Las dos Espa?as
Habl¨® Trinidad Jim¨¦nez, que puede ser la alcaldesa socialdem¨®crata de Madrid; habl¨® Ignacio Ramonet, director de Le Monde Diplomatique, y sent¨ª otra vez la sensaci¨®n de que se estaban haciendo las dos Espa?as de otra manera. En el p¨²blico (se presentaba Guerras del siglo XXI, de Ramonet, editorial Mondadori) hab¨ªa esa divisi¨®n: m¨¢s favorable a Ramonet porque era su p¨²blico. Tuve la sensaci¨®n de haber vivido ya esa escena: cuando Carmen Romero present¨® un libro m¨ªo (Ser de izquierdas, editorial Temas de Hoy) y hubo el mismo tipo de disensi¨®n. Carmen era m¨¢s dura conmigo, me considera un tipo extravagante, marginado, que escribe disparates, porque ella viene del poder y se va alejando de ¨¦l, mientras que Trinidad va hacia ¨¦l, y deseo que lo alcance, como mal menor.
Todo lo que sea apartarse de este tipo de derecha gobernante en Espa?a / Occidente, dura y r¨ªgida, debe ser bienvenido. Me duele ver que las dos socialistas se coloquen en la otra Espa?a. Han abandonado la utop¨ªa socialista y crean una neoderecha. Quiz¨¢ deba ser as¨ª: quiz¨¢ bajo el Imperio y la Globalizaci¨®n s¨®lo se pueda ser as¨ª para gobernar. Pero no veo la necesidad de gobernar desde el poder cuando estos partidos ut¨®picos (se lo llamaron los comunistas, que eran 'cient¨ªficos') necesitan gobernar desde la oposici¨®n: pero est¨¢ ocupado por personas no disparatadas, ni extravagantes ni marginales. Aunque la derecha dura se haya apoderado del mando, las utop¨ªas izquierdistas del siglo XIX se est¨¢n cumpliendo; no s¨®lo las socialistas originales, sino las anarquistas; las comunistas se han combatido m¨¢s.
Tengo la sensaci¨®n, y la veo luego en las estad¨ªsticas y en las encuestas, de que se ha producido una reacci¨®n de defensa natural. Las tendencias totalitarias alcanzan cada vez a m¨¢s personas: el abandono del 'Estado de bienestar' y de la 'civilizaci¨®n del ocio' perjudica a muchos. La seguridad de que el jefe del Gobierno entre en guerra, con nosotros detr¨¢s, es otro factor.
Bush ataca a los pa¨ªses pobres porque les considera terroristas; el terror lo tienen ellos, algunos destruidos y otros amenazados. Todo esto causa una especie de reacci¨®n de la izquierda real, o social, que ve los disparates socialdem¨®cratas: la retirada de la jornada de 35 horas por la derecha francesa, a la que la izquierda vot¨® por una provocaci¨®n sin fuerza y por su propia obnubilaci¨®n, por el miedo en que vive, la conversi¨®n de la seguridad en Estados policiacos, la negaci¨®n de libertades, y estoy hablando ya del trato de Aznar a la cuesti¨®n vasca, cada vez m¨¢s dura y m¨¢s agresiva, considerando que todo es terrorismo.
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