D¨ªa 2, buffet libre
Y es que hoy, segundo d¨ªa del Congreso del Partido Popular, no era un d¨ªa de men¨². Era de entrar y salir, de picar y dejar, de nuevos platos en forma de nombramientos y, de vez en cuando, alg¨²n condimento m¨¢s fuerte como en el caso de Rato.
Las cuatro ponencias presentadas se parec¨ªan a los prospectos de los medicamentos. Describ¨ªan primero todos los males que se pueden padecer y que se sufr¨ªan en otros tiempos, para despu¨¦s describir los efectos curativos de la receta. Bastaba con escucharlos para sentirse en plenas facultades. Tomados al pie de la letra y en conjunto, el futuro que nos esperaba era una org¨ªa an¨¢rquica de bienestar generalizado. Claro que no mencionaban ni los efectos secundarios, ni las interacciones que se pueden producir entre las f¨®rmulas aplicadas, las econ¨®micas por poner s¨®lo un ejemplo. La oratoria discurri¨® desde un Font de Mora que bordeaba el exceso hasta Alicia de Miguel que se quedaba escasa.
Los frecuentes aplausos provocaban, por un extra?o mecanismo, la subida de luz en la sala. Cuantos m¨¢s aplausos, m¨¢s luz, hasta el punto que uno queda totalmente condicionado. Ahora, cuando enciendo la luz de mi casa, oigo aplausos y tengo que apagarla de inmediato. Ya pasar¨¢, cuesti¨®n de tiempo.
Rato se acerc¨® m¨¢s a la conferencia que al discurso. Racional, anal¨ªtico y eficaz. Ofreci¨® un repaso de todas las materias pol¨ªticas, contraponiendo el progresismo, que entend¨ªa con ideales pero sin recetas, frente a un reformismo que se supone, aunque no lo dijo, con recetas pero sin ideales. Lo cual tampoco tiene sentido. Hasta me pareci¨® entender que el decretazo es negociable, algo que pertenec¨ªa al ¨¢rea de Zaplana. Demostr¨® que pod¨ªa ser un buen candidato, pero estaba m¨¢s interesado en hacer ver que ten¨ªa la pol¨ªtica en la cabeza en lugar de conseguir las emociones de los militantes. Sabe estar, pero no parece tener esperanzas.
Despu¨¦s de una nota de color del presidente europeo, del mismo color pero con distinto acento, se present¨® una sola candidatura para la nueva ejecutiva. Muchos nombres y muchos aplausos. Seg¨²n parece, cierta renovaci¨®n generacional en los puestos claves, a mitad de camino entre Camps y Zaplana, es decir, de transici¨®n.
Y despu¨¦s, el discurso del candidato, Eduardo Zaplana, que entr¨® afectivo, valor¨® gestiones y repiti¨® faena. Hora de retirarse para hacer la digesti¨®n, algo pesada de tanta variedad y quiz¨¢ poco nutritiva. Ma?ana habr¨¢ que ayunar un poco para saborear mejor el ambiente y los discursos de cierre, que marcar¨¢n de forma casi definitiva el estilo de los nuevos personajes. Hasta puede que hablen de pol¨ªtica, ya veremos.
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