Feliciano despierta de su sue?o
El toledano perdi¨® ante el brasile?o Sa y dej¨® escapar la ocasi¨®n de meterse en cuartos de final
La historia concluy¨® tal como hab¨ªa comenzado, de forma impensable. Feliciano L¨®pez, de 20 a?os, lleg¨® a Wimbledon sin que nadie contara con ¨¦l. Y a punto estuvo de seguir pasando absolutamente inadvertido en el torneo que este a?o le ha visto debutar. En sus dos primeros partidos salv¨® siete puntos que hubieran supuesto su eliminaci¨®n. No es algo banal. Pero L¨®pez se sobrepuso a aquellas situaciones y fue elevando su list¨®n hasta convertirse en el primer espa?ol que lleg¨® a los octavos de final desde Pato Clavet, en 1998. Ayer, parec¨ªa preparado para afrontar otro reto y llevar al tenis espa?ol hasta cuartos de final, despu¨¦s de 30 a?os de ausencia (Manuel Orantes, en 1972). Pero perdi¨® de forma sorprendente frente a uno de los rivales m¨¢s asequibles a los que se ha enfrentado, el brasile?o Andre Sa por 6-3, 7-5, 4-6, 6-3 en 2 horas y 8 minutos.
Aunque se neg¨® a reconocero, probablemente ¨¦ste fue su principal problema. Feliciano ha desarrollado su mejor tenis en Wimbledon cuando m¨¢s libre estaba de responsabilidades. Gan¨® al griego Economidis, despu¨¦s de salvar una bola de partido. Se impuso a Ca?as, semifinalista en Roland Garros, tras superar otras seis. Y luego elimin¨® al alem¨¢n Raemon Schuettler (24? mundial) con m¨¢s comodidad, porque las clasificaciones apenas le daban opciones. Sin embargo, cuando ayer se enfrent¨® a Sa su situaci¨®n hab¨ªa dado un vuelco. Nada era igual. Esta vez ten¨ªa sobre su espalda la exigencia de una victoria. No s¨®lo porque el brasile?o es el 90? mundial -tras este torneo L¨®pez ser¨¢ el 78?- sino porque con su trayectoria hab¨ªa despertado unas expectativas que llegaban hasta Henman en la pr¨®xima ronda.
'No me sent¨ª m¨¢s nervioso que los otros d¨ªas', coment¨® L¨®pez tras su derrota. 'Lo plante¨¦ todo de igual forma. No me puse m¨¢s presi¨®n'. Sin embargo, desde que pis¨® la hierba se sinti¨® inc¨®modo y esa sensaci¨®n fue la que transmiti¨® a todos los espectadores que abarrotaban una pista, la tres, secundaria, con una grada para 800 personas. Algo no funcionaba, porque el saque de Feliciano no era tan efectivo como en anteriores partidos y porque Sa intu¨ªa bien sus golpes y restaba con solvencia. Era un factor a tener en cuenta. Pero, sobretodo, lo que funcionaba era la cabeza del toledano. Le faltaba tensi¨®n unas veces y tranquilidad en otras ocasiones.
Fue as¨ª como lleg¨® a una situaci¨®n desesperada. Casi sin enterarse perdi¨® la primera manga y, aunque logr¨® su primer break en el quinto juego de la segunda, la concedi¨® tambi¨¦n estrellando una volea de rev¨¦s en la red. El partido estaba cuesta arriba, sus opciones se escapaban. Y entonces, cuando la presi¨®n estaba desapareciendo, anulada por la impotencia, surgi¨® el Feliciano ganador. Recuper¨® su potencial, se mostr¨® m¨¢s tranquilo y gan¨® la manga jugando a lo campe¨®n, con dejadas de volea, con cruzadas de toque, con un saque m¨¢s efectivo, sin apenas errores.
Sin embargo, esta vez le falt¨® continuidad. Sa, que tambi¨¦n hab¨ªa acusado la presi¨®n, se tranquiliz¨® en la cuarta manga y sac¨® provecho de los errores del espa?ol. 'No he sacado bien', confes¨® Feliciano. '?l, en cambio, ha servido y ha restado mejor'. El partido se le escap¨® al toledano y su sue?o se esfum¨®. Pero la lecci¨®n de Wimbledon no ser¨¢ en vano. En la hierba ha comprendido que es capaz de ganar a cualquiera. 'Ayer me falt¨® la chispa de otros d¨ªas', confes¨®. 'Pero me voy con m¨¢s confianza en mi juego y pensando que muchos partidos dependen s¨®lo de m¨ª'. Wimbledon le ha dado mucho: confianza, la certeza de que es un buen jugador en pistas r¨¢pidas -cambiar¨¢ incluso su calendario en la parte final del a?o- y una clasificaci¨®n muy mejorada. Lo que ocurra en el futuro est¨¢ en sus manos... y en su cabeza.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.