La Universidad de Nevada recopila la historia oral de la emigraci¨®n vasca a EE UU
Parte del material recogido se muestra en el sitio del Centro Cultural Vasco de Idaho en Internet
Una web del Centro de Estudios Vascos de la Universidad norteamericana de Nevada, en Reno, y el Museo y Centro Cultural Vasco de la ciudad de Boise (Idaho) recoge Los recuerdos de los vascos que emigraron a Estados Unidos
Los recuerdos de los vascos que emigraron a Estados Unidos, a Idaho en particular, est¨¢n recogidos en una web. El Centro de Estudios Vascos de la Universidad norteamericana de Nevada, en Reno, y el Museo y Centro Cultural Vasco de la ciudad de Boise (Idaho) est¨¢n haciendo un paciente trabajo de recopilaci¨®n de los testimonios orales de estos inmigrantes, sobre por qu¨¦ se fueron de su pa¨ªs, c¨®mo se acomodaron en Estados Unidos...
Gloria Totoricag¨¹ena es un miembro del equipo de profesores encargados de la tarea. 'En el Centro de Estudios Vascos, tenemos unas 200 entrevistas con vascos de primera generaci¨®n. En Boise, tenemos unas 400. En San Francisco hay unas 50, y en otras comunidades estamos empezando. Seguimos en la tarea de entrevistar a los emigrantes primero, y despu¨¦s seguiremos con la primera generaci¨®n de nacidos en Estados Unidos'.
Fiebre del oro
La emigraci¨®n vasca no se desparram¨® por todos los estados. Seguramente porque es m¨¢s acogedor ir adonde ya hay alguien de tu pueblo, la zona de Idaho fue la predilecta. En Boise, actualmente, viven unas 15.000 personas de origen vasco. Totoricag¨¹ena explica que en las distintas biograf¨ªas de los emigrantes pueden rastrearse razones econ¨®micas, sociales y pol¨ªticas a la hora de hacer las maletas y marcharse de su tierra.
'Empez¨® con la fiebre del oro cuando los vascos de Argentina, Chile y Uruguay se trasladaron de su primer pa¨ªs de inmigraci¨®n, al nuevo, California. Despu¨¦s se involucraron en el trabajo agr¨ªcola y ganadero, y de ah¨ª al lanar particularmente. La emigraci¨®n en cadena hizo que los t¨ªos llamasen a los sobrinos, y un hermano, a otro hermano...'. Cuando un vasco se iba al Oeste norteamericano, 'estaba casi seguro de poder encontrar a alguien de su propio pueblo, o de los alrededores. Se ayudaron uno al otro y una a la otra. Las entrevistas de las mujeres tambi¨¦n nos ofrecen una visi¨®n menos nublada de c¨®mo era la vida cotidiana', c¨®mo se manten¨ªa la familia y las relaciones entre familias en Estados Unidos y con las que hab¨ªan permanecido en su tierra.
Los promotores de esta historia oral topan con las mismas facilidades y dificultades de otras experiencias similares. Desde quien no comprende el inter¨¦s que pueda tener para un universitario recoger con una grabadora el relato de su peripecia personal a quien entiende que su testimonio puede ayudar a explicar un determinado hecho social.
'Les explico todo el proyecto y que no s¨®lo se trata de Estados Unidos sino de todas las comunidades en el mundo. La di¨¢spora vasca no siempre tiene una connotaci¨®n negativa como la armenia o la jud¨ªa. Est¨¢ tambi¨¦n la di¨¢spora griega, mediante la que se dispersaron en t¨¦rminos de colonizaci¨®n, la china, la coreana, la rusa, etc. Conocer sus vidas despu¨¦s de la experiencia de inmigraci¨®n nos demuestra sus conexiones con Euskal Herria , el mantenimiento de su identidad vasca, y c¨®mo se desarrolla una nueva identidad vasco-americana'.
Seg¨²n Totoricag¨¹ena los que participan en el trabajo -'que son casi todos'- no lo hacen para recrearse en la nostalgia, sino para apoyar al proyecto y para participar en la construcci¨®n de la historia de sus comunidades vascas. 'Entienden que los testimonios personales son los mejores datos e im¨¢genes de la emoci¨®n, la psicolog¨ªa, el trauma y la crisis de la experiencia que es ser inmigrante. Hay una visi¨®n err¨®nea. Se dice que los vascos que emigraron a Estados Unidos encontraron trabajo f¨¢cilmente, sin problemas, sin prejuicios, y que se adaptaron sin m¨¢s. No es verdad, y con los testimonios tenemos las pruebas. Por eso es tan importante recogerlos con urgencia, mientras esa generaci¨®n vive y recuerda los detalles'.
El proyecto, de d¨¦cadas, no tiene un presupuesto cerrado. De hecho, surgi¨® de manera informal.
'Son miles de horas de entrevistas, miles de horas de escuchar, digitalizar y catalogar la informaci¨®n, miles de horas de escanear fotos y documentos...'. En ¨¦l han trabajado muchos voluntarios y ahora cuentan con la ayuda del Gobierno vasco. Esta ayuda consiste en 'organizar, facilitar, comunicar, dirigir en algunos casos, y tambi¨¦n financiar una parte de los proyectos'.
Ikastola en Boise
Gloria Totoricag¨¹ena cuenta que el euskera est¨¢ vivo en estas comunidades de emigrantes.
'Lo fenomenal es estar en una fiesta vasca en Elko, Nevada, y escuchar como una de Aldudes habla con una de Lekeitio, todo en euskera. Hay mucha gente de primera generaci¨®n nacida en Estados Unidos que habla euskera e ingl¨¦s, pero no franc¨¦s ni castellano. En Boise hay una ikastola con unos 25 alumnos, incluyendo cuatro que no son de herencia vasca', comenta por correo electr¨®nico. Para personas mayores y estudiantes se imparten cursos, tanto presenciales como virtuales.
Recuerdos grabados
Oroitzapenak significa en vasco 'memorias' y as¨ª se encabeza el sitio en Internet donde es posible consultar los testimonios de las personas entrevistadas.
La web no recoge la grabaci¨®n ¨ªntegra. Ofrece un resumen de la misma, minutado y con explicaci¨®n de lo que contiene. De cada entrevistado se publican unos pocos minutos de grabaci¨®n y algunas fotos familiares. Navegando por este abecedario de vidas se encuentran relatos de todo tipo.
Jos¨¦ Ram¨®n recuerda, por ejemplo, como su padre, Seberiano, tras pasar cuatro a?os en las c¨¢rceles franquistas, intent¨® ganarse la vida como transportista. 'Molestado constantemente' por la Guardia Civil, el negocio no prosper¨® y, cuando Jos¨¦ Ram¨®n ya ten¨ªa 10 a?os, Seberiano y su esposa decidieron emigrar a Idaho, donde un t¨ªo les ayud¨® a encontrar trabajo en un rancho.
Andr¨¦s, de una familia vizca¨ªna de 13 hermanos, conoci¨® a uno de ellos, Jos¨¦, cuando lleg¨® a Idaho, donde ¨¢quel se hab¨ªa instalado varios a?os antes.
A Juan, cuando lleg¨® a Estados Unidos, tambi¨¦n le esperaba su hermano, que ya era propietario de un rancho. A Juan, sin embargo, no le gustaron las tareas agr¨ªcolas y se busc¨® otros trabajos. En 1942 se hizo ciudadano norteamericano.
No todo, sin embargo, son argumentos rurales. Coro y su marido emigraron en 1972 y ahora ella ense?a espa?ol, franc¨¦s y lat¨ªn en una escuela Montessori. Carmen, que naci¨® en 1924 en Oreg¨®n s¨®lo o¨ªa vasco en su casa. Tanto es as¨ª que cuando lleg¨® al colegio tuvo algunas dificultades con el ingl¨¦s. A pesar de haber nacido en Estados Unidos, Carmen es un miembro activ¨ªsimo de la comunidad vasca de Boise.
Y as¨ª hasta m¨¢s de 200.
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