'Con el encierro he visto que no hay qui¨¦n pare la inmigraci¨®n'
Es un verano at¨ªpico para la rectora, que hasta el desalojo del campus el pasado 8 de agosto ha vivido pendiente de la protesta.
Pregunta. ?El encierro ha cambiado su visi¨®n de la inmigraci¨®n?
Respuesta. Casi ha reafirmado la posici¨®n que ten¨ªa antes, pero ha a?adido m¨¢s matices, he conocido la complejidad y los actores que est¨¢n en torno a la inmigraci¨®n y, sobre todo, me ha enriquecido.
P. ?Ha errado en algunas cosas?
R. Se hizo en cada momento lo que las circunstancias daban de s¨ª. Cuando las cosas evolucionan desde fuera puede parecer que hay contradicciones, pero la universidad mantuvo siempre la misma l¨ªnea de actuaci¨®n de espacio de libertad y respeto a los derechos. Cuando se usa mal y no se respetan los derechos no tiene sentido estar en la universidad, no ha habido cambio de actitud. Si te equivocas en cuestiones concretas son cosas menores.
'El problema de la seguridad tiene mucho que ver con el aumento de las desigualdades''Hay un debilitamiento muy fuerte desde el 11-S de la democracia, pero ven¨ªa de antes'
P. ?Y se equivoca el Gobierno al gestionar la inmigraci¨®n?
R. La inmigraci¨®n es la punta de un iceberg de un problema m¨¢s profundo que es la gran desigualdad estructural que hay en este mundo globalizado. Hay una falta de perspectiva si se analiza sin ver las razones por las que vienen. En la pol¨ªtica concreta, se ha demostrado que la ley no da soluciones, hay 300.000 inmigrantes irregulares en Espa?a y parec¨ªa que la ley lo iba a solucionar. No hay qui¨¦n pare este fen¨®meno, y eso lo he visto en el encierro, con lo cual hay que buscar otras soluciones. Adem¨¢s al inmigrante no se le puede ver como algo extra?o al sistema, es un trabajador que presta unos servicios, con papeles o no, pero creo que esta visi¨®n se est¨¢ perdiendo.
P. Y hay una doble moral, que consiste en apenarse ante los naufragios en C¨¢diz pero en juzgarlos como potenciales delincuentes cuando est¨¢n sin papeles.
R. La gente ve m¨¢s la complejidad de la inmigraci¨®n que los pol¨ªticos. El debate pol¨ªtico es muy pobre, pero la sociedad tiene capacidad para seleccionar y analizar por qu¨¦ algunos llegan a la delincuencia o por qu¨¦ no se puede parar el fen¨®meno.
P. ?Defiende una pol¨ªtica de fronteras abiertas o el atrincheramiento que propugna la UE?
R. Se est¨¢n tomando soluciones sin pensamiento. Si la avalancha es fuerte se cierra, si se necesita mano de obra hacemos contratos en origen con algunos pa¨ªses, hay cierto desconcierto, pero la universidad no tiene que entrar en las soluciones, si no elaborar un pensamiento sobre una sociedad distinta. Si fuera m¨¢s justo y equitativo el reparto de la riqueza no habr¨ªa este fen¨®meno. Desde la universidad hay que potenciar una investigaci¨®n de las ciencias sociales y humanas que conformen un pensamiento sobre un modelo de sociedad diferente, que es tan importante como los avances cient¨ªficos.
P. ?Incluir¨ªa el estudio de las sociedades multiculturales que se est¨¢n creando?
R. Posiblemente recordarnos que somos multiculturales, que tampoco nacimos ayer. Habr¨ªa que resaltar valores en la cultura andaluza como la tolerancia, la relaci¨®n o la solidaridad, y curiosamente lo que se resaltan son las ferias y ahora todos los pueblos quieren reivindicar una feria como signo de identidad. Hay un vac¨ªo tremendo de lo que es la sustancia. Desde la universidad hay que reconstruir esta sociedad en t¨¦rminos de valores de pensamiento y de conciencia, hay que colocarse en posici¨®n intelectual de que las cosas se pueden arreglar y de que el mundo puede ser distinto.
P. Todos esos valores que cita, ?se est¨¢n perdiendo tras el 11-S?
R. A partir del 11-S se est¨¢n perdiendo a marchas forzadas. Al hilo de la seguridad y del eje del mal se est¨¢n tomando medidas que escamotean conquistas de derechos humanos y de la democracia. Al final puede ser que nos encontremos defendiendo algo que ni siquiera es democracia, y en t¨¦rminos muy excluyentes de fundamentalismo democr¨¢tico, de defender a quienes comparten nuestra visi¨®n de la democracia frente a aquellos que est¨¢n fuera. Hay un empobrecimiento y un debilitamiento muy fuerte de la democracia desde el 11-S, pero ven¨ªa de antes. La democracia tambi¨¦n est¨¢ unida a lo p¨²blico, que es lo que iguala y permite la participaci¨®n. Hay que reivindicar ese valor, igual que reivindicamos el valor de la universidad p¨²blica frente a la LOU. Las mujeres lo sabemos porque ha sido lo p¨²blico lo que nos ha igualado y nos ha permitido pegar ese salto. En una din¨¢mica normal de la sociedad posiblemente no se hubiera llegado.
P. ?El actual rumbo pol¨ªtico le invita al pesimismo?
R. Soy de naturaleza optimista, pero hay que ser pesimista. Ha habido un desmoche ideol¨®gico terrible, me preocupa que se gobierne con encuestas porque significa que el pol¨ªtico ha dejado atr¨¢s la voluntad de transformar y convencer a la sociedad. La encuesta s¨®lo refleja una sociedad que se mueve a impulsos de muchos intereses, algunos ocultos y otros evidentes. Eso es peligroso. La poca importancia del pensamiento y la ideolog¨ªa se ha hecho m¨¢s evidente del 11-S, se ha sustituido por la seguridad y el concepto fundamentalista de un solo modelo democr¨¢tico que es electoralista. Coloca a Europa en una situaci¨®n que, sin ser alarmista, dir¨ªa que es un poco prefascista en algunos aspectos, aunque no somos conscientes de ello.
P. ?Aprecia recortes en nombre de la seguridad aqu¨ª?
R. Invitar¨ªa a seguir el debate abierto sobre la seguridad ciudadana, se est¨¢ en la epidermis del problema y se vincula s¨®lo al tema policial. El problema de la seguridad ciudadana tiene mucho que ver con el aumento de las desigualdades, el modelo de sociedad y una econom¨ªa especulativa donde el valor del trabajo tiene menos significado que el enriquecimiento.
P. ?Le decepciona m¨¢s cuando eso lo hace la izquierda?
R. Decepciona cuando quieren representar a ideolog¨ªas ligadas a sociedades justas y solidarias. Insisto en que guiarse por las encuestas es una simplificaci¨®n. y ante estas situaciones no se puede renunciar a transformar la sociedad convenci¨¦ndola, y la de ahora se mueve a impulsos.
P. ?Habr¨ªa que cambiar el modelo pol¨ªtico o el funcionamiento interno de los partidos?
R. Hay que ir hacia una democracia participativa. Pensar que la democracia es s¨®lo un control electoral y medi¨¢tico es un modelo muy pobre, el futuro est¨¢ en la democracia participativa donde los ciudadanos son part¨ªcipes activos. El problema es que se deja al ciudadano al margen.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.