Malos tiempos para la f¨ªsica
Las carreras universitarias de ciencias cl¨¢sicas han perdido hasta el 70% de sus alumnos en cuatro a?os
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'?stos son malos tiempos para el conocimiento per se', admite Antoni M¨¦ndez, decano de la Facultad de Ciencias de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona (UAB). Y si no que se lo pregunten a los profesores de las carreras de Matem¨¢ticas, F¨ªsica o Qu¨ªmica, conocidas como ciencias puras, que contemplan impotentes c¨®mo el n¨²mero de alumnos se reduce implacablemente curso tras curso. Y es que, desde hace cuatro a?os, estas carreras universitarias de ciencias cl¨¢sicas, que antes pod¨ªan llegar a tener matriculaciones de hasta 300 alumnos, est¨¢n registrando una ca¨ªda estrepitosa en el n¨²mero de matr¨ªculas de nuevo acceso, esto es, en el n¨²mero de alumnos de primer curso. La cantidad de estudiantes universitarios, si bien ha bajado espectacularmente respecto a los tiempos de los baby boomers -los nacidos en la d¨¦cada de 1960-, se mantiene m¨¢s que bien entre los cursos 1998-1999 y 2001-2002, lo que no ocurre entre los matriculados en Matem¨¢ticas, F¨ªsica y Qu¨ªmica.
Los datos, siempre fr¨ªos, as¨ª lo atestiguan: en la Universidad de Barcelona (UB) se matricularon 238 estudiantes para cursar matem¨¢ticas en 1998; en 2001 se redujeron a menos de la mitad, 109; los que eligieron F¨ªsica en la misma Universidad hace cuatro a?os fueron 308, pero para el curso 2001-2002 s¨®lo se decidieron por esta opci¨®n 192. En la Universidad Aut¨®noma de Barcelona (UAB) se viven situaciones parecidas o incluso peores: los 171 estudiantes que se matricularon en F¨ªsica en 1998 apenas llegaron a ser 46 en 2001, lo que representa una reducci¨®n de casi el 75%. Los estudios universitarios de Qu¨ªmica tampoco viven mejores tiempos: en la Universidad Rovira i Virgili (URV) 'ficharon' a 149 estudiantes para el primer curso de esta carrera en 1998, pero en 2001 s¨®lo consiguieron 91, y en la Universidad de Girona (UdG) pasaron de los 105 nuevos estudiantes de Qu¨ªmica a los 84 entre 1998 y 2001.
?Qu¨¦ est¨¢ pasando? 'Pueden haber varias causas: son carreras dif¨ªciles, cada vez hay m¨¢s universidades para repartir menos estudiantes de estas carreras, y quiz¨¢ la percepci¨®n que tienen sobre la figura del qu¨ªmico, el f¨ªsico o el matem¨¢tico los alumnos que acaban ESO y bachillerato no se corresponde con la realidad', reflexiona M¨¦ndez, decano de la Facultad de Ciencias de la UAB, quien subraya que, contrariamente a lo que se piensa, los universitarios que acaban estas carreras no sufren paro y son cada vez m¨¢s apreciados en nuevos sectores. 'Los bancos, por ejemplo, cada vez piden m¨¢s matem¨¢ticos porque aprecian su gimnasia mental, su capacidad de modelar, es decir, de transformar un problema real en un problema matem¨¢tico'. 'Ahora hay un auge en las carreras que empiezan por bio -biolog¨ªa, biotecnolog¨ªa, bioqu¨ªmica-, y la percepci¨®n social de que las ingenier¨ªas o las polit¨¦cnicas son m¨¢s eficientes y tienen m¨¢s salida, en detrimento de las ciencias cl¨¢sicas', prosigue. Y es que, tras muchos a?os de trabajo a pie de aula -empez¨® como becario en la UAB en 1971-, M¨¦ndez vive los vaivenes de lo que cataloga como 'modas universitarias' con cierto escepticismo: 'Desde que se emite la serie Veterinaris de TV-3, el n¨²mero de matriculados en esta carrera ha aumentado espectacularmente, pero claro, no todos van a acabar trabajando en lo que sale en la tele', afirma con sorna.
Jose Mar¨ªa Corcuera, profesor de Estad¨ªstica de la Facultad de Matem¨¢ticas de la Universidad de Barcelona, est¨¢ m¨¢s que de acuerdo con M¨¦ndez: 'La situaci¨®n es de descalabro y hay una preocupaci¨®n evidente por la disminuci¨®n de alumnos', reconoce este hombre, quien asegura que se vive id¨¦ntica situaci¨®n en Europa y Estados Unidos. 'Una opci¨®n es cambiar los planes de estudio y algunos contenidos', asevera Corcuera, 'pero hay cierto nivel de rechazo entre algunos miembros del profesorado que, acogi¨¦ndose a la libertad de c¨¢tedra, no quieren o¨ªr hablar de posible supresiones de asignaturas o disminuci¨®n de horas de clase'. Este inmovilismo, sin embargo, puede llevar a un estancamiento que ya se palpa: 'Corremos el peligro de sufrir una congelaci¨®n de plantilla y que no llegue savia nueva, imprescindible para la vida universitaria'. Corcuera tambi¨¦n aboga por incrementar el contacto y la informaci¨®n entre secundaria y bachillerato y las propias universidades, a las que reconoce cierta responsabilidad por la situaci¨®n que ahora mismo se vive.
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