Por una globalizaci¨®n sostenible para todos

La Cumbre de R¨ªo de 1992 despert¨® grandes esperanzas. En ella se acord¨® una ambiciosa estrategia global para enfrentarse a los retos ambientales y de desarrollo mediante una asociaci¨®n mundial. Diez a?os despu¨¦s, la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible de Johanesburgo constituye una oportunidad para reavivar el esp¨ªritu de R¨ªo, elaborar un nuevo compromiso en pro del desarrollo sostenible y, sobre todo, obtener resultados concretos, no s¨®lo en la l¨ªnea de R¨ªo, sino tambi¨¦n de los objetivos de desarrollo del milenio.

Tal como lo ha hecho durante la fase preparatoria, la Uni¨®n Europea se propone desempe?ar un papel activo en Johanesburgo con el objetivo de obtener resultados concretos. Ya lo estamos haciendo a trav¨¦s de un di¨¢logo activo con nuestros socios, especialmente con los de los pa¨ªses en desarrollo. La UE desea que la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible lance un mensaje pol¨ªtico claro sobre la necesidad de una globalizaci¨®n que sea m¨¢s sostenible para todos y de definir medidas dirigidas a promover este objetivo.

Desde la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, celebrada en R¨ªo en 1992, las relaciones Norte-Sur han cambiado sustancialmente. En la actualidad, existe un amplio acuerdo acerca de la necesidad de un enfoque integrado para lograr el progreso econ¨®mico, social y pol¨ªtico. Los logros de las conferencias principales auspiciadas por las Naciones Unidas en la d¨¦cada de los noventa han construido un nuevo marco para las pol¨ªticas de desarrollo, con el objetivo subyacente de la erradicaci¨®n de pobreza, centrado en aspectos humanos, sociales y ambientales, as¨ª como en la gesti¨®n y el uso sostenibles de los recursos naturales.

Bas¨¢ndose en este nuevo planteamiento, la Cumbre del Milenio de las Naciones Unidas fij¨® en el a?o 2000 un conjunto de metas generales encaminadas a erradicar la pobreza que establecen una serie de objetivos concretos para el a?o 2015. Perspectivas como lograr la ense?anza primaria universal, luchar contra enfermedades como el VIH/sida y garantizar la sostenibilidad ambiental s¨®lo podr¨¢n hacerse realidad con el esfuerzo conjunto de los pa¨ªses industrializados, los pa¨ªses en desarrollo y la comunidad internacional.

Los resultados positivos de la 4? Reuni¨®n Ministerial de la Organizaci¨®n Mundial del Comercio (OMC), que se celebr¨® en Doha en noviembre de 2001, y de la Conferencia Internacional sobre la Financiaci¨®n para el Desarrollo, celebrada en Monterrey en marzo de 2002, proporcionaron elementos importantes para alcanzar los objetivos de desarrollo del milenio. En la Agenda del Desarrollo de Doha y en el Consenso de Monterrey se acord¨® un marco para facilitar el acceso al mercado, mejorar las normas multilaterales para encauzar la globalizaci¨®n y aumentar la ayuda financiera al desarrollo.

Ha llegado el momento de que los pa¨ªses desarrollados cumplan sus compromisos, y la UE, como principal socio mundial de los pa¨ªses en desarrollo y mayor donante de ayuda al desarrollo, est¨¢ firmemente decidida a actuar en este sentido. Como primer paso significativo para alcanzar el objetivo de las Naciones Unidas de dedicar a la ayuda oficial al desarrollo el 0,7% del PNB, la Uni¨®n Europea y sus Estados miembros se han comprometido a elevar su participaci¨®n del 0,33% actual al 0,39% en 2006. Concretamente, esto significa una cantidad adicional anual de 9.000 millones de euros desde ahora hasta 2006.

Por su parte, los pa¨ªses en desarrollo deben asumir su responsabilidad mejorando las pol¨ªticas internas y el buen gobierno nacional, y creando un clima favorable a la inversi¨®n. Todos los pa¨ªses deben aunar sus esfuerzos, admitiendo sus responsabilidades, comunes y diferentes a la vez, para garantizar que el crecimiento y la degradaci¨®n ambiental no vayan a la par y que la satisfacci¨®n de las necesidades de la actual generaci¨®n no provoque la destrucci¨®n de la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer sus propias necesidades.

Partiendo de los logros de Doha y Monterrey, la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible representa una oportunidad ¨²nica para que los pa¨ªses participantes subsanen las carencias en la ejecuci¨®n posterior a R¨ªo y renueven sus compromisos pol¨ªticos. La elaboraci¨®n de pol¨ªticas de desarrollo sostenibles exige abordar los problemas antes de que se produzcan, planteamiento que la Uni¨®n Europea quisiera promover y que ha inscrito en su Tratado, en los acuerdos que ha firmado y en las pol¨ªticas que ha adoptado. Por lo tanto, la UE desea que la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible -despu¨¦s de Doha y Monterrey- avance en la realizaci¨®n de los objetivos del desarrollo del milenio y se base en ellos para progresar, particularmente en ¨¢reas cruciales como el saneamiento y la energ¨ªa.

La UE se propone desempe?ar un papel importante para conseguir que las conclusiones de Johanesburgo se refieran a los tres pilares del desarrollo sostenible (econ¨®mico, social, ambiental) e impongan una gesti¨®n global coherente. Todos los participantes tendr¨¢n un papel: los pa¨ªses en desarrollo, aplicar pol¨ªticas sanas, el buen gobierno y el Estado de Derecho; los pa¨ªses industrializados, velar por que los mercados est¨¦n abiertos a todos. Y todos deben contribuir al surgimiento de un sentimiento de propiedad compartida, imprescindible para el seguimiento posterior a la cumbre.

?sta deber¨¢ adoptar compromisos concretos, con un calendario preciso, realizados mediante una asociaci¨®n efectiva. Uno de los mecanismos de ejecuci¨®n podr¨ªan ser asociaciones bien organizadas entre los gobiernos, el sector privado y la sociedad civil. Sin embargo, deber¨ªa existir un v¨ªnculo claro entre los objetivos pol¨ªticos y las asociaciones que se decidan en la cumbre, de modo que todos puedan ver c¨®mo se est¨¢n realizando los objetivos pol¨ªticos.

La UE desea que la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible lance un mensaje pol¨ªtico claro sobre la necesidad de una globalizaci¨®n que sea m¨¢s sostenible para todos y de definir medidas dirigidas a promover este objetivo. Para que su posici¨®n sea clara y coherente en la cumbre, la estrategia de la UE para Johanesburgo adopta un planteamiento integrado: empezamos poniendo orden en nuestra propia casa, lo que nos da el liderazgo al pasar de la ret¨®rica a la acci¨®n. Esta estrategia interna para el desarrollo sostenible fue aprobada en junio del a?o pasado por el Consejo de Gotemburgo, en el que se definieron como objetivos prioritarios de la cumbre la erradicaci¨®n de pobreza y el fomento de modelos sostenibles de producci¨®n y consumo.

Adem¨¢s, la Comunidad ha de contribuir a promover el desarrollo sostenible m¨¢s all¨¢ de sus fronteras. Poniendo esto en pr¨¢ctica, la UE quiere promover el progreso en cinco ¨¢mbitos fundamentales: agua, energ¨ªa, salud, agricultura y biodiversidad.

As¨ª por ejemplo, la iniciativa sobre el agua de la UE trata de reunir, en asociaci¨®n con los pa¨ªses y regiones, fondos, actores y expertos p¨²blicos y privados para proporcionar soluciones viables a los problemas planteados por la gesti¨®n del agua. Alcanzar el objetivo pol¨ªtico de reducir a la mitad, de aqu¨ª a 2015, el n¨²mero de personas que carecen de acceso a agua sana y a redes de saneamiento contribuir¨ªa de manera fundamental a mejorar la salud y el desarrollo econ¨®mico.

En el Consejo Europeo de Sevilla, la UE reafirm¨® su compromiso de actuar como fuerza constructiva en la Cumbre de Johanesburgo. Pondremos todo nuestro empe?o en lograr un resultado positivo; nuestro planeta y su poblaci¨®n no merecen menos.

Paul Nielsen es comisario europeo responsable de Cooperaci¨®n y Ayuda Humanitaria.