. Lo mejor, por tanto, la actitud del p¨²blico, que ha dado el refrendo a una fiesta de estas caracter¨ªsticas, teniendo en cuenta los motivos y las causas que la convocan, y que promete una audiencia masiva en pr¨®ximas convocatorias. De lo dem¨¢s, todo es mejorable.