El contubernio de la Corona
Escuchando las patri¨®ticas y un¨¢nimes soflamas de nuestros insignes l¨ªderes empresariales y portuarios acerca del contubernio socialista de Arag¨®n (la Corona de), urge sugerir a Joan Ignasi Pla que no salga m¨¢s de viaje sin pedirles permiso; a ellos, o a la mano que mece su confortable cuna, que tal vez fuera un procedimiento m¨¢s r¨¢pido y efectivo. Desde luego lo que el l¨ªder socialista no podr¨¢ decir es que no se lo han advertido reiteradamente: con tama?as frivolidades este antiguo y se?orial reino no har¨¢ m¨¢s que debilitarse. Cierto es, aceptan, que ¨¦ste perteneci¨® en otros tiempos a la susodicha Corona (la Historia es lo que tiene), pero tambi¨¦n es verdad que, desde Felipe V, ¨¦sta ya no sirve para otra cosa que no sea para incubar el germen del federalismo disgregador, servir de comparsa a los catalanes, y, sobre todo, para alejarnos a¨²n m¨¢s de ese din¨¢mico y prometedor eje de desarrollo Torrevieja-Cartagena, modelo indiscutible de crecimiento sostenible para Europa y el mundo.
Otra cosa muy distinta hubiera sido que Pla se reuniera con representantes reputados de la antigua Corona de Castilla, como Bono o Ruiz Gallard¨®n, que aunque no tan europeos, son mucho m¨¢s patriotas, hablan s¨®lo castellano y organizan mejor las bodas presidenciales. Pero no, el l¨ªder socialista tiene proclividad a irse hacia el norte, a encontrarse precisamente con quienes nos niegan el agua y amenazan con destruir nuestros puertos y ferias. Adem¨¢s, ?con el fr¨ªo que hace all¨ª (sobre todo en la parte de Teruel)!
Por supuesto, Francisco Camps, quien se va pareciendo cada vez m¨¢s a un peregrino del Camino de Santiago en el tramo final del recorrido, que a un candidato, se ha unido al coro de inmediato: cada vez que Pla se re¨²ne con Maragall sale perjudicada esta Comunidad, ha dicho; y la verdad es que alguna parte de raz¨®n debe tener, desde luego, porque desde el d¨ªa siguiente mismo del encuentro, la Bolsa de Valencia no ha dejado de bajar (anticipando la debacle de Wall Street), y los Verdes, de subir, para castigo de Stoiber, el dem¨®crata cristiano colega de Aznar. Est¨¢ siendo m¨¢s que evidente que el ministro de Trabajo, el cual sale ahora m¨¢s que antes (si cabe) en Canal Nou, nos sigue haciendo falta para sortear las crisis. Podr¨ªa hacerlo Olivas, puesto que en principio para eso est¨¢, pero no puede, el pobre, porque a ¨¦l no le sacan casi nada en la tele, y, claro, as¨ª no puede uno comunicarse con el pueblo.
En fin, que menos mal que algunos l¨ªderes empresariales se ocupan de velar por nuestros intereses, porque de todos es sabido que la Comunidad Valenciana jam¨¢s ha salido perjudicada por la ausencia clamorosa de proyectos estrat¨¦gicos empresariales (que no sean aqu¨¦llos que cuelgan de la arbitrista voluntad de su jefe pol¨ªtico); tampoco por la sistem¨¢tica ca¨ªda en el peso relativo de nuestras exportaciones y de su tasa de cobertura; ni, claro est¨¢, por la colmataci¨®n de nuestro eje tur¨ªstico costero; por supuesto a¨²n menos por la tendencia manifiestamente a la baja de los presupuestos dedicados a actividades productivas (o sea, a ellos mismos); ni por la irrelevancia del peso de nuestros patronos en la CEOE; naturalmente tampoco por la evidente desvertebraci¨®n regional de empresariales y c¨¢maras, que siguen siendo reinos de taifas provinciales a pesar de los rimbombantes nombres con los que se adornan (Cierval, Consejo Regional de C¨¢maras, etc.). Nada que decir del lamentable desinter¨¦s por el fortalecimiento del eje mediterr¨¢neo-norte que nos une con Europa, a trav¨¦s de Arag¨®n y Catalu?a; ni siquiera por la p¨¦rdida de peso de nuestra econom¨ªa respecto de la del Valle del Ebro y otras zonas de Espa?a; ni por el rid¨ªculo y vergonzante gasto en I+D; ni por un intervencionismo pol¨ªtico en la econom¨ªa que para s¨ª hubiera querido el mism¨ªsimo Suances; ni por un endeudamiento m¨¢s propio del viejo socialismo estatalizante que del liberalismo centrista del que hacen gala; ni, en fin, por el papanatismo provinciano de unos representantes empresariales m¨¢s preocupados por la supervivencia en el cargo y los planes urban¨ªsticos que por los verdaderos asuntos que afectan a los empresarios (los de verdad).
Nada de todo eso. Si la Comunidad Valenciana sale perjudicada por algo es, sencillamente, porque Pla se re¨²ne, de vez en cuando, con los l¨ªderes socialistas de los territorios de la antigua Corona de Arag¨®n, para abordar asuntos comunes. Vamos ?como si nosotros tuvi¨¦ramos alg¨²n asunto en com¨²n con ellos!
Y es que el principal problema de los socialistas valencianos es que no se enteran. Ya ver¨¢n como luego, encima, querr¨¢n ganar las elecciones.
Andr¨¦s Garc¨ªa Reche es profesor titular de Econom¨ªa Aplicada de la Universidad de Valencia.
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