Liria y Calvo, dos revelaciones

La corrida de Cuadri tuvo tres toros en tipo y otros tres menos en la personalidad del hierro. Dos de los toros menos Cuadri de la corrida, en tipo y en cara, los sorte¨® Liria. Esos dos toros fueron, adem¨¢s, distintos en todo: en hechuras y condici¨®n. El que abri¨® plaza, alto y bastote; el cuarto, bajo, corto y de poco cuello. Ninguno de los dos se rompi¨® en el caballo, aunque el segundo del lote se emple¨® un poco m¨¢s en el primer puyazo. Este toro, que lleg¨® muy justo de fuerzas a la muleta tuvo fuerza y temple. Esas mismas condiciones las emple¨® Liria con tan noble animal. Y entonces fue cuando apareci¨® un torero relajado, muy asentado y toreando con gusto. Asom¨® la calidad de un torero muy reposado, que incluso tuvo tiempo para recrearse. Se demostr¨®, en fin, que cuando a este Liria no se le echa a los leones, surje un torero de buenas formas y mejor fondo.

El primer toro, que arroll¨® a Liria de salida, fue de esos que llaman de peligro sordo. Mas no era un peligro tan escondido, cuando resultaban tan evidentes sus miradas a los muslos del torero. Toro inc¨®modo e incierto, con el que no dud¨® Liria en echarse la muleta a la izquierda nada m¨¢s comenzar la faena. La entrega que no tuvo ese toro la puso el torero.

Un toro con plaza, fijeza y recorrido fue el tercero. Pero entre tantas buenas condiciones, ese toro tambi¨¦n ten¨ªa un fondo de listeza tan poco aparatoso como cierto. Exig¨ªa firmeza de manos y agilidad mental. Dentro de sus limitaciones, Jos¨¦ Calvo entend¨ªo a tan interesante Cuadri. Bien planteada, la faena siempre tuvo un claro acento de calidad. Fue intermitente, si acaso, pero el goteo de clasicismo que tuvo fue para tenerlo en cuenta.

Dentro de esa desigualdad que tuvo la corrida de Cuadri, los dos toros de Padilla acabaron igual de parados. El segundo incluso esper¨® mucho en banderillas y en la muleta, pese a tan remiso de embestida, sorprend¨ªa de vez en cuando con tres arrancadas seguidas, tan vibrantes como el¨¦ctricas. Peor ese toro, definitivamente, vendi¨® humo. El quinto le dio todav¨ªa menos opci¨®n a Padilla. Este toro s¨ª que neg¨® muy pronto su colaboraci¨®n. En ambos, Padilla luci¨®, con espect¨¢culo inclu¨ªdo, sus grandes condiciones f¨ªsicas con las banderillas.

Devuelto el ¨²ltimo Cuadri a los corrales, salt¨® el primer sobrero de Mar¨ªa Luisa Dom¨ªnguez, muy chico, sin trap¨ªo y protestado. Tan inv¨¢lido que tambi¨¦n volvi¨® por donde hab¨ªa salido. El sexto tris, de Boh¨®rquez, tuvo presencia, pero s¨®lo eso. Se emple¨® en un primer puyazo pero lleg¨® a la muleta defendi¨¦ndose. A Calvo s¨®lo le qued¨® la opci¨®n de estar valiente.Lo intent¨® en principio pero el de Boh¨®rquez se neg¨® a embestir y oblig¨® a su matador a abreviar.