La propuesta de Ibarretxe

Quiero manifestar cuatro premisas sobre Euskadi.

Primera: no se puede plantear un debate sobre la autodeterminaci¨®n cuando quienes est¨¢n contra la autodeterminaci¨®n son amenazados y asesinados.

Segunda: un hipot¨¦tico proceso de actualizaci¨®n de los derechos hist¨®ricos debe ser consociativo y transversal, es decir, debe ser concertado entre los partidos vascos nacionalistas y los constitucionalistas. El esp¨ªritu de un pacto plural entre vascos.

Tercera: emprender un camino de reforma con menos respaldo pol¨ªtico y parlamentario del que en su d¨ªa dio fruto al Estatuto de Gernika no contribuye a la cohesi¨®n social de Euskadi. Fragmenta y no construye un pa¨ªs mejor.

Y cuarta: respeto al procedimiento de reforma estaturia y a la aprobaci¨®n por las Cortes Generales de la misma por mayor¨ªa absoluta previa a la ratificaci¨®n por refer¨¦ndum de los ciudadanos vascos. Art¨ªculo 46.1 c) del Estatuto de Gernika.

Me gustar¨ªa conocer qu¨¦ pensar¨ªa el ex lehendakari Ardanza de estas cuatro premisas.- Antonio Manuel Hidalgo Santos. M¨¦rida.

Estimado Ram¨®n J¨¢uregui, dice usted (EL PA?S, 1-9-2002) que el lehendakari parte del deseo de s¨®lo la mitad de la poblaci¨®n a la hora de construir su alternativa a la situaci¨®n actual. Que esa alternativa obliga a los que no est¨¢n de acuerdo con ella a admitirla o a marcharse. Puede ser cierto, desde luego, desde una perspectiva 'no nacionalista', pero puede no ser cierto.

Dice que se plantea un di¨¢logo que no es tal, porque algunos est¨¢n amenazados, y, como tales, no est¨¢n en disposici¨®n de defender aquello que realmente quieren u opinan para Euskadi. Tambi¨¦n est¨¢ en lo cierto.

Ahora bien, su propuesta no deja de ser tan 'tramposa' como la del lehendakari, pues al fin y al cabo el modelo estatutario actual, como usted afirma en sentido contrario, no lo quiere m¨¢s que la mitad de la poblaci¨®n.

Es exactamente la misma trampa que usted hace en su art¨ªculo. Sin embargo, la mitad nacionalista, como muy bien apuntan desde el Gobierno central y sus adl¨¢teres judiciales, puede reivindicar lo que quiera, pero sin derecho ni oportunidad de lograrlo. A este respecto, y por desgracia, ni el PSOE ni el PSE-EE le dan respuesta, no tienen una soluci¨®n mejor. Su soluci¨®n es 'que se quede todo como est¨¢', aunque la violencia persista y la mitad del Pa¨ªs Vasco no est¨¦ de acuerdo con la actual situaci¨®n pol¨ªtico-jur¨ªdica.

Un par de cuestiones diferencian a ambas trampas.

La primera, que al final ser¨¢ la sociedad la que decida. Ahora podr¨¢ responder que Euskadi ya decidi¨® en la transici¨®n. Usted quiz¨¢ lo hizo, pero ni sus hijos ni yo mismo lo hicimos. Yo no he escogido la situaci¨®n actual, nadie me ha preguntado si quiero un Estado centralizado, una autonom¨ªa o un Trevi?o burgal¨¦s.

Ahora tendremos la oportunidad de hacerlo libremente. ?O es que acaso en las ¨²ltimas elecciones la gente no fue a votar con m¨¢s libertad que nunca?

?Por qu¨¦ vot¨® tant¨ªsima gente en un estado de excepci¨®n? Lo mismo ocurrir¨¢ en un hipot¨¦tico refer¨¦ndum.

La segunda diferencia estriba en que la situaci¨®n actual no ofrece soluci¨®n a la violencia (tanto usted como yo lo sabemos), al menos en un plazo corto de tiempo, mientras que la 'trampa' de Ibarretxe por lo menos sondea posibles soluciones a su falta de libertad.

Yo a¨²n no s¨¦ lo que votar¨¦ en el refer¨¦ndum, pero habr¨¦ sido yo quien haya decidido el pa¨ªs en el que quiero vivir, ni usted ni mis antecesores.

Porque tan obligados estuvieron en la transici¨®n los nacionalistas a aprobar las propuestas que se le planteaban, aunque no estuvieran del todo de acuerdo, por miedo a un nuevo Franco, como lo pueden estar ahora los 'no nacionalistas'.

Un esfuerzo por integrar el verdadero ser del PSE-EE, cada vez m¨¢s asimilado por IU-EB.