20.000 personas corearon 'La flaca'
Familias enteras, desde abuelos a beb¨¦s en cochecitos, transformaron en fiesta el concierto de Jarabe de Palo
La expansi¨®n de Barcelona hacia Diagonal Mar empieza a convertirse ya en una realidad. La Merc¨¨ hab¨ªa apostado por ese acercamiento y gan¨® por goleada a los descre¨ªdos (cuando no malintencionados) que hablaban de alejamiento del centro y cosas parecidas. El s¨¢bado, tras la inauguraci¨®n del magn¨ªfico parque Diagonal Mar, unas 20.000 personas se desplazaron hasta la confluencia de la avenida Diagonal con la calle de Llull para disfrutar con la m¨²sica de Jarabe de Palo. Y lo m¨¢s importante es que no se trataba de un voluminoso grupo de fans aguerridos capaces de ir al infierno siguiendo a su ¨ªdolo, sino de un pu?ado de barceloneses de a pie, familias enteras (desde abuelos a beb¨¦s en cochecitos), los que llenaron el nuevo espacio ciudadano, con lo que la fiesta cobr¨® a¨²n m¨¢s el esp¨ªritu de fiesta mayor que requer¨ªa la ocasi¨®n.
Jarabe de Palo triunf¨® por todo lo alto con su rock latino cada vez m¨¢s latino y menos rockero y, sobre todo, con su carisma esc¨¦nico cercano al personal que abarrotaba y bailaba en las calles. Pau Don¨¦s y su banda irrumpieron en el escenario segundos despu¨¦s de las once de la noche (tremenda puntualidad) y cuando, enfrente, todav¨ªa ard¨ªan las innumerables antorchas esparcidas por el nuevo y flamante parque barcelon¨¦s. Precisamente a esa hora, cuando m¨¢s bello era el espect¨¢culo visual del fuego reflej¨¢ndose en la noche, la Guardia Urbana cerr¨® el parque al p¨²blico. Ni el hecho de ser d¨ªa de inauguraci¨®n ni el que fuera fiesta mayor sirvi¨® para alargar un poco el horario.
Jarabe de Palo ofreci¨® un concierto tranquilo que puso en movimiento a todos los asistentes. Pau Don¨¦s volvi¨® a ser el chico de la puerta de al lado (uno de sus mayores encantos), sus m¨²sicos tocaron a placer (buenos solos del guitarrista Jordi Mena y del teclista Jorge Rebenaque) y todos los presentes (?adolescentes y adultos!) corearon el estribillo de La flaca.
El nuevo espacio, a tiro de piedra de lo que ser¨¢ la plaza del F¨°rum, se mostr¨® estupendo para actuaciones rockeras. La amplificaci¨®n era buena y suficiente como para abarcar los cruces de calle cercanos, se pod¨ªa circular con comodidad y hasta la Guardia Urbana dejaba reposar en el c¨¦sped. La bondad atmosf¨¦rica contribuy¨® a redondear un acierto. Francesc Fabregat, director municipal de fiestas, no ocultaba su satisfacci¨®n: 'No hemos tenido un espacio as¨ª desde que perdimos la recta del estadio'. Una afirmaci¨®n cierta pero que, en buena ley, s¨®lo deber¨ªa poder aplicarse este a?o y el pr¨®ximo, ya que para entonces la nueva plaza del F¨°rum, sobre el papel mayor y m¨¢s c¨®moda, deber¨ªa ser el sustituto natural del imborrable recuerdo de la recta de Montju?c.
Mientras, Pau Don¨¦s coronaba su concierto y el p¨²blico segu¨ªa llegando hasta Diagonal Mar a pesar de la hora. En la plaza de Sant Jaume, totalmente abarrotada, el grupo Milladoiro presentaba p¨²blicamente su ¨²ltimo disco. La veterana formaci¨®n gallega demostr¨® tanta profesionalidad como entusiasmo logrando contagiar a los presentes all¨ª una cierta euforia con sus mu?eiras y otros ritmos populares.
Circular entre la plaza de Sant Jaume y la de la Catedral pocos minutos antes de la una de la madrugada era un tarea tremendamente dificultosa por la densidad humana. Intentar entrar en la plaza del Rei, imposible. En las callejuelas del Barri G¨°tic, a diferencia de Diagonal Mar, dominaba la juventud. Ante la catedral iluminada los rumanos de la Fanfare Savale pon¨ªan a bailar a un p¨²blico tan joven como numeroso que se dejaba llevar por los contagiosos ritmos gitanos de metales y percusiones. Dos grandes pantallas de v¨ªdeo reproduc¨ªan los detalles del evento a ambos lados de la plaza permitiendo a los presentes gozar tambi¨¦n con la variedad de gestos y bailes de esta colorista formaci¨®n.
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