Los estadounidenses queremos la paz
Me siento alarmada al leer algunos art¨ªculos que pretenden comunicar la opini¨®n de los estadounidenses a sus lectores. No es verdad que todos apoyamos al presidente, ni mucho menos. No se pueden creer encuestas publicadas por medios, partidos pol¨ªticos u organizaciones con sus propias agendas e intereses.
En primer lugar, recuerden, por favor, que no elegimos a este presidente. Ha llegado a la Casa Blanca gracias a un fraude cometido en el Estado de Florida y las influencias del Partido Republicano en la Corte Suprema. (Para m¨¢s detalle, v¨¦ase el libro Stupid White Men, que ha estado en la lista de best-sellers del New York Times).
En segundo lugar, para saber lo que los estadounidenses piensan de verdad, hay que hablar con la gente real de este pa¨ªs. El otro d¨ªa, en el show de Diane Rhem en la radio nacional p¨²blica en Washington, DC, en el programa se trataba del 'asunto de Irak'. Este programa, con m¨¢s de 100.000 oyentes diarios, recibe llamadas de todas partes del pa¨ªs. En ese programa, de una hora de duraci¨®n, no hab¨ªa ninguna llamada de ninguna persona que est¨¦ a favor de cualquier ataque contra Irak.
Me preocupa mucho pensar que nuestras verdaderas opiniones, encima de no llegar a 'nuestro' presidente, tampoco llegan a la prensa espa?ola.
Por favor, hablen con gente real, al corriente e inteligente, sin presumir de saber lo que opinamos o sentimos bas¨¢ndose en notas de prensa o encuestas que jam¨¢s abarcar¨¢n las opiniones de todos los que estamos angustiados por lo que vimos y vivimos: un pa¨ªs liderado por un presidente no elegido, pidiendo el derecho de declarar la guerra sin la aprobaci¨®n del Congreso o del pueblo, un hombre que ¨²ltimamente apenas puede contar sus propios chistes sin equivocarse.
Por favor, no presuman ustedes tambi¨¦n de saber lo que pensamos sin hablar con los que no estamos de acuerdo con el Ejecutivo de nuestro pa¨ªs en este asunto; que somos muchos.
No conozco personalmente a nadie que est¨¦ a favor de atacar a Irak. Seguramente en el proceso de ejercer su trabajo de periodismo y cumplir con el compromiso impl¨ªcito en este trabajo de comunicar la verdad a trav¨¦s de la perspectiva m¨¢s amplia posible, por fuerza, tienen que encontrarse con nosotros, la gente real que los encuestadores siempre olvidan por sus propias razones.
Por lo menos, que esta carta haga constar que hay muchas (hablo de millones) personas en y de Estados Unidos que queremos solamente una cosa: paz, paz y paz.
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