Canales, en su laberinto
Dec¨ªa Antonio Canales, en las horas previas al estreno, que este Minotauro no es un esp¨¦ct¨¢culo flamenco, ni de fusi¨®n, ni nada que se le parezca, que es un espect¨¢culo de Canales y punto. Y que ¨¦l es flamenco.
Yo puntualizar¨ªa que ¨¦l es flamenco cuando quiere, pero tiene raz¨®n, este Minotauro no podr¨ªa ser de otro. Se le mire por donde se le mire, la marca Canales est¨¢ en todo el empe?o de manera omnipresente, desde banalidades como las gafas de sol o el peinarse en escena, hasta el gesto hier¨¢tico que pretende siempre expresar una terrible trascendencia.
No digamos ya de su enloquecido desarrollo esc¨¦nico. El laberinto del Minotauro, donde Canales entiende la vida como 'la lucha constante del hombre consigo mismo: su bien y su mal', acaba siendo el laberinto personal del propio bailaor. En ¨¦l ocurren muchas cosas, demasiadas seguramente, buena parte de las cuales no entendemos muy bien ni se nos alcanzan sus motivaciones.
Caf¨¦ Cantante y Minotauro
Compa?¨ªa de Antonio Canales. Con Juan de Juan, David Paniagua, David Romero, Antonio S¨¢nchez, Pa¨²l Vaquero, M¨®nica Fern¨¢ndez. Teatro Lope de Vega, Sevilla, 8 de septiembre.
Tampoco llegan a interesarnos mucho, la verdad. Hay en los primeros tramos de la obra alguna secuencia, con excelente baile de Canales y su quinteto de bailaores, que parece va a decantarse hacia una estimable coherencia, pero la ilusi¨®n no dura mucho. Minotauro bascula al fin hacia el desprop¨®sito, el todo vale porque s¨ª y la b¨²squeda de lo pretendidamente espectacular a cualquier costa. De eso hay todo lo que se quiera, y m¨¢s, en la obra de Canales, quien se mueve como pez en el agua en estos escenarios donde todo est¨¢ a su servicio.
Es evidente que Canales ha puesto mucho mimo en esta nueva creaci¨®n suya, y como a fin de cuentas es un profesional que sabe lo que se trae entre manos, est¨¢ de m¨¢s decir que el p¨²blico, con su generosidad habitual, le concedi¨® un nuevo triunfo. Cuenta tambi¨¦n Canales con m¨²sicos, cantaores y bailaores/as de clase, que secundan con acierto al maestro.
Caf¨¦ cantante convencional
Lo hab¨ªan demostrado ya estos artistas en la primera parte, titulada Caf¨¦ Cantante, que es una convencional interpretaci¨®n de diversos estilos flamencos. Con m¨²sica muy agradable y adecuada a la escena, singularmente agradables y airosos los aires de Huelva.
Canales bail¨® aqu¨ª por zambra -La Salvaora caracolera- y tangos record¨¢ndonos, con pantal¨®n de talle incluido, los buenos tiempos en que bailaba estupendamente sin huir de la ortodoxia. Que los tuvo, sin duda alguna, y en ellos demostr¨® unas capacidades realmente fuera de lo com¨²n.
Pero despu¨¦s -y me estoy refiriendo a la sesi¨®n de la Bienal sevillana- se meti¨® en el laberinto del Minotauro, en su laberinto.
Babelia
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