Aproximaci¨®n al ideal jondo

Gran concierto el que nos brindaron Gerardo N¨²?ez y Carmen Linares. Los dos son artistas de primer rango, tienen inquietudes de ir siempre m¨¢s all¨¢ y poseen capacidad para hacerlo. Juntos han creado algunos de los temas m¨¢s hermosos que hemos o¨ªdo ¨²ltimamente en el flamenco.

En Un ramito de locura, t¨ªtulo del disco que hicieron juntos y del concierto que ofrecieron para la Bienal, las ton¨¢s iniciales, originales y con un acompa?amiento inusual, anuncian ya el prop¨®sito, no revolucionario pero s¨ª profundamente renovador. Despu¨¦s no dejar¨¢n de sorprendernos con esa belleza que es la Milonga del forastero, el conocido tema de Borges, o un t¨ªtulo de Vainica Doble por buler¨ªas. Otra de las m¨¢s sugestivas novedades es la poes¨ªa de Valente, que en las siguiriyas finales se dice primero con temple majestuoso y termina rapid¨ªsima y espectacular.

Antes Carmen hab¨ªa cantado unas siguiriyas m¨¢s tradicionales, rematadas por cabal, con grandeza impresionante. Fue, quiz¨¢s, el tema que m¨¢s esfuerzo le cost¨®, aunque debemos decir que en todo su recital se volc¨® a tumba abierta. Ah¨ª, y en alg¨²n otro tema, le acompa?¨® en solitario la guitarra de N¨²?ez, genial en todo momento, de verdadero ensue?o. Por soleares, por romeras, por tarantas, Carmen continu¨® su lecci¨®n de cante excelente, casi siempre con aires que parecen nuevos. Aunque hubo un par de temas convencionales.

He hablado del acompa?amiento de N¨²?ez. En el eje de un grupo del que fueron elementos imprescindibles el contrabajo de Mart¨ªn y las percusiones de Cepillo, maestros en lo suyo. Los dos formaron con N¨²?ez el tr¨ªo que desarroll¨® la primera parte del concierto, El color de la armon¨ªa, en que el guitarrista expuso algunos temas de su mejor m¨²sica. M¨²sica en la que hay efectivamente mucho color, pues no en vano N¨²?ez es uno de los compositores que m¨¢s ha hecho avanzar la m¨²sica flamenca en a?os recientes.