'Shock' en el arte norteamericano
Este a?o, el 11 de septiembre, la Burden Gallery, dirigida por la editora fotogr¨¢fica Aperture, permanecer¨¢ abierta hasta tarde para ofrecer un pase especial de Stepping Through the Ashes [Pisando las cenizas], una colecci¨®n de fotograf¨ªas de Eugene Richards que plasman la devastaci¨®n de la Zona Cero, las historias de los equipos de salvamento y el dolor de los supervivientes. La School of Visual Arts inaugurar¨¢ una exposici¨®n de obras de los miembros de su facultad en respuesta a los atentados. La Hal Bromm Gallery, en TriBeCa, inaugurar¨¢ Afterward: One Year Later [Despu¨¦s: un a?o m¨¢s tarde], una exposici¨®n de fotograf¨ªas de Renate Aller de vecinos del centro que vivieron de cerca los atentados y sus secuelas.
Los artistas del tatuaje tuvieron clientes que les ped¨ªan im¨¢genes de las torres en llamas o en homenaje a amigos o familiares muertos
'No hemos tenido obras pol¨ªticas durante a?os en el museo del Bronx. Ahora est¨¢n volviendo'
La New York Historical Society muestra cuatro exposiciones sobre el tema del 11-S, entre ellas fotograf¨ªas de Camilo Jos¨¦ Vergara que captan las Torres Gemelas a lo largo de tres d¨¦cadas y fotograf¨ªas de Richard Press que recogen los esfuerzos de los expertos forenses para identificar a los fallecidos en la Zona Cero. La Municipal Art Society presenta Imagine New York: An Exhibition of Ideas , una muestra de 19.000 visiones para el futuro generadas en talleres celebrados en toda la regi¨®n. En la 9W Gallery de Paul Rodgers, en Chelsea, Donna Pressman efectuar¨¢ con una navaja un corte por cada una de las v¨ªctimas en un s¨ªmbolo pintado de las torres. El Jewish Museum expone una impactante fotograf¨ªa de Jeff Mermelstein de una escultura envuelta en polvo de un oficinista, una de las pocas obras de arte que sobrevivieron a los atentados. En el American Craft Museum, September 11: Artists Respond incluye trabajos en plata, bordados y otras t¨¦cnicas.
A medida que la ciudad se prepara para conmemorar el primer aniversario de los atentados del 11-S, esta ampl¨ªsima variedad de exposiciones, libros y proyectos conmemorativos no abarca ni de lejos la profusi¨®n art¨ªstica colectiva en respuesta a la tragedia. La gente ha enviado tantos cuadros al Departamento de Bomberos de la ciudad de Nueva York que no saben d¨®nde ponerlos. Planes para monumentos llegan con regularidad a Creative Time, una organizaci¨®n que financia proyectos art¨ªsticos p¨²blicos. 'Me veo inundada de propuestas para monumentos conmemorativos con las que no puedo hacer nada', dice la directora Anne Pasternak. 'La gente est¨¢ desesperada por comunicarse'.
Los proyectos art¨ªsticos forman parte de un impulso visual m¨¢s amplio para conmemorar las p¨¦rdidas del 11-S que empez¨® esa misma tarde con los santuarios melanc¨®licos y llenos de colorido hechos con velas, flores, animales de peluche y otros objetos cargados de emoci¨®n que se materializaban en los espacios p¨²blicos de Nueva York y en las fachadas de sus estaciones de bomberos. Hasta los artistas del tatuaje se vieron llamados a la acci¨®n ya que los clientes les ped¨ªan im¨¢genes de las torres en llamas o en homenaje a amigos o familiares muertos. Una iconograf¨ªa concreta se repet¨ªa: las pancartas desesperadas pidiendo informaci¨®n sobre seres queridos desaparecidos; el retorcido fragmento de la fachada -el trozo m¨¢s grande de las estructuras que no hab¨ªa quedado reducido a polvo- que a menudo se compara con una reliquia o una ruina g¨®tica.
'Hay un enorme componente visual del desastre', se?ala Moukhtar Kokache, director de iniciativas para artes visuales y de medios del Lower Manhattan Cultural Council, cuyas oficinas sol¨ªan estar en la torre norte del World Trade Center. 'Va desde las im¨¢genes de los informativos de los edificios derrumb¨¢ndose hasta los souvenirs vendidos en Canal Street pasando por el simbolismo tras las Torres Gemelas. Se ha creado toda una clase de patrimonio visual'. El consejo administraba el programa World Views, que proporcionaba estudios en el piso 92 de la torre norte a artistas. Michael Richards, uno de los participantes, muri¨® all¨ª cuando el vuelo 11 se estrell¨® contra el edificio.
Aunque la fotograf¨ªa, las pel¨ªculas y los v¨ªdeos fueron las formas iniciales y m¨¢s evidentes de registrar los acontecimientos del 11-S, los artistas han respondido desde entonces con t¨¦cnicas que van desde la pintura y la escultura hasta el arte digital, el performance y el arte ac¨²stico. Los fot¨®grafos gemelos Mike y Doug Starn cogieron los papeles carbonizados que hab¨ªan sido llevados por el aire desde las oficinas destruidas hasta Brooklyn cruzando el East River para crear un homenaje espectral a los muertos. Kaihatsu, un artista nacido en Jap¨®n, recogi¨® escombros en la Zona Cero y los coloc¨® d¨¢ndoles la forma de una laguna.
Un grupo de artistas y arquitectos colabor¨® para crear Tribute in Light , los altos faros blancos que recordaban la forma de las torres desaparecidas y que fueron proyectados desde un lugar cercano a la Zona Cero la primavera pasada. 'Fue una extraordinaria obra de arte p¨²blica', dice Larry Rinder, un comisario del Whitney Museum of American Art. 'Produjo un monumento cuando se necesitaba un monumento, pero antes de que se pudiera construir un monumento. Fue un testamento del singular papel que el arte puede tener todav¨ªa en nuestra sociedad'.
Para los artistas, el 11-S provo
c¨® en un principio una crisis de confianza. Mientras la ciudad ol¨ªa a humo acre y los equipos de salvamento extra¨ªan los cuerpos de las ruinas, la creaci¨®n cultural no parec¨ªa relevante. Los artistas que viv¨ªan en el centro y que vieron arder los edificios huyeron de sus casas cuando las torres se derrumbaron y emergi¨® la gigantesca nube negra. No pudieron entrar en sus casas y estudios durante semanas. Lo mismo sucedi¨® en los museos y grupos art¨ªsticos del centro, algunos de los cuales siguen buscando un nuevo local.
Los artistas y las instituciones art¨ªsticas de toda la ciudad reflexionaban sobre su futuro incierto. 'Fuimos t¨ªpicos en que est¨¢bamos sorprendidos y horrorizados y desde luego durante buena parte del oto?o consternados e inseguros respecto a qu¨¦ conven¨ªa hacer', dice Glenn Lowry, director del Museum of Modern Art (MOMA), que ten¨ªa planes de trasladarse el verano siguiente a una sede temporal al otro lado del East River, en Queens, mientras se ampliaba su local en la calle 53. 'Nadie sab¨ªa si ¨¦ste era el primero de una serie de atentados, si la econom¨ªa se derrumbar¨ªa, o si la ca¨ªda del turismo era a corto o a largo plazo'.
Instituciones grandes y peque?as siguen padeciendo la recesi¨®n econ¨®mica: mientras el turismo, las visitas, los ingresos y la financiaci¨®n oficial disminuyen, los costes de los seguros y la seguridad adicional se han disparado. El Metropolitan Museum of Art, que vio c¨®mo las visitas descend¨ªan un 20%, hasta los cuatro millones, se enfrenta a un d¨¦ficit de 7 millones de d¨®lares, el mayor de toda su historia. Desde el Bronx Museum hasta el New Museum, los espacios art¨ªsticos se han visto obligados a recortar la plantilla y a posponer o cancelar exposiciones previstas.
Al mismo tiempo, se han esforzado en ofrecer un recurso a artistas y ciudadanos en un momento de recuerdo, reflexi¨®n y reconstrucci¨®n. S¨®lo dos d¨ªas despu¨¦s de los atentados, el Metropolitan Museum inici¨® una popular serie de conciertos titulada Sounds of Solace: Music for Reflection, Inspiration and Hope , que repetir¨¢ el pr¨®ximo 11 de septiembre. Las galer¨ªas celebraron actos ben¨¦ficos para las familias de las v¨ªctimas. El New Museum of Contemporary Art se uni¨® al Lower Manhattan Cultural Council para exponer obras de artistas del programa World Views, que se inici¨® en 1995 como punto de reuni¨®n para artistas que trabajan al aire libre. 'Muchos de ellos dec¨ªan que ¨¦ste era el ¨²nico sitio de Nueva York donde pod¨ªan pintar sin ver las Torres Gemelas', dice sarc¨¢sticamente Jenny Dixon, que dirig¨ªa el Lower Manhattan Cultural Council antes de pasar a su actual cargo como directora del Bronx Museum.
Uno de los proyectos m¨¢s po
pulares se inici¨® humildemente en un escaparate de tienda en SoHo en los d¨ªas que siguieron a los atentados. Los organizadores de Here Is New York, entre ellos el periodista gr¨¢fico Gilles Peres, hicieron una petici¨®n de fotograf¨ªas en respuesta a los atentados del 11-S tanto de profesionales como de aficionados. Escanearon digitalmente, imprimieron y expusieron todo lo que entraba sin organizar el material y sin cr¨¦ditos. Les lleg¨® un torrente de im¨¢genes, que reflejaban el deseo colectivo de participar en la plasmaci¨®n visual de la tragedia, y captaron la atenci¨®n de los comisarios del MOMA, que tomaron r¨¢pidamente la decisi¨®n de exponer la muestra en sus salas. El verano pasado el n¨²mero de im¨¢genes de Here Is New York se hab¨ªa elevado hasta 7.000. La Corcoran Gallery of Art, en Washington, DC, que participar¨¢ en la exposici¨®n este oto?o, ampliar¨¢ el proyecto y pedir¨¢ a la gente que env¨ªe fotograf¨ªas desde Pensilvania, donde se estrell¨® el vuelo 93, y desde el Pent¨¢gono.
Los comisarios tambi¨¦n son conscientes de que ciertas exposiciones, aunque estaban planificadas antes del 11-S, tendr¨¢n implicaciones a?adidas en la nueva atm¨®sfera. Lawrence Rinder, comisario del Whitney, ha estado seleccionando obras sobre Estados Unidas de artistas no estadounidenses para una exposici¨®n prevista para el pr¨®ximo verano. Describe algunas de las obras como 'adulatorias y comprensivas' y dice que hay otras que lo son mucho menos. 'Tenemos que conocerlas, no podemos escondernos de ellas, ¨¦sa es una de las lecciones del 11-S', comenta. 'Y espero que esta muestra sacar¨¢ a Estados Unidos de su aislamiento let¨¢rgico'.
Lynn Gumpert, directora de la Grey Art Gallery en la Universidad de Nueva York, espera un inter¨¦s adicional en una exposici¨®n de arte iran¨ª moderno de las d¨¦cadas de los sesenta y setenta que se inaugura el 18 de septiembre. 'Muestra c¨®mo un levantamiento general se convierte en una revoluci¨®n isl¨¢mica', explica.
Las exposiciones en otros lugares, aunque no se centran concretamente en el tema del 11-S, tambi¨¦n reflejan el cambio de ambiente. 'Creo que mucha gente ve lo que pas¨® como una fuente de trabajo', dice Jenny Dixon, del Bronx Museum, hablando de la exposici¨®n de este oto?o Artist in the Marketplace, que pone de relieve la obra de nuevos artistas. 'No hemos tenido obras pol¨ªticas en el programa durante varios a?os. Est¨¢ volviendo. Mapas. Im¨¢genes referentes a la Espa?a fascista. La avaricia, el capitalismo. Todos los grandes'.
Robin Cembalest es directora ejecutiva de la revista ARTnews.
Los ecos del 'Guernica'
A PESAR de la profusi¨®n de arte y exposiciones montadas en respuesta a la tragedia, algunos dicen que la expectativa de una afirmaci¨®n a lo Guernica, algo elegiaco, transformativo y sorprendente estaba fuera de lugar. 'Despu¨¦s del 11-S se ten¨ªa la sensaci¨®n de que los artistas deb¨ªan articular y expresar el horror', dice Glenn Lowry, del MOMA. 'No ten¨ªa sentido. Los artistas estaban tan impactados como todos los dem¨¢s. Se tarda mucho tiempo en digerir del todo, absorber y expresar de una forma significativa una tragedia como ¨¦sa'. Kokache est¨¢ de acuerdo. 'Hay una est¨¦tica del desastre', comenta. 'Gran parte del arte que surge de eso, que est¨¢ unido al trauma, tiende a responder de formas muy emotivas, sentimentales, directas y simb¨®licas. El peligro es que podemos degradar o simplificar la experiencia real y el acontecimiento real y el impacto sociopol¨ªtico y psicol¨®gico que tiene en nosotros'. Por esa raz¨®n, dice, el Lower Manhattan Cultural Council se esfuerza en dar a casi 150 artistas la oportunidad 'de reflejar y producir obras de arte que son complejas, que suscitan preguntas y plantean retos', para 'hacer una contribuci¨®n relevante a los di¨¢logos que est¨¢n teniendo lugar en la ciudad, ya sean pol¨ªticos, c¨ªvicos, est¨¦ticos, morales o individuales'. Estos artistas est¨¢n trabajando en escaparates cerca del emplazamiento de las Torres Gemelas. Entretanto, en el Winter Garden, la pieza central del World Financial Center, que reabrir¨¢ este oto?o, Creative Time ha patrocinado a artistas para que monten instalaciones ac¨²sticas, como una pieza de David Byrne que utiliza la comedia jud¨ªa de los tiempos del Borscht Belt, una zona al norte de Manhattan. Para Pasternak, el hecho de que se trate de un tema distinto del 11-S es un signo de recuperaci¨®n. 'Se trata de reclamar ese sitio', explica. 'Estamos intentando mirar hacia delante, al presente y al futuro'.
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