Jim¨¦nez se dio un atrac¨®n

Se hizo presente C¨¦sar Jim¨¦nez en Logro?o como invitado de excepci¨®n al convite de El Juli, que hab¨ªa exigido un torero por delante y otro por detr¨¢s. Finito, que abr¨ªa la mesa, mantuvo una actitud pasiva durante todo el banquete; el esperado protagonista estuvo ap¨¢tico en el primer plato y C¨¦sar Jim¨¦nez, que sabe muy bien lo que es degustar el toreo, se dio un atrac¨®n. El toro, que era un bomboncito, ten¨ªa dos pitones extenuantes. Sin embargo, el tercer hombre, el que apenas contaba en los pron¨®sticos, bord¨® el toreo. Su faena result¨® emocionante desde principio hasta el final. Empez¨® genuflexo y acab¨® sometiendo al toro con la mano izquierda, con la que dibuj¨® naturales de largos vuelos y singular parsimonia. Sus virtudes: el terreno que pis¨® y las distancias que generosamente ofreci¨® al morlaco. Fue capaz de mantener la emoci¨®n y se explay¨® como un torero a carta cabal, como un proyecto muy claro de figura.

El Juli no entendi¨® al segundo y se las vio con un sobrero de San Mart¨ªn de noble condici¨®n. Espoleado, firm¨® todo un largometraje en la que las tandas se suced¨ªan sin soluci¨®n de continuidad. Tore¨® unas veces despegado, en otras se ajust¨® m¨¢s, pero el temple fue la nota m¨¢s caracter¨ªstica de un trasteo en el que el diestro madrile?o no se quer¨ªa quedar sin postre. Lo m¨¢s triste vino de la mano de Finito de C¨®rdoba. Toda la tarde se mostr¨® sin sitio, inseguro y desganado, aunque los bocados que le ofrecieron los toros de Torrealta supieran a mel¨®n con jam¨®n.