Hola, ministro
Desde el adi¨®s al presidente hasta el saludo de hoy, como nuevo ministro, apenas han transcurrido diez d¨ªas, puede que los m¨¢s intensos en la vida pol¨ªtica de Eduardo Zaplana. Mucho ha tenido que rezar en estos ¨²ltimos tiempos, algo que tiene m¨¦rito en un pol¨ªtico con clara vocaci¨®n pragm¨¢tica. Pero la libreta azul de Aznar es inapelable y, una vez recuperada despu¨¦s de la presidencia europea, cumple a rajatabla lo que le mandan.
Zaplana ha superado, durante casi siete a?os y hasta ahora, todos los malos augurios de sus adversarios pol¨ªticos, desde la met¨¢fora del cazador que le ve¨ªa con plomo en las alas hasta la del cabalista que le presentaba con pies de barro. Y siempre lo consigue igual, con dos de sus caracter¨ªsticas m¨¢s acusadas, una incre¨ªble confianza en su expectativa de ¨¦xito y una capacidad envidiable para sugestionar a los que le rodean.
Durante su ¨¦poca valenciana ha pasado varias veces por las mismas etapas, completando al menos dos grandes ciclos. Hasta 1998 fue su ciclo de iniciaci¨®n, marcando el terreno y explorando sus posibilidades. Despu¨¦s inici¨® el per¨ªodo de madurez, examinando otras tierras y con nuevas metas m¨¢s ambiciosas en su horizonte pol¨ªtico. Pero siempre con la misma conducta repetitiva, la misma secuencia de seducci¨®n. Primero ofrece el estilo personal de hacer pol¨ªtica, a la b¨²squeda de confianza y credibilidad. Despu¨¦s desarrolla la f¨®rmula de gobierno, cargada de actitudes socialmente deseables y a la moda. Por ¨²ltimo, presenta su proyecto que debe tener un fuerte aspecto innovador. En los ¨²ltimos tiempos, estaba atrapado en esta tercera etapa, agotadas las posibilidades de novedad y sin posibilidades de un nuevo per¨ªodo.
Pero ahora vuelve a empezar, la situaci¨®n en la que se encuentra m¨¢s c¨®modo y con m¨¢s energ¨ªas. Hay que suponer que, de una forma o de otra, volver¨¢ a repetir las mismas conductas que le dieron ¨¦xito. S¨®lo hay un problema. El ambiente hacia el que va es muy distinto. All¨ª, la er¨®tica del poder, el impulso m¨¢s caracter¨ªstico de la pol¨ªtica, est¨¢ m¨¢s cerca de la reproducci¨®n asistida que de la sexualidad espont¨¢nea. O lo que es igual, tendr¨¢ que acostumbrarse a la pol¨ªtica de alta tecnolog¨ªa donde no hay ciclos vitales, todo marcha en l¨ªnea recta hacia un final. Y si no, que se lo cuenten muchos pol¨ªticos valencianos que pasaron hace poco por all¨ª.
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