Una obra m¨¢s que enigm¨¢tica

A s¨®lo cien metros del nuevo Teatre Lliure, Llu¨ªs Pasqual estrenaba anteanoche su Edipo XXI en el Teatre Grec. De no ser Pasqual el director de este montaje, no cabr¨ªan otras lecturas que las espec¨ªficamente referidas a los textos de Esquilo, S¨®focles, Eur¨ªpides y Jean Genet de los que parte esta puesta en escena, y el contexto de Edipo XXI ser¨ªa el de las ¨²ltimas guerras fratricidas de la humanidad (?acaso no lo son todas?). Sin embargo, Pasqual ha recurrido con frecuencia a met¨¢foras teatrales para hablar de s¨ª mismo y de su circunstancia personal, y no hay duda de que, basado en curiosas coincidencias, no va a faltarle entretenimiento a quien quiera leer en esta clave su ¨²ltimo montaje.

Edipo nace en el seno de la casa real de Tebas, pero un or¨¢culo advierte que matar¨¢ a su padre y se acostar¨¢ con su madre, de la que tendr¨¢ hijos. Layo y Yocasta, sus padres, mandan matar al ni?o, pero el pastor que debe cumplir la orden se compadece y lo entrega a unos pastores del rey Corinto. Edipo crecer¨¢ en palacio hasta que un or¨¢culo le anuncia que matar¨¢ a su padre y se acostar¨¢ con su madre. Crey¨¦ndose hijo de los reyes de Corinto, Edipo huye de la ciudad sin saber que se dirige a cumplir su destino.

Es ah¨ª donde empiezan las posibles lecturas de sentido m¨¢s o menos oscuro, m¨¢s o menos doble. Edipo matar¨¢ a su padre, pero tambi¨¦n liberar¨¢ a Tebas de la Esfinge. Edipo gobierna la ciudad hasta que se abate sobre ella la peste de la que los tebanos s¨®lo se librar¨¢n cuando se descubra qui¨¦n asesin¨® a Layo. Expulsado de Tebas por sus propios hijos, Edipo vagar¨¢ por tierras inh¨®spitas.

Juego de sustituciones

Sea como sea, no hace falta m¨¢s que hacer un juego de sustituciones, cambiar los nombres de la tragedia por otros actuales, para empezar a hacer c¨¢balas. ?Est¨¢ Pasqual a punto de marcharse a Colono para no volver jam¨¢s? ?O acaso est¨¢ Pasqual por maldecir a Tebas? Pero, sobre todo, ?qui¨¦n es Creonte, el tiranuelo sobre el que se abatir¨¢n todas las desgracias? ?Se han enfrentado ya Pal¨ªnices y Et¨¦ocles, los hijos de Edipo, a las puertas del Lliure?

En otra clave, la de la tragedia griega que Pasqual reestructura juntando fragmentos, Edipo XXI resulta seguramente m¨¢s ortodoxa, pero tambi¨¦n m¨¢s mon¨®tona, y su lectura desde el presente (con la incorporaci¨®n de Genet) no resulta de excesiva profundidad.

Uno de los grandes alicientes son los actores. Un equipo de una solvencia m¨¢s que demostrada cuya funci¨®n es, principalmente, la de arropar a Edipo-Alc¨®n. Edipo XXI es un montaje correcto, pero para una parte importante del p¨²blico, aquella que espera a ver a Pasqual dirigiendo (en) el Lliure, tanto or¨¢culo tal vez le resulte poco agradable o, por lo menos, tal vez hubiese preferido que Pasqual se dejara de requiebros.