Nuestro dulce refugio
Por la noche, en la calle, cuando observo una ventana iluminada, pienso siempre que ser¨ªa feliz si viviese all¨ª dentro. Distingo las cortinas, el extremo de un mueble, un cuadro cualquiera en la pared
no todo el cuadro, la mitad del cuadro
la l¨¢mpara del techo que me gusta con una de sus bombillas fundida
una bombilla fundida me da la posibilidad de sustituirla por una bombilla nueva, volverme ¨²til, preguntar
-?D¨®nde est¨¢ la escalera?
avanzar con la escalera tropezando con las sillas, subir tres escalones
con tres escalones basta
desenroscar la bombilla fundida, extenderla hacia abajo sabiendo que alguien
(?t¨²?)
la coger¨¢ y me dar¨¢ a cambio una nueva, enroscar la bombilla nueva y entonces la sala clara, m¨¢s grande, menos sombras en los ¨¢ngulos, bajar los tres escalones, colmado, feliz, plegar la escalera sin pillarme el me?ique, guardarla entre el frigor¨ªfico y la puerta de la cocina
Tarz¨¢n busca apoyo con su mano insegura y el apoyo que Tarz¨¢n busca lo reh¨²ye
-?Es aqu¨ª?
comprobar si la bombilla no parpadea y no, no parpadea
-?Qu¨¦ tal? ?Ha quedado mejor?
ocupar un lugar en el sof¨¢ que conquist¨¦ gracias a mi destreza dom¨¦stica, una mirada de soslayo satisfecha hacia la calle y en la calle, a una distancia de dos pisos, un hombre
(?yo?)
pensando que ser¨ªa feliz si viviese aqu¨ª dentro. Y lo ser¨ªa: el apartamento debe de tener apenas unos diez a?os, casi ninguna filtraci¨®n a no ser en la despensa
pero ?qui¨¦n se fija en una filtraci¨®n en la despensa?
las baldosas que mandamos colocar en lugar de la tarima
y claro, la casa as¨ª est¨¢ m¨¢s fresca
la mesa de bamb¨² con encimera de cristal, los estantes de bamb¨², los sillones de bamb¨², el mueble-bar, nuestra habitaci¨®n con una rodela de cer¨¢mica colgada en la puerta por el lado de fuera
y en la rodela de cer¨¢mica Tarz¨¢n y Jane
yo Tarz¨¢n los s¨¢bados por la tarde, despu¨¦s de las compras de la semana, t¨² Jane unas veces, otras veces
-Me ha venido la regla, ten paciencia, ya sabes que no me gusta
yo menos Tarz¨¢n porque t¨² nada Jane, otras veces t¨² Jane
normalmente cuando tengo sue?o
el sost¨¦n negro, el cabello que fuiste a peinarte en secreto en el dormitorio con una rodela de cer¨¢mica en la puerta por el lado de fuera
lugar de Meditaci¨®n
unos pendientes de fantas¨ªa, un poco de pintura en los ojos, t¨² definitivamente Jane
-Cari?o
yo sin m¨²sculos luchando con un p¨¢rpado rebelde
-?Perd¨®n?
tus dedos jugando con la medalla del pecho, Tarz¨¢n que se niega a aparecer, que comienza a alarmarme porque se niega a aparecer, un vistazo hacia el fondo, all¨ª donde mi cuerpo duerme
-?Qu¨¦ te ocurre?
no duerme, mi cuerpo asustado
-?Qu¨¦ me ocurre?
un dedito explorador que no reconoce nada, la mano abierta, un sobresalto fr¨ªo en la nuca, tu palma sobre la m¨ªa
-?Est¨¢s bien?
el sost¨¦n negro, a cualquier otro Tarz¨¢n se le har¨ªa agua la boca si lo viese, una disculpa idiota
-Me da la impresi¨®n de que he o¨ªdo pasos fuera
los pendientes de fantas¨ªa que prestan atenci¨®n un momento y se dilatan volvi¨¦ndose hacia m¨ª
-No han sido pasos, cari?o
dientes en mi oreja
-Cabrito
pensar en la telefonista del trabajo a ver si, en la mujer de Novais con la esperanza de que, pensar en la mujer de Novais no ha fallado hasta ahora
est¨¢ fallando ahora
t¨² que desistes, te quitas los pendientes, coges una revista, te deshaces el peinado en el coj¨ªn
-Cuarenta a?os en mayo, ?no?
demasiado interesada en el noviazgo de unos actores
MARISA HA DECLARADO: FERNANDO Y YO NOS LLEVAMOS MARAVILLOSAMENTE BIEN
y una parejita risue?a, ambos se hacen mutuamente caricias en los pies mientras que Jane y Tarz¨¢n no se llevan ni bien ni mal, no se hacen tampoco caricias en los pies, Tarz¨¢n compungido se levanta de la cama
-Ya vuelvo
mientras Fernando y Marisa te explican detalles
FERNANDO Y MARISA DISFRUTAN DE SU AMOR EN BENIDORM EN UN ESCENARIO DE SUE?O
Tarz¨¢n en el mueble-bar con la expectativa de un whisky
dicen que el alcohol ayuda
as¨ª que bebe un trago, otro trago, pero no siente que lo ayude, se dispone a tomar una decisi¨®n
-?Qu¨¦ hago ahora?
el suelo de baldosas seguramente har¨¢ que me constipe, el bamb¨² que me irrita
?tanto bamb¨² para qu¨¦?
Tarz¨¢n busca apoyo con su mano insegura y el apoyo que Tarz¨¢n busca lo reh¨²ye
-Cuarenta a?os en mayo
debe de ser por los cuarenta a?os, cuarenta a?os, qu¨¦ horror, Tarz¨¢n viej¨ªsimo, perdido, que encuentra la ventana, en la ventana el principio de la noche y un hombre en la calle
(?yo?)
pensando, el imb¨¦cil, que ser¨ªa feliz si viviese aqu¨ª dentro.
Traducci¨®n de Mario Merlino.
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