Zefirelli ahonda en el destructivo af¨¢n de perfecci¨®n de Mar¨ªa Callas
La actriz Fanny Ardant interpreta de nuevo a la cantante en 'Callas forever'.
Callas forever es la nueva pel¨ªcula de Franco Zefirelli, un cineasta del que siempre se recuerda que comenz¨® como ayudante de Visconti cuando este dirig¨ªa ¨®peras en la Scala de Mil¨¢n. Desde entonces la filmograf¨ªa de Zefirelli alterna grandes dramas cantados, adaptaciones de Shakespeare y biograf¨ªas de santos, todo pasado por el tamiz de unos decoradores que debieran firmar las cintas. Ahora ha presentado en Par¨ªs una biograf¨ªa inventada de los ¨²ltimos tiempos de la cantante Maria Callas, encerrada en el apartamento parisiense en el que encontrar¨¢ la muerte. En la pantalla la cantante es Fanny Ardant, que ya hab¨ªa encarnado a la m¨ªtica diva en el teatro.
'Es la primera vez que se me ofrece la oportunidad de vivir dos veces una misma vida' dice Ardant refiri¨¦ndose tambi¨¦n a Master Class, la pieza de Terence McNally que, en Francia, dirigiera Roman Polanski. 'La verdad es que he vivido el encuentro con Zefirelli como una posibilidad de ir m¨¢s lejos en lo que hab¨ªa hecho antes. En la obra de teatro se habla de la imposibilidad de dar clases de pasi¨®n, de transmitir a los alumnos lo que es la materia irreductible del genio. En la pel¨ªcula la Callas es sometida a una tentaci¨®n, a una propuesta digna de Fausto, pues el personaje que interpreta Jeremy Irons le propone filmar una pel¨ªcula -una Carmen- utilizando la voz de una vieja grabaci¨®n, la voz con la que la Callas se reconoc¨ªa. Es una manera de recuperar la juventud pero al final ella considera que el play-back es una traici¨®n al arte y ordena que el filme sea destruido', asegura la actriz.
La Callas era un genio intolerante y sublime. Quer¨ªa ser la artista absoluta. Era de una sola pieza
La idea es de Zefirelli, que asegura haber jugado en la vida real el papel de diablo tentador. Luego, tambi¨¦n en la vida real, ¨¦l no ha sido tan exigente como la Callas y se ha servido del play-back. 'En todos los oficios hay personas que no aceptan compromisos, que se fijan como regla la de la m¨¢xima exigencia, personas para las que el mundo o es perfecto, o no es nada, para las que las cosas son blancas y negras. La Callas era de esa clase de gente, es decir, un genio. El genio es intolerante y sublime. Quer¨ªa ser artista, la artista absoluta. La Callas era de una sola pieza, un bloque de granito. Su b¨²squeda de la perfecci¨®n le imped¨ªa tener marido, hijos, tener otra vida que la de su arte'.
Para Ardant la aproximaci¨®n al personaje no se hace por la v¨ªa de la imitaci¨®n f¨ªsica, aunque sus rasgos mediterr¨¢neos refuerzan la credibilidad de su caracterizaci¨®n. 'Me he estado horas mirando sus fotos. No para maquillarme como ella o ver como vest¨ªa. De eso se ocupaban otros. Lo que quer¨ªa saber es lo que pensaba. Cuando la ves con Onassis, que era un golfo, te das cuenta de que la fascinaci¨®n del uno por el otro es la de dos soledades'.
En estos momentos Ardant est¨¢ preparando otra incursi¨®n teatral: ser¨¢ Sarah Bernard junto a Robert Hirsch. Y tambi¨¦n ser¨¢ la actriz en su ¨²ltima ¨¦poca, encerrada en casa con sus recuerdos. 'La diferencia es que Sarah quer¨ªa recuperar el pasado, lo hace revivir a trav¨¦s de su secretario, mientras que Mar¨ªa lo ¨²nico que deseaba era jugar a cartas en la cocina y dejar que pasase el tiempo. Yo no soy de esas que dicen haber visto a la Callas en directo. La he visto en las pocas filmaciones existentes y,sobre todo, la escuch¨¦ de peque?a, precisamente cantando Carmen en una grabaci¨®n dirigida por Georges Pr¨ºtre. En esa voz hab¨ªa una elegancia muy especial, la de las personas que parecen heridas de muerte'.
Zefirelli recuerda en cambio haberla visto actuar y cantar por primera vez en 1948 y haber comenzado a trabajar con ella en 1954. 'Visconti le dijo que estaba dispuesto a hacer La Traviatta con ella pero que deb¨ªa perder la mitad de los kilos. Mar¨ªa se lo tom¨® al pie de la letra y perdi¨® 40 kilos. Hizo un r¨¦gimen monstruoso. Era as¨ª, todo ten¨ªa que ser perfecto, no entend¨ªa que Visconti s¨®lo le pidiera que adelgazase, no que volviese a tener la figura de los 20 a?os. M¨¢s tarde, en 1965, la dirig¨ª en una Tosca en el Covent Garden'.
La pel¨ªcula sirve tambi¨¦n para que EMI lance un nuevo disco con el que aumentar a¨²n m¨¢s el ya poblado club de fans de Mar¨ªa Callas. Como no hay grabaciones legales in¨¦ditas de ella, se recurre a las piratas, a las efectuadas sin que estuvieran pensadas para ser comercializadas. Antes han sido convenientemente digitalizadas y modernizadas t¨¦cnicamente para que ahora ella tambi¨¦n pueda ser la son¨¢mbula de Bellini o la Medea de Cherubini. Un fil¨®n inagotable.
Babelia
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