'EL 'MANIFIESTO COMUNISTA' CONSERVA TODA SU ALTURA MORAL'
Se tiene la idea de que usted ha financiado a buena parte del progresismo catal¨¢n de los ¨²ltimos a?os.
Respuesta. Ah, no. Esto es un t¨®pico.
P. ?T¨®pico?
R. Quiero decir que las leyendas sobrepasan la realidad de las cosas, como suele ser habitual.
P. ?No es verdad que dio dinero a los comunistas catalanes del PSUC?
R. Ehh... No directamente. Lo cierto es que en algunos actos del partido coloc¨¢bamos stands de Nenuco, y s¨ª, es verdad, que la recaudaci¨®n iba para el partido. Pero siempre se trataba de cantidades modestas.
P. ?No es verdad que financi¨® el semanario El M¨®n, que fue durante alg¨²n tiempo la ¨²nica alternativa en lengua catalana a la prensa nacionalista?
R. S¨ª, acompa?ado de otros. Por ejemplo, de mi amigo Tono Albareda, que sali¨® algo m¨¢s escaldado que yo de la aventura.
'Fil¨¢ntropo, mecenas son palabras muy gordas y completamente exageradas para mi caso. Desprendido es la palabra adecuada'
P. ?Y no fund¨® la editorial Emp¨²ries?
R. S¨ª, ayud¨¦...
P. ?Le toc¨® una quiniela, verdad?
R. S¨ª, mire, tuve esa suerte.
P. ?Doscientos millones?
R. M¨¢s o menos, m¨¢s o menos.
P. ?Y los dio a los comunistas que se escindieron del Partit Socialista Unificat de Catalunya?
R. En buena parte, s¨ª.
P. ?Por qu¨¦?
R. Yo ten¨ªa una relaci¨®n estupenda con uno de sus dirigentes, el se?or Mari¨¤ Pera. Me pareci¨® justo ayudarles. Al fin y al cabo el dinero de la quiniela me hab¨ªa ca¨ªdo del cielo. Ja, ja: ?era justo que al cielo volviera! Pero me arrepiento de haberlo hecho: un partido no puede vivir de la caridad, ni de las donaciones, sino que ha de hacerlo de sus bases. La quiniela tambi¨¦n sirvi¨® para editar en condiciones las memorias de Neus Catal¨¤, una superviviente catalana de los campos de concentraci¨®n nazis.
P. Luego, a?os despu¨¦s, ayud¨® a Ferran Adri¨¤ y Juli Soler en El Bulli.
R. S¨ª, cuando hicieron la nueva cocina del restaurante. Estoy muy orgulloso. Son unos genios y lo raro es que son encantadores. Con ellos ir¨ªa a cualquier parte. Adem¨¢s, me hizo una ilusi¨®n especial meterme en el negocio de la cocina. Siempre me ha gustado comer bien, pero es que adem¨¢s mi abuela, Empar Sabata, es la autora de un recetario de cocina que ha acabado haci¨¦ndose relativamente famoso en Catalu?a, La cuina de l'¨¤via, que es una descripci¨®n de la cocina de una abuela menestral barcelonesa de finales del siglo XIX.
P. Del PSUC al El Bulli: digamos que siempre en vanguardia.
R. Bueno, son las cosas y las gentes que me han interesado. Lo importante es encontrarse a gusto con lo que uno hace. Y que no haya demasiado distancia -alguna siempre ha de haber- entre lo que se piensa y lo que se hace. A m¨ª me inculcaron desde peque?o que el dinero no era importante, que los negocios no importaban nada.
P. ?Su padre?
R. S¨ª.
P. ?Qui¨¦n era?
R. Un ingeniero industrial muy inteligente, muy activo, al que la guerra parti¨® por la mitad como a tantas otras personas de este pa¨ªs. Era un hombre culto y republicano, cari?oso y solidario.
P. ??l fund¨® Nenuco?
R. S¨ª. ?l hizo la colonia.
P. ?Antes o despu¨¦s de la guerra?
R. Despu¨¦s. Era una empresa familiar, muy artesanal. Al principio, casi era una empresa de barrio, del Casc Antic, donde viv¨ªamos. Luego se hizo grande, sobre todo gracias al impulso de un t¨ªo, Manuel Almaraz, y de mi hermano Federico Horta.
P. Ol¨ªa bien.
R. A limpio. ?se fue el ¨¦xito.
P. Y el nombre. Era muy simp¨¢tico. ?De d¨®nde sali¨®?
R. De Comillas. La suegra era de Comillas. All¨ª todo lo acaban en uco. El quesuco, la tierruca, el nenuco.
P. Nenuco se vendi¨®.
R. S¨ª, a mitad de los a?os ochenta, a una multinacional inglesa.
P. ?Le doli¨® a su padre?
R. Oh, no, ¨¦l ya no estaba. Hab¨ªa muerto muchos a?os antes, en 1968. Pero se lo habr¨ªa tomado con gran naturalidad.
P. Usted es lo que se llama un hombre desprendido.
R. S¨ª, eso es. Es una palabra adecuada. Fil¨¢ntropo, mecenas son palabras muy gordas y completamente exageradas para mi caso.
P. Hay un cierta est¨¦tica del desprendimiento. Limita con el dandismo.
R. Supongo. Pero no creo que sea mi caso. A m¨ª me gusta trabajar y meterme en cosas que valgan la pena, que me produzcan satisfacci¨®n. Ahora llevo una productora de m¨²sica, Zanf¨°nia, que ha editado algunos discos muy bellos. He tenido la gran suerte de poder hacerlo. Eso es lo ¨²nico que cuenta. Luego est¨¢n las cuestiones m¨¢s o menos ideol¨®gicas. Tambi¨¦n cuentan. Pero quiz¨¢ menos que el hecho de poder ayudar a hacer cosas ¨²tiles y hermosas.
P. Usted tuvo eso que se llam¨® una ideolog¨ªa. ?La tiene?
R. Ha habido desenga?os, es indudable. Pero le dir¨¦ que una s¨ª la tengo. Una concreta. El texto de El Manifiesto Comunista. Han pasado muchas cosas en el mundo a partir de la publicaci¨®n de ese manifiesto. Pero, para m¨ª, ese texto sigue conservando toda su altura moral. Si yo creo en alguna cosa, es en ese manifiesto. Todav¨ªa es un prop¨®sito. Todav¨ªa aclara algunas de las cuestiones b¨¢sicas del hombre y de la humanidad. Y en estos tiempos de desconcierto qu¨¦ duda cabe de que, para la izquierda, es todav¨ªa un lugar hacia donde mirar.
P. Supongo que es delicado preguntarse si los dem¨¢s le han ayudado a usted cuando ha sido necesario.
R. Bueno, eso lo juzgas dependiendo de los d¨ªas, del ¨¢nimo que tengas. Yo he confiado en la gente y ha valido la pena. Es verdad que alguna vez das con alguien que mejor que no hubiese estado all¨ª. Y que te pone triste. Pero eso le sucede a cualquiera.
PORCENTAJE
Hubo un tiempo, desde la transici¨®n hasta los primeros desencantos serios, que cuando alguien ten¨ªa una idea en Catalu?a llamaba a la puerta de Miquel Horta (1944), esperando que se la pagara. La idea deb¨ªa reunir, sin embargo, algunas condiciones: lindar con la izquierda, ser atractiva e insurgente: una buena idea ruinosa. El amo de Nenuco acab¨® convirti¨¦ndose en un personaje legendario. Por si fuera poco, el cielo le premi¨® con una quiniela. La tarde en que se iban conociendo los resultados viajaba en su coche con el c¨®mico Carles Flavi¨¤. Llevaban la radio encendida y cuanto m¨¢s acababan los partidos m¨¢s se cumpl¨ªan las previsiones del boleto. A medio camino, que es lo mismo que decir a medio boleto, le dijo a Flavi¨¤ que le dar¨ªa una comisi¨®n del 10% sobre lo que le tocara, ya que como por aquel entonces Flavi¨¤ era sacerdote tendr¨ªa m¨¢s influencias que ¨¦l sobre lo divino y la quiniela acabar¨ªa tocando con seguridad. Le dio veinte millones, que era a lo que ascend¨ªa el porcentaje.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.