Las vidas de Ram¨®n J. Sender

He aqu¨ª la biograf¨ªa de Ram¨®n J. Sender que su amigo, paisano y meticuloso seguidor Jes¨²s Vived Mairal nos hab¨ªa prometido hace tiempo. Esta biograf¨ªa, tan larga como trabajosamente elaborada, es una suerte de monumento que clausura las actividades que rodearon el centenario de Sender en 2001.

La pregunta inicial ser¨¢ la de siempre: ?cu¨¢l es el lugar de Ram¨®n J. Sender en la historia de la literatura espa?ola reciente -o de siempre- dada la envergadura de su obra, la complejidad de la misma, y los m¨²ltiples interrogantes que su larga vida nos plantea? Una vida demasiado ajetreada, partida por la mitad tras la guerra civil y el exilio, pero que transcurri¨® desde su Huesca natal (Chalamera de Cinca entre el Somontano y los Monegros, pues Sender siempre se consider¨® aragon¨¦s e 'ilergete') por toda Espa?a, Marruecos, Francia, Europa, la URSS de entonces, M¨¦xico y Estados Unidos en su largo final, lo que le permiti¨® una vejez en apariencia tranquila pero siempre febril, de la que dej¨® testimonio en una densa bibliograf¨ªa que increment¨® con cuarenta nuevos t¨ªtulos en sus ¨²ltimos treinta a?os de vida, para fallecer en San Diego (California, Estados Unidos) de un ataque al coraz¨®n al borde de los 85 a?os, despu¨¦s de haberse casado tres veces.

Tras haber publicado 120 libros -de ellos m¨¢s de 80 de novelas y relatos-, todav¨ªa se le regatea su condici¨®n de narrador, cosa injusta

Sender ley¨® y escribi¨®, fue perio-

dista, militar en dos ocasiones, propagandista republicano enganchado a todas las causas -y sus contrarias- posregeneracionista juvenil, anarquista despu¨¦s y para siempre, compa?ero de viaje de los comunistas de los que se separ¨® violentamente, al fin honesto ciudadano norteamericano socialdem¨®crata y leal con el gobierno de su nuevo pa¨ªs hasta en medio de la guerra del Vietnam, de cuya legitimidad fue propagandista, el colmo, pues su vocaci¨®n era la de perder todas las guerras. Fue un escritor imparable que se compromet¨ªa en las causas a las que se acercaba, hosco, rebelde e indisciplinado, aunque todos hablan siempre sobre su honradez a toda prueba, su ternura y generosidad derrochadas con la que derram¨® su vida a manos llenas.

Un testigo tan cercano de su vida como Ildefonso-Manuel Gil se?alaba hace unos meses que en sus principios, en los a?os republicanos, Sender no 'contaba' como escritor, sino como un periodista y agitador pol¨ªtico influyente, a pesar de su amor por Valle-Incl¨¢n, de haber publicado 17 libros y ser premio Nacional de Literatura por M¨ªster Witt en el Cant¨®n, que ya era (y lo sigue siendo) una obra maestra. Esta maldici¨®n le persigui¨® toda su vida y le persigue todav¨ªa, pues tras haber publicado 120 libros -de ellos m¨¢s de 80 de novelas y relatos- todav¨ªa se le regatea su condici¨®n de narrador, cosa injusta pues pese a sus desigualdades y desequilibrios es no s¨®lo autor de una decena de grandes novelas, sino que todas son interesantes y en todas muestra una tensi¨®n y 'garra' de narrador total.

Para terminar el cap¨ªtulo de objeciones, est¨¢ la cuesti¨®n de las corrientes tan diversas que Sender ha seguido como escritor, que va de lo testimonial al realismo comprometido, de lo fant¨¢stico a lo aleg¨®rico, de lo on¨ªrico a lo hist¨®rico o al trascendentalismo final m¨¢s vagaroso.

Jes¨²s Vived Mairal, que lleva publicando sus investigaciones sobre Sender desde hace treinta a?os, es un sacerdote y periodista, que conoci¨® y se hizo buen amigo del escritor durante el primer viaje a Espa?a desde el exilio de este ¨²ltimo. Vived, por su parte, uno de los ¨²ltimos testigos y amigos de Sender que nos quedan, ha ido publicando sus trabajos, nos ha dado una edici¨®n de la obra teatral in¨¦dita La llave (2001) y prepar¨® sus Primeros escritos de periodismo juvenil en 1993, con lo que ahora, con esta biograf¨ªa, ha coronado su obra de toda una vida al servicio de la de su biografiado. Y lo ha hecho completando sus recuerdos, viajando por todos los escenarios, archivos hist¨®ricos y correspondencias, desde Mosc¨² hasta Estados Unidos, demostrando que se llev¨® mejor con los comunistas sovi¨¦ticos que con los espa?oles o manejando la correspondencia con Jos¨¦ Verg¨¦s (in¨¦dita) que completa la ya conocida con el director de la Agencia ALA, el ex trotskista tambi¨¦n oscense Joaqu¨ªn Maurin, que ya nos proporcion¨® en su d¨ªa Francisco Caudet. Vived lo cuenta todo, sin obviar lo m¨¢s ambiguo, como el conflicto con L¨ªster durante la guerra, sus complejas relaciones amorosas y familiares, las de ALA con la CIA o el encontronazo con Camilo Jos¨¦ Cela (que tanto hab¨ªa hecho por Sender en Papeles de Son Armadans) que un testigo de excepci¨®n, Camilo Jos¨¦ Cela, atribuye a los excesos alcoh¨®licos de la circunstancia. Todo ello con respeto, cuidado y cari?o a la vez, en este monumento de amor y objetividad que convierte esta primera gran biograf¨ªa de Ram¨®n J. Sender en un documento a la vez tan necesario como imprescindible.