'Durante 25 a?os trabaj¨¦ en Sur¨¢frica los siete d¨ªas y las siete noches de la semana'
A los 90 a?os, Paurides Gonz¨¢lez Vidal (Elda, 26 de mayo de 1911) a¨²n trota por la arena de la playa y nada algunas ma?anas en el mar. 'No todo lo que quisiera, porque sufr¨ª un enfisema pulmonar hace 20 a?os y me canso enseguida', afirma este alicantino, cuya vida es fascinante. Tanto, que ha encargado su biograf¨ªa a una agencia de comunicaci¨®n especializada en este tipo de trabajos. Paurides, ex militar republicano, se march¨® de Espa?a huyendo de los nacionales tras la guerra civil. Lleg¨® a Sur¨¢frica como poliz¨®n en un buque que zarp¨® del puerto de Alicante; en el pa¨ªs africano se convirti¨® con los a?os en uno de los asesores de empresas m¨¢s prestigiosos del pa¨ªs. Despu¨¦s tuvo su propio negocio. Hace 20 a?os regres¨® a Alicante con su esposa, que muri¨® en 2001.
Antes primaba el respeto por los dem¨¢s, ahora la chavaler¨ªa no te deja dormir
P. Usted tiene un nombre poco com¨²n.
R. A mi padre le gustaban los nombres raros. A otro hermano le puso Orestes.
P. ?C¨®mo fue su infancia en Elda?
R. Muy feliz. En Elda nos conoc¨ªamos todos, nadie le cerraba las puertas a nadie. La vida era muy sencilla, primaba el respeto por los dem¨¢s. No como ahora, que la chavaler¨ªa no te deja dormir, con las discotecas abiertas hasta las tantas de la noche, los cr¨ªos gritando por ah¨ª...
Cuando volv¨ª del servicio militar aprob¨¦ una oposici¨®n para el Ayuntamiento. Entonces se hac¨ªan las cosas bien: nadie entraba a dedo. Durante la adolescencia, antes de que estallara la guerra civil, coquete¨¦ con el anarquismo. Elda era entonces un centro importante de anarquistas. Despu¨¦s me di cuenta de que los procedimientos que empleaban no eran los m¨¢s adecuados.
P. ?Qu¨¦ recuerda de la guerra?
R. Todo calamidades. Cuando un ob¨²s le vuela la cabeza al que tienes al lado..., ?qu¨¦ le voy a decir? Hambre, miedo, heridas. En el bando republicano todo era improvisado.
P. Usted lleg¨® a Sur¨¢frica huyendo de la presi¨®n de los nacionales tras la guerra, ?c¨®mo se las apa?¨® al principio en un pa¨ªs desconocido?
R. Yo cre¨ªa que el barco iba a Uruguay, pero despu¨¦s de dos semanas escondido atracamos en Sur¨¢frica. Realmente no sab¨ªa ni d¨®nde estaba. Sin pasaporte, sin dinero, sin conocer el idioma... Fui preguntando por los bares si alguien hablaba espa?ol, y al final encontr¨¦ a un griego que chapurreaba algo de castellano. El griego ten¨ªa un bar, y all¨ª me dediqu¨¦ a limpiar mesas, sillas, el suelo, los retretes. Este hombre me puso en contacto con el se?or Britos, un espa?ol que hab¨ªa tenido ya cinco hijos en Sur¨¢frica. Ten¨ªa una panader¨ªa en Port Elisabeth; me aloj¨® en su casa y me dio trabajo en la panader¨ªa.
P. ?C¨®mo lleg¨® a ser uno de los m¨¢s reputados ejecutivos de Sur¨¢frica?
R. Trabajaba durante todo el d¨ªa en la panader¨ªa, y por las noches estudiaba ingl¨¦s con un diccionario. Tambi¨¦n practicaba con los ni?os. En cuanto aprend¨ª algo de ingl¨¦s comenc¨¦ a estudiar econom¨ªa y administraci¨®n de empresas. Los primeros cursos los hice por correspondencia, tras ganar una beca. Pero enseguida me di cuenta de que necesitaba algo m¨¢s y continu¨¦ estudiando. Trabaj¨¦ y estudi¨¦ durante 25 a?os, los siete d¨ªas y las siete noches de la semana. Gesti¨®n de empresas, contabilidad, administraci¨®n... Dej¨¦ la panader¨ªa y me coloqu¨¦ en una oficina de gestores. A partir de entonces me dediqu¨¦ a hacer informes para industrias. M¨¢s tarde, con los conocimientos que ten¨ªa, decid¨ª tener mi propio negocio. Compr¨¦ una f¨¢brica de sombreros en quiebra y la reflot¨¦.
P. Hasta que la vendi¨®.
R. Cuando hace 20 a?os me diagnosticaron un enfisema pulmonar dije: 'que me quiten lo bailao'. Y me dediqu¨¦ a viajar con mi esposa por todo el mundo. Durante a?os viajamos por todos los continentes: recorrimos toda Rusia, llegamos al Polo Norte... En Indonesia cog¨ª el c¨®lera y estuve siete d¨ªas en cuidados intensivos.
P. ?C¨®mo vivi¨® usted el apartheid?
R. Es un asunto muy delicado. Hay inmigrantes de diferentes nacionalidades que se han esforzado y han salido adelante. Y otros que no. Por ejemplo, los indios son trabajadores e inteligentes. En Durban, una importante ciudad de Sur¨¢frica, llegaron muchos indios para desarrollar la agricultura. Ahora Durban es una ciudad fant¨¢stica; los indios hicieron una gran labor. Lo que est¨¢ claro es que quien quiere progresar tiene que esforzarse, y en muchos casos no ha habido disposici¨®n.
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