Las p¨¦rdidas de Sonera en UMTS salpican al Gobierno finland¨¦s

El oto?o pol¨ªtico de Finlandia ha comenzado muy agitado en torno a la compa?¨ªa de telefon¨ªa Sonera. En julio pasado, al presentar sus resultados del segundo semestre, Sonera declar¨®, como lo hiciera Telef¨®nica en Madrid, la 'desactivaci¨®n de sus proyectos de tercera generaci¨®n UMTS en el mercado alem¨¢n'. Ambas empresas crearon el consorcio Quam, que suspender¨¢ sus actividades en las pr¨®ximas semanas.

En Finlandia esto se interpret¨® inmediatamente como la p¨¦rdida definitiva de 4.300 millones de euros, que significaba la mayor inversi¨®n en el extranjero jam¨¢s realizada por capitales finlandeses. El Estado fin¨¦s sigue siendo, con el 53% de las acciones, el principal accionista de la compa?¨ªa; por tanto, aquel dinero era de los contribuyentes. La fiscal¨ªa finlandesa ha puesto en marcha una investigaci¨®n sobre la posible responsabilidad del Gobierno en los planes de inversi¨®n de Sonera.

En los meses dorados del sector de telecomunicaciones, el Parlamento dio luz verde al Gobierno para fusionar o vender la compa?¨ªa. En aquella ¨¦poca, cada acci¨®n de Sonera val¨ªa 95 euros; en la actualidad, cotiza a cuatro. Por ahora, su fusi¨®n con la sueca Telia se trabaja en despachos de ambas capitales n¨®rdicas. El detonante de la pol¨¦mica fue un libro an¨®nimo presentado en Internet donde se explica c¨®mo el consejero delegado de entonces, Kaj-Erik Relander, habr¨ªa manipulado a funcionarios del Gobierno para obtener el codiciado permiso.

Una de las paradojas en el negocio de las licencias de UMTS es que el Gobierno finland¨¦s se opuso desde el comienzo a la venta de dichas licencias en su territorio, y dio autorizaci¨®n gratis a las teleoperadoras en la creencia de que podr¨ªa beneficiar a todo el sector.

Decisi¨®n pol¨ªtica

La busca de responsabilidades se ha convertido en una verdadera caza de brujas. As¨ª, el actual ministro de Transportes y Comunicaciones, Kimmo Sasi, se ha apresurado a presentar una investigaci¨®n llevada a cabo con urgencia en su ministerio y que testifica que desde sus oficinas no sali¨® orden alguna o autorizaci¨®n para llevar a cabo tal aventura.

'Toda la responsabilidad', concluye el ministro, 'es de los ejecutivos de la empresa'. De esta forma le cubre las espaldas el entonces ministro y compa?ero del partido conservador (Kokoomus) Olli-Pekka Heinonen, que actualmente es el director general de la televisi¨®n p¨²blica.

La pregunta de c¨®mo el mayor accionista se puede desentender de una decisi¨®n estrat¨¦gica de tal magnitud se mantiene sin respuesta. Ex miembros del consejo de administraci¨®n, apremiados por la pol¨¦mica, han salido a la luz p¨²blica divididos en dos bandos; algunos aseguran que actuaron de buena fe, pues cre¨ªan que detr¨¢s de la decisi¨®n estaban los ministros clave.