Gila en Perejil
A costa de que todo el pa¨ªs trague Perejil hasta en la sopa, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar ha tenido ya su jornada de gloria militar. Pero, afortunadamente, el incidente de Perejil ha sido, adem¨¢s, un homenaje p¨®stumo que la realidad le ha brindado al arte de ese republicano genial que fue Miguel Gila. La batallita de Aznar ha sido, literalmente, como aquellas guerras que con un casco y un tel¨¦fono ridiculizaba el humorista madrile?o. El di¨¢logo que mantuvieron los agentes de la patrullera de la Guardia Civil con los miembros del destacamento marroqu¨ª, tiene m¨¦ritos suficientes como para haber sido escrito por Gila o ser un fragmento del gui¨®n de Sopa de ganso, la comedia m¨¢s delirante de los hermanos Marx. Lo del comandante marroqu¨ª, ataviado con un polo a rayas horizontales, diciendo 'yo s¨¦ que estoy aqu¨ª' merece formar parte de las mejores antolog¨ªas del humor absurdo. Es absolutamente genial. Casi tanto como cuando, a rengl¨®n seguido, les advierte a los guardias espa?oles de que 'si alg¨²n d¨ªa ustedes quieren venir aqu¨ª hay que pedirlo por tel¨¦fono', mientras hace con los dedos el gesto de telefonear.
Posiblemente fuera cierto lo que dijo el comandante del polo a lo Chanquete cuando afirm¨® que estaba en la isla por una casualidad. A partir de ah¨ª y de la coincidencia con la patrullera, empieza a cocinarse la sopa de ganso de Aznar y Mohamed VI. El puchero ten¨ªa ya algunos condimentos, cargaditos de sabor y a remojo, como esos juegos de guerra (maniobras navales, en la jerga militar) que unos d¨ªas antes hab¨ªan llevado a cabo, en Alhucemas, los guardias marinas de Mar¨ªn. Durante los meses previos, la olla hab¨ªa alcanzado sus buenas dosis de presi¨®n a ambos lados del Estrecho. Al final, fue ponerle un poco de perejil al guiso y ¨¦ste casi se convierte en una bomba.
Al tirano alahuita el incidente le ha venido muy bien, como postre de su bodorrio, para distraer a su desgraciado pueblo. Pero, el uso que ha hecho el presidente espa?ol del conflicto, ha sido sim¨¦trico. Tras el ¨¦xito de la huelga general y el fracaso de Aznar en el debate del Estado de la Naci¨®n, este episodio de haza?as b¨¦licas, le ha servido para aglutinar entorno a su figura el peor de los fervores nacionalistas. Un medio como el Financial Times, dijo que Aznar actu¨® por orgullo castellano y calific¨® la operaci¨®n de disparate y de verg¨¹enza. Finalmente el general del Imperio Colin Powell, tambi¨¦n se colg¨® al tel¨¦fono de Gila para llamar al orden a unos y otros. Ni el Imperio, ni sus provincias europeas, necesitaban de otra fuente de tensi¨®n con el mundo ¨¢rabe, nuestros b¨¢rbaros.
Pero en fin, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar ha tenido ya su jornada de gloria militar y un ministro de Defensa, el poeta Trillo, que la cantara por Radio Nacional (y tanto) de Espa?a: 'Al alba y con fuerte viento de levante...'. Por una de esas coincidencias, ha sido un 17 de julio, como fue un 17 de julio de 1936 el d¨ªa elegido por el general Franco para iniciar en los territorios africanos la sublevaci¨®n contra el Gobierno de la Rep¨²blica Espa?ola. Pero como dec¨ªa el hermano mayor de los Marx (Don Carlos), la historia s¨®lo se repite como caricatura. Y tal vez por eso, no s¨¦ si ustedes habr¨¢n reparado, a Aznar se le est¨¢ aflautando la voz tal que as¨ª como al mism¨ªsimo general¨ªsimo. As¨ª que ?Viva la huelga general!
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