Genet, 4 horas
Despu¨¦s de los bombardeos a¨¦reos, las falanges del odio degollaron la inocencia: tres mil refugiados perecieron en los campos de Sabra y Chatila, al sur de Beirut, cerca del hotel donde nos hospedamos. Ahora, percibes por el Hamra ese antiguo aroma cosmopolita, que emerge de la desolaci¨®n: el caf¨¦ Modca, la librer¨ªa Antoine, la catedral maronita de San Jorge, el fulgor de la mezquita. Pero hace veinte a?os, del 16 al 18 de septiembre, s¨®lo fue el dolor de la carne picada: mujeres, ancianos, adolescentes. Israel puso aviones y estrategia; la extrema derecha libanesa, cuchillos y toda su ferocidad. As¨ª se cumpli¨® la vindicta de Ariel Sharon, entonces, titular de Defensa, y siempre artista del genocidio. Tras la hecatombe, Occidente represent¨® su farsa de cinismo. Pero en Beirut se encontraba uno de esos escritores malditos e insobornables: Jean Genet, quien de inmediato recorri¨® el escenario y redact¨® Cuatro horas en Chatila, in¨¦dito en castellano, hasta ahora que se publica, prologado por el profesor y amigo Pedro Mart¨ªnez Mont¨¢vez, con un comentario de Juan Goytisolo. Se trata de 'un testimonio pol¨ªticamente contundente y de una belleza sobrecogedora': 'De un lado a otro de una calle, doblados o arqueados, los pies empujando una pared y la cabeza apoyada en la otra, los cad¨¢veres negros, hinchados, que deb¨ªa franquear, eran todos palestinos y libaneses. Para m¨ª, como para el resto de la poblaci¨®n que quedaba, deambular por Chatila y Sabra se parec¨ªa al juego de la p¨ªdola. Un ni?o muerto puede a veces bloquear una calle, son tan angostas y los muertos tan cuantiosos (...)'.
Cu¨¢nto por hacer, cu¨¢nto por conocer. Encuentro con abogados y testigos de la masacre; visita al ayuntamiento de Al-Ghubairi, donde est¨¢n las fosas comunes de las v¨ªctimas; recepci¨®n con el presidente del L¨ªbano, Emile Lahoud, entrevistas, en Biblos, Tr¨ªpoli, Sid¨®n. Y vuelo a Am¨¢n: entre el cedro y el cielo, el poeta Khalil Gibr¨¢n: 'Estoy de pie, a tu lado'. Al lado de la denuncia, contra la barbarie. Hoy, d¨ªa 11, Nueva York, y antes Sabra y Chatila. No olvidar.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.