Espa?a necesita cinco incineradoras para residuos peligrosos, seg¨²n Medio Ambiente

Espa?a necesita abrir cinco nuevas incineradoras -en la actualidad s¨®lo funciona una, en Tarragona- para eliminar las 150.000 toneladas de residuos peligrosos que se generan anualmente y para los que no hay tratamiento alternativo. As¨ª lo estima el borrador del II Plan Nacional de Residuos Peligrosos que ha preparado Medio Ambiente. El coste de las incineradoras, 900 millones de euros, supone el 80% de los 1.200 millones de euros en instalaciones para el tratamiento de los 14,5 millones de toneladas de residuos nocivos reciclables que se generan al a?o.

El plan se encuentra todav¨ªa en fase de depuraci¨®n de datos, pero el Ministerio de Medio Ambiente conf¨ªa en que dentro de unos dos meses podr¨¢ facilitarlo a las comunidades aut¨®nomas, los sectores industriales afectados y los agentes sociales para su discusi¨®n. 'Confiamos en tenerlo aprobado para finales de a?o', afirma el director de Programas de Residuos Industriales del ministerio, Manuel Matesanz.

El n¨²mero de plantas de incineraci¨®n necesarias para atender la demanda se deduce, seg¨²n los autores del borrador, del volumen de residuos clasificados como incinerables: 500.000 toneladas anuales. El consultor ambiental Santiago Palomino, que ha colaborado en la redacci¨®n del documento de apoyo del plan, estima que 350.000 toneladas de esos residuos pueden ser quemadas en cementeras o in situ (en el lugar en el que se producen).

El problema son las 150.000 restantes, que poseen unas caracter¨ªsticas diferenciales por los compuestos qu¨ªmicos adheridos y s¨®lo son susceptibles de tratamiento por incineraci¨®n en instalaciones adecuadas. Para esto, seg¨²n los autores del informe, ser¨ªan necesarias cinco plantas m¨¢s para todo el pa¨ªs. Se calcula que cada una puede quedar unas 25.000 toneladas de residuos al a?o. Y, hasta el momento s¨®lo existe una, radicada en la poblaci¨®n de Constant¨ª, cerca de Tarragona.

En la actualidad, los residuos peligrosos no reciclabes que se producen en Espa?a son exportados a terceros pa¨ªses o, en el caso de industrias irresponsables, dejados en vertederos, con el consiguiente riesgo para el medio ambiente.

Soluciones plurales

La incineraci¨®n ocupa el ¨²ltimo lugar en la jerarqu¨ªa de los criterios de gesti¨®n de residuos peligrosos (tambi¨¦n de los que no lo son) que establece el plan. Aunque es una pr¨¢ctica muy extendida en el resto de Europa, goza de mala imagen y es muy denostada por los ecologistas en Espa?a. Los propios expertos en el tratamiento de residuos reconocen que se ha producido un cambio cultural profundo con relaci¨®n a la incineraci¨®n. Quienes hace unos a?os consideraban que era la ¨²nica alternativa para gestionar determinados desechos ahora est¨¢n convencidos de que la tecnolog¨ªa permite utilizar otros sistemas.

Carlos Mart¨ªnez Ordago, director del Instituto para la Sostenibilidad de los Recursos (antiguo Club Espa?ol de Residuos), es uno de ellos. 'Ya no es como hace 15 a?os. Hoy contamos con soluciones m¨¢s plurales', afirma, tras recalcar que hoy en d¨ªa los requisitos para cualquier tipo de incineraci¨®n, tratamiento t¨¦rmico o cementeras son los mismos e igual de exigentes.

Por el momento, los industriales y gestores serios de residuos se ven obligados a exportar a Francia o terceros pa¨ªses los desechos para su combusti¨®n a un precio que oscila entre 0,24 y 1,05 euros por kilogramo. Los que no est¨¢n dispuestos a pagar esas cantidades los arrojan directamente a vertederos.

Todo esto contrasta con el principio de disociar el binomio producci¨®n del residuos igual a crecimiento econ¨®mico y con la necesidad de reducir al m¨¢ximo los vertidos a basureros, como indicaba el V Programa de Acci¨®n Ambiental y Desarrollo Sostenible de la Uni¨®n Europea. En su explicaci¨®n de motivos, el plan se?ala que la prioridad absoluta es reducir de forma dr¨¢stica la generaci¨®n de residuos, prevenirlos, recuperarlos o reciclarlos al m¨¢ximo in situ y, como ¨²ltimo recurso, eliminarlos (la incineraci¨®n).

Para poner el plan en marcha se ha hecho un intento de diagn¨®stico sobre el estado de los residuos peligrosos. Los datos no son homologables. Cada autonom¨ªa tiene un criterio diferente, normas diferentes y cierta reticencia a ceder los datos. 'No los facilitan', apunta Mart¨ªnez Ordago, 'porque se ver¨ªan obligadas a meter mano, incluso a cerrar industrias, si se ponen firmes.

Mart¨ªnez responsabiliza a la industria de no disponer de instalaciones id¨®neas para el tratamiento de sus residuos. 'Nadie sale a decir ante la opini¨®n p¨²blica que son necesarias', cada vez que se pretende poner en marcha una iniciativa. '?Cree la gente que son menos seguras que arrojar los desechos a los vertederos, como se hace ahora?'.

Expertos del sector estiman que mientras no se apliquen impuestos disuasorios a los vertidos de residuos peligrosos en vertederos, los industriales elegir¨¢n esta v¨ªa para librarse de ellos.

Dificultades

El director de gesti¨®n de residuos industriales de Befesa, Jos¨¦ N¨²?ez, cree que las dificultades que surgen cada vez que se plantea una instalaci¨®n de separaci¨®n o tratamiento de este tipo de residuos se deben a dos factores. Una es el mal recuerdo que han dejado algunos p¨¦simos gestores de este tipo de materiales. Otra, el desconocimiento de la opini¨®n p¨²blica, susceptible por tanto de ser v¨ªctima de falsas alarmas, sobre la peligrosidad de estas instalaciones. As¨ª se dan casos de que lo que un alcalde ha autorizado es prohibido por su sucesor. N¨²?ez propone regular por ley la participaci¨®n en el proceso de decisi¨®n y seguimiento de todos los agentes sociales, como ocurre en Francia.