Sesenta inmigrantes chilenos denuncian haber sido enga?ados en sus condiciones laborales

El sindicato CGT ha denunciado a la empresa constructora Carbonell Figueras, de Tarragona, ante la Inspecci¨®n de Trabajo por presuntas irregularidades en la contrataci¨®n de 60 trabajadores chilenos. Los trabajadores aseguran sentirse v¨ªctimas de un enga?o y dicen que les han rebajado el sueldo previsto, alargado el horario laboral y empeorado las condiciones de alojamiento pactadas. La empresa dijo ayer que ya ha presentado sus alegaciones ante la autoridad laboral y declin¨® pronunciarse sobre la denuncia presentada por el sindicato.

La denuncia se?ala que a los 60 trabajadores chilenos que hace dos meses abandonaron su pa¨ªs les hab¨ªan ofrecido un salario m¨ªnimo de 841 euros mensuales netos -140.000 pesetas-, una jornada de ocho horas diarias y dormitorios con dos camas para alojarse. Pero el sue?o se convirti¨® en pesadilla, pues al llegar a Catalu?a se encontraron con una situaci¨®n completamente distinta: fueron desplazados a Sant Cugat del Vall¨¨s, se les ha rebajado la categor¨ªa profesional y el sueldo, trabajan 10 horas de forma obligatoria y duermen en barracones.

'No voy a perder el tiempo hablando de esto', dijo ayer el director de Recursos Humanos de la constructora, Andr¨¦s Bernab¨¦. 'Hemos entregado la documentaci¨®n requerida al organismo competente, que es el que decidir¨¢', dijo el representante de la empresa.

El due?o de la empresa, Luis Carbonell Figueras, viaj¨® a Santiago de Chile en diciembre de 2001 para ofrecer un empleo a los trabajadores, de mediana edad y con a?os de experiencia en la construcci¨®n. Todos aceptaron. 'La situaci¨®n econ¨®mica est¨¢ muy mal en nuestro pa¨ªs', se lament¨® Carlos Uma?a, de 48 a?os.

Los trabajadores dicen que desde el principio hubo sorpresas. Fueron trasladados al pol¨ªgono Can Sant Joan de Sant Cugat del Vall¨¨s para realizar una obra de la multinacional Roche, a pesar de que en el permiso de residencia y trabajo, vigente hasta marzo de 2003, consta que trabajan en la provincia de Tarragona. Luego descubrieron que los dormitorios que hab¨ªan visto en unas fotograf¨ªas eran, en realidad, barracones con literas que deb¨ªan compartir cuatro personas como m¨ªnimo.

'Aguantamos y trabajamos, pues no ten¨ªamos nada', explica Luis Rosales, de 44 a?os. Los 60 trabajadores firmaron su contrato el d¨ªa de su llegada y ninguno tiene copia del documento. La oferta de trabajo acordada en Chile fue de palabra. 'Nos fiamos porque vino expresamente el due?o de la empresa', justifica Eduardo Arenas, de 38 a?os.

Lo peor estaba por venir. Los trabajadores denuncian que el 28 de mayo 30 de ellos se vieron obligados a firmar un documento por el que renunciaban a su categor¨ªa profesional por no poseer 'los conocimientos suficientes para desempe?ar las funciones para la que fue contratado', reza el documento. De encofradores de primera o segunda categor¨ªa pasaron a ser alba?iles, peones y ayudantes, con la consiguiente rebaja salarial.

La inspectora encargada del caso, Mercedes Ercilla, explic¨® a este diario que la empresa no ha infringido la Ley de Extranjer¨ªa, ya que los trabajadores llegaron con los permisos de trabajo en regla. Sin embargo, s¨ª se han detectado otras irregularidades, como el cambio de provincia, que no se comunic¨® a la inspecci¨®n. Los trabajadores deber¨ªan estar regulados por el convenio de la construcci¨®n de la provincia de Barcelona, cuyos sueldos son algo superiores a los de Tarragona, y cobrar pluses en concepto de desplazamiento y dietas.