El Rey que no quiso reinar

El periodista de Abc Ram¨®n P¨¦rez-Maura tiene una especial querencia por los soberanos que no han dado de s¨ª toda la soberan¨ªa que pod¨ªan. As¨ª, public¨® hace dos a?os una excelente biograf¨ªa del archiduque Otto de Habsburgo, cuyo gran problema fue que el Imperio austro-h¨²ngaro se le acabara antes de tiempo, y ahora la de Sime¨®n de Bulgaria, que si no se qued¨® sin pa¨ªs cuando menos el comunismo le impuso una cuarentena de medio siglo. El caso no es, sin embargo, el mismo, porque el ¨²ltimo zar b¨²lgaro renunci¨® a tratar de recuperar la instituci¨®n mon¨¢rquica, prefiriendo, con gran prudencia patri¨®tica, volver democr¨¢ticamente antes que din¨¢sticamente. Y, con ello, hoy no reina, pero gobierna Bulgaria elegido por su pueblo.

La obra de P¨¦rez-Maura es de las que hacen sentir al lector que asiste no ya a la reconstrucci¨®n, sino a la mism¨ªsima construcci¨®n de los hechos. El autor biograf¨ªa a personas que conoce excepcionalmente bien, a las que, sin duda, admira, pero a las que no regala nada, si no es la ¨¦pica interior de sus vidas. En este sentido, la de Sime¨®n -como el archiduque Otto, un soberano muy espa?ol, porque en Espa?a ha vivido mucho m¨¢s tiempo que en su pa¨ªs- est¨¢ amasada en la oscuridad tenaz de quien no perdi¨® nunca la convicci¨®n de que en la historia pod¨ªa haber segundas oportunidades, y no necesariamente, como dec¨ªa un pensador del siglo XIX, en clave de farsa. Esa ascensi¨®n del exiliado sin apenas patrimonio al que todos cre¨ªan dejado de lado por la historia, hasta la direcci¨®n actual de los asuntos de su pa¨ªs, ya cumplidos los 64 a?os, es la trayectoria que el autor describe con una riqueza de proximidad y detalle significativo que hace que pensemos que todo ese tiempo estuvo oculto tras una cortina esperando la siguiente escena, lo que, bien mirado, seguramente fue as¨ª.

Cabe argumentar que no s¨®lo el tes¨®n del soberano, sino alg¨²n rebote favorable de las circunstancias acab¨® ech¨¢ndole una mano para que remontara semejante tanteo en contra, as¨ª como que el pueblo b¨²lgaro, a la muerte del comunismo, no vot¨® tanto a una legitimidad hist¨®rica como a un salvador que pareciera convincente, ataviado de modernidad europea. Pero ese ¨¢ngulo no se esquiva tampoco en este apasionante cuento contempor¨¢neo de la Cenicienta. El autor conoce a la perfecci¨®n a su presa, y por ello nos la restituye en estas p¨¢ginas en carne y hueso. Con milagro y todo.