'Quiero denunciar las presiones que la cultura ejerce sobre el cuerpo'
Dos bultos de silicona, sim¨¦tricos, acomodados en las sienes, representan el pen¨²ltimo estadio en la transfiguraci¨®n del 'yo' de Orlan, una artista mutante y mercurial, capaz de cortejar el dolor sin sufrirlo, de elevarse sobre s¨ª misma como una virgen barroca. 'Je suis une homme et un femme' (yo soy una hombre y un mujer) es la f¨®rmula de la artista de Saint-Etienne (1947) quien, adem¨¢s, a?ade a su vocaci¨®n sobrehumana la de ser una Diana contempor¨¢nea, 'porque es activa e incluso agresiva', Mona Lisa ('tras esa mujer hay algo de hombre'), psique ('llama a todo lo que hay de fr¨¢gil y vulnerable en nosotros') o Europa ('se deja llevar por la aventura').
Este autorretrato fractal de Orlan es tambi¨¦n su negativo, y ha sido algo m¨¢s que fuente de inspiraci¨®n para sus performances, desde 1964, fecha de su primera acci¨®n -'Or-lent (oro lento)- aquellas marchas al ralent¨ª' que consist¨ªan en reproducir a paso lento un recorrido cotidiano que los habitantes de su ciudad natal hac¨ªan de forma apresurada e inconsciente. Tambi¨¦n fue capaz de 'medir' con su cuerpo iglesias y edificios, transmutarse en las odaliscas de Ingres, las majas de Goya, la Venus de Boticelli... En su acci¨®n m¨¢s conocida, titulada Le baiser de l'artiste (Par¨ªs, 1977), se mostraba parapetada tras la fotograf¨ªa de su cuerpo desnudo mientras ofrec¨ªa su boca al p¨²blico a cambio de cinco francos.
'Los artistas j¨®venes creen que la resistencia es in¨²til y hacen un arte fr¨ªvolo que no cuestiona los valores'
'Yo me oriento hacia una identidad mutante. S¨®lo quiero llamar la atenci¨®n sobre lo 'formateados' que estamos los humanos'
Orlan, 'objeto de compra y venta en una sociedad de mercaderes', dio paso en los noventa a una serie de cirug¨ªa pl¨¢stica: en un quir¨®fano-teatro sufri¨® nueve operaciones en tres a?os; la s¨¦ptima fue retransmitida v¨ªa sat¨¦lite desde Nueva York a la galer¨ªa Sandra Gering, a diversas ciudades de Canad¨¢ y a Par¨ªs.
Vestida totalmente de negro, detr¨¢s de unas gafas de fantas¨ªa y con una peluca a lo Cruella de Vil. Orlan resiste toda suerte de comparaciones...
PREGUNTA. S¨®lo Michael Jackson fue capaz de ir m¨¢s lejos que usted...
RESPUESTA. No es nada subversivo que un hombre de raza negra quiera cambiar su piel, pero s¨ª que una mujer blanca quiera ser negra. Si fuera posible ya lo hubiera hecho. En la serie Hybridations africaines (2000) utilizo mi cuerpo como soporte a los elementos de belleza aplicados a la estatutaria tradicional africana y, a la vez, pongo en evidencia c¨®mo cada civilizaci¨®n ha querido fabricar su canon de belleza sobre el cuerpo, alienado por la religi¨®n, el trabajo, el deporte.
P. La transexualidad tambi¨¦n es una gran subversi¨®n...
R. Me considero una transexual mujer. Pero en concreto el tema de la transexualidad no me interesa, no es mi objetivo. La mayor¨ªa de los transexuales tienen una imagen fija de lo que quieren ser y yo me oriento hacia una identidad mutante. Lo que s¨ª tengo claro es que no me gustar¨ªa estar al lado de los del 'origen de la guerra' (Orlan se refiere a una obra suya en la que aparece un hombre con su sexo en erecci¨®n, tumbado sobre un lecho como lo hace la mujer del cuadro de Courbet). ?Me horroriza pensar en tantos miles de mujeres que mueren por el maltrato al que le someten los hombres!
P. Algunos ven en sus trabajos barrocos cierto 'madonnismo'...
R. Una vez tuve un encuentro con Madonna. Yo, como ella, denuncio c¨®mo las im¨¢genes de las v¨ªrgenes y las santas, en mi caso barrocas, han servido para la propaganda de la Iglesia. Ella es muy religiosa. Pero lo que ella hace ya lo hac¨ªa yo hace a?os. ?Madonna es una peque?a copiona!
P. ?Ha tenido alg¨²n problema con la Iglesia?
R. Las performances que hice en Italia fueron aceptadas muy bien, Polonia es dif¨ªcil, pero tolerante, a los pocos d¨ªas de estar all¨ª intentaron convencerme de que creyera en Dios, pero Dios no forma parte de mi hip¨®tesis de trabajo. En Francia est¨¢ surgiendo una vuelta a la religi¨®n por parte de la intelectualidad. Es peligroso lo que pasa en mi pa¨ªs, siento un miedo abominable y el 11 de septiembre ha influido mucho porque ha metido el miedo en el cuerpo. S¨®lo hay dinero para el patrimonio o para los artistas cercanos al poder. Los artistas j¨®venes creen que la resistencia es in¨²til, y hacen un arte fr¨ªvolo que no se cuestiona los valores sociales. Mi obra siempre ha sido de resistencia. Hoy los artistas estamos en la cola de la cometa cuando antes est¨¢bamos en primera l¨ªnea de batalla.
P. Usted siempe ha querido marcar distancias con el body art.
R. En el manifiesto de El arte carnal ya lo apunto, que en mi obra no deseo el dolor, ni lo investigo como fuente de purificaci¨®n, ni lo concibo como redenci¨®n. El arte carnal no se interesa por el resultado pl¨¢stico final, sino por la operaci¨®n quir¨²rgica-performance y por el cuerpo modificado convertido en lugar de debate p¨²blico. Soy una artista multimedia que quiere denunciar las presiones que la cultura ejerce sobre el cuerpo, y lo he hecho, entre otras cosas, en un quir¨®fano, decorado, como un escenario. Mi cuerpo es mi software. La finalidad de la obra no es ser vendida.
P. Pero sus ¨²ltimas piezas tienen un formato muy comercial, fotograf¨ªas a color en grandes formatos, cajas de luz...
R. En mi generaci¨®n ha habido poco soporte por parte de museos y coleccionistas, no hab¨ªa revistas de arte, ni becas. Sin embargo ten¨ªamos una pasi¨®n por el arte que nos devoraba. A lo largo de mi vida he tenido otros trabajos, mis obras son muy costosas -todav¨ªa estoy pagando mis operaciones- y ahora, s¨®lo despu¨¦s de pocos a?os, empiezo a vender algo. No me averg¨¹enzo de ello, ?algunos de mis alumnos ganan m¨¢s dinero que yo!
P. Las series quir¨²rgicas la encasillaron convirti¨¦ndola en blanco de ataques de un sector del feminismo; mientras, la cr¨ªtica despreciaba el resto de su producci¨®n. Pero usted, all¨¢ por los sesenta, fue capaz de escandalizar al p¨²blico cuando bord¨®, con los ojos vendados, las manchas de esperma sobre s¨¢banas que representaban el ajuar de la novia, o su famoso 'beso' a quien deposite cinco francos, por lo que fue expulsada de la Escuela de Arte de Ly¨®n despu¨¦s de que se le comunicase que sus actividades externas eran 'incompatibles con su funci¨®n de ense?ante'.
R. Las operaciones s¨®lo eran un medio art¨ªstico, no ten¨ªan finalidad en s¨ª mismas. Yo s¨®lo quiero llamar la atenci¨®n sobre lo 'formateados' que estamos los humanos. En el feminismo existen muchas tendencias, las feministas ecologistas est¨¢n en contra del maquillaje, y yo lo utilizo como medio art¨ªstico, es un juego, como un carnaval, que nos sirve para cambiar de identidad. En Estados Unidos, algunos sectores fueron muy duros conmigo mientras otros me llevaban como estrella invitada a sus festivales en San Francisco. Aun as¨ª, desconf¨ªo de la vieja guardia.
Orlan. 1964-2001. Museo Artium. Francia, 24. Vitoria. Comisariada por Olga Guinot. Coproducci¨®n con el Centro de Fotograf¨ªa de la Universidad de Salamanca. Hasta el 31 de agosto.

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