El protocolo del adi¨®s
Estuvo el bello cuadro de Vermeer en el que se representaba a una joven que miraba hacia el pintor, entreabr¨ªa la boca, luc¨ªa turbante azul y destacaba la perla que llevaba de pendiente. Esto a mediados del siglo XVII. Ella era Griet, una muchacha que tuvo una vida de ficci¨®n a partir de la recreaci¨®n que hizo Tracy Chevalier en su novela La joven la perla, de tanto ¨¦xito el a?o pasado. Ahora, en ?ngeles fugaces, la autora nos lleva a un paisaje muy especial del Londres victoriano, aquel en el que se desarrolla el ritual y protocolo del adi¨®s y se pacta ese acuerdo de mantener la memoria de quien se aleja visitando el lugar donde el cuerpo yace: el cementerio.
En el camposanto, en el tiempo de 1901 y con una muerte, la de la reina Victoria, Tracy Chevalier traza el punto de partida de una historia en la que los lazos de amistad y enfrentamiento, el deseo y la pasi¨®n, la envidia y la rivalidad y el afecto se ir¨¢n consolidando en presencia de los muertos. Ser¨¢n las familias Coleman y Waterhouse, sobre todo, a trav¨¦s de sus hijas Maude y Lavinia, quienes ir¨¢n desvelando un mundo de fricci¨®n entre clases que ir¨¢ perdiendo su sentido seg¨²n avance el siglo, que en su primera d¨¦cada, el tiempo que ocupa texto y que finaliza con la muerte del rey Eduardo, ocasiona tanto cambio como el que se va produciendo en las dos ni?as que ser¨¢n adolescentes al final de la novela. Adolescentes dispuestas a dirimir y significar sus diferencias en ese periodo de transici¨®n tan significativo para ellas, pero, sobre todo, para la sociedad que transitan. Pues estar¨¢n las sufragistas y la electricidad y el miedo al cambio y la esperanza en el futuro.
?NGELES FUGACES
Tracy Chevalier Traducci¨®n de Jos¨¦ Luis L¨®pez Mu?oz Alfaguara. Madrid, 2002 464 p¨¢ginas. 18 euros
Lo mejor de ?ngeles fuga
ces, sus voces femeninas y ese cortejo de tierra y pala del voyeur del sufrimiento, desempe?ado por hombres, que es el cortejo de los sepultureros, testigos del cambio social que se va produciendo. Lo menos interesante: cuando en el hecho real los personajes desarrollan un arquetipo m¨¢s hueco, pues pierde fuerza ese espejo tenebroso al que se enfrentan los protagonistas cuando se miran y est¨¢n solos y nada palia el gesto de extra?eza en el que se ven representados. ?ngeles fugaces es una novela coral que habla del adi¨®s a una ¨¦poca y cuyo mejor timbre de voz est¨¢ a cargo de las peque?as protagonistas, Maude y Lavinia. Da v¨¦rtigo verlas crecer, discrepar y reafirmarse.
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