Homil¨ªa con escolta
El p¨¢rroco de Maruri pide en su misa dominical una 'rebeli¨®n c¨ªvica' a la sociedad vasca
El p¨¢rroco de Maruri, Jaime Larrinaga, el primer cura con escolta en el Pa¨ªs Vasco, aprovech¨® ayer su primera homil¨ªa dominical desde que le fue asignada protecci¨®n policial para expresar desde el altar su apoyo a las v¨ªctimas del terrorismo y pedir a la sociedad vasca una 'rebeli¨®n c¨ªvica'.
Una hora m¨¢s tarde de la misa que hab¨ªa oficiado, a las once de la ma?ana, el p¨¢rroco segu¨ªa recibiendo abrazos y apretones de manos de sus feligreses, as¨ª como de escritores, pol¨ªticos constitucionalistas, magistrados... Larrinaga concelebr¨® la eucarist¨ªa, en euskera y castellano, con su amigo y tambi¨¦n religioso Antonio Beristain, a quien conoci¨® hace cinco a?os cuando juntos intentaron sin ¨¦xito celebrar una misa por el concejal del PP Miguel ?ngel Blanco, asesinado por ETA.
-'Jaime, eres el cura m¨¢s famoso de Espa?a', le transmiti¨® una amiga que luc¨ªa un moreno impropio de este verano en Euskadi.
-'No, no, mujer; s¨®lo estoy aqu¨ª, peleando', replic¨®.
Larrinaga es p¨¢rroco de Maruri desde hace m¨¢s de 30 a?os y ha decidido ser profeta en su tierra, aunque le cueste llevar guardaespaldas. 'Profeta para hablar en p¨²blico, denunciar las injusticias, porque la vida es libertad. La vida sin libertad no vale nada', dijo en una homil¨ªa seguida con mucha atenci¨®n por su feligres¨ªa, por periodistas y pol¨ªticos que se acercaron, muchos de estos escoltados, a la iglesia de este pueblo nacionalista hasta la m¨¦dula -el consistorio no cuenta con un solo edil del PP o del PSE- y de apenas 600 habitantes.
M¨¢s que una homil¨ªa, sus palabras resonaron como si de una confesi¨®n p¨²blica se tratara. El port¨®n de madera de entrada a la iglesia estaba abierto de par en par.
'?Qu¨¦ es lo que ha pasado? ?Hemos perdido un poco la cabeza?', se pregunt¨® Larrinaga tras leer un texto del Evangelio en el que se habla de los perseguidos: 'Dichosos vosotros cuando os insulten. Tranquilos, porque vuestra recompensa ser¨¢ grande en el cielo'.
Pero tambi¨¦n admiti¨® que, tras tanta pol¨¦mica con el Ayuntamiento -le calific¨® de 'nost¨¢lgico' del franquismo en una carta enviada a todos los vecinos- y de tanta entrevista, 'efectivamente, hemos perdido un poquito la cabeza'. 'Pero yo soy el de siempre, el que lleva tanto tiempo con vosotros', dijo en euskera desde el altar, y luego elev¨® la mirada para a?adir: 'Nunca he tenido vocaci¨®n de ser protagonista'. El resto de la homil¨ªa la llen¨® de agradecimientos a todos los que se hab¨ªan acercado al templo, adem¨¢s de comprometerse con los valores de la tolerancia, el respeto y la cercan¨ªa a las v¨ªctimas. Adem¨¢s, defendi¨® la actuaci¨®n del Foro El Salvador, el grupo de curas y laicos cr¨ªtico con el nacionalismo vasco y que ¨¦l preside. Fue en ese momento cuando, desde el altar, lanz¨® su cr¨ªtica m¨¢s incisiva contra esas 'autoridades a las que no les parece bien que se las critique y que nos quieren obligar a vivir con otras ideas'.
Jaime Larrinaga admiti¨® ante su gente que la tentaci¨®n del silencio siempre est¨¢ presente. 'Vivir¨ªa mucho mejor si me callase, porque en un ambiente de crispaci¨®n es dif¨ªcil hablar, ser valiente. Y me duele haber notado un cambio en muchos feligreses. Les han molestado mis denuncias', explic¨®.
Tras la misa, algunos asistentes se quedaron junto al port¨®n de entrada en el que 'un grupo de vecinos' hab¨ªa pegado dos folios en los que se acusaba al alcalde de Maruri, Joseba Alzaga (PNV), de haber 'se?alado la diana a los radicales'.
M¨¢s alejadas, tres ancianas opinaban sobre la homil¨ªa del p¨¢rroco: 'No nesesitamos esto. Pedimos respeto. Nosotras somos buenas desde que nasimos'. Y es que son muchos en el pueblo los que quieren recuperar la 'normalidad' y volver a ser conocidos s¨®lo por sus excelentes alubias.
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