Cien a?os de un poeta
La vida y la obra de Rafael Alberti (1902-1999) recorren todo el siglo XX en el sentido literal del t¨¦rmino. Pocos escritores o intelectuales espa?oles pueden servir tan a la perfecci¨®n como Alberti de hilos conductores de una centuria salpicada de revoluciones, de guerras, de dictaduras, de restauraci¨®n democr¨¢tica y, por encima de todo, de una cultura obligada a tomar partido, a comprometerse con un pa¨ªs y con su ¨¦poca. Nacido y fallecido en el gaditano Puerto de Santa Mar¨ªa, Alberti no s¨®lo transit¨® por innumerables etapas hist¨®ricas, sino tambi¨¦n por variados g¨¦neros literarios y art¨ªsticos. Su curiosidad insaciable y sus ansias de proyecci¨®n p¨²blica llevaron a Rafael Alberti a convertirse en autor de teatro, en memorialista, en poeta y todo ello sin olvidar su nada desde?able faceta como pintor y dibujante.
No hay, por tanto, un solo Alberti, y la figura portentosa del escritor se desgaja en un aut¨¦ntico poliedro creativo. Desde la poes¨ªa juvenil de Marinero en tierra, con la plasticidad y la musicalidad de sus versos y con met¨¢foras originales; desde su pertenencia a la generaci¨®n del 27 hasta un anciano, pero vital, Alberti de los recitales po¨¦ticos de los a?os ochenta, desfilan un escritor alineado con la Rep¨²blica, un intelectual exiliado en Roma, un diputado comunista de las Cortes Constituyentes de 1977 o un pigmali¨®n de varias generaciones de poetas.
Tal vez la trayectoria pol¨ªtica de Alberti o sus avatares matrimoniales eclipsaron en sus ¨²ltimos a?os de vida una fecunda obra, que excepcionalmente no termin¨® con las balas franquistas como Federico Garc¨ªa Lorca ni con las amarguras del exilio como Luis Cernuda. Como superviviente por excelencia de la generaci¨®n del 27, Rafael Alberti se convirti¨® en memoria viva de sus compa?eros al tiempo que se adaptaba, art¨ªstica y vitalmente, a unos tiempos que ya ten¨ªan muy poco que ver con la Espa?a de los a?os veinte, con la edad de plata de la cultura espa?ola. Pero ni su longevidad ni su militancia comunista, ni tan siquiera su dispersi¨®n de g¨¦neros, pueden hacer olvidar que, sobre todo, Rafael Alberti fue un excelente poeta. Todav¨ªa se podr¨ªa ir m¨¢s all¨¢, porque Alberti tuvo una visi¨®n po¨¦tica del mundo y de la vida, una facilidad pasmosa para retratar en im¨¢genes po¨¦ticas sentimientos, ideas y paisajes. A trav¨¦s del surrealismo, del realismo social o de los experimentalismos, la trayectoria de Alberti resulta esencial para seguir la poes¨ªa espa?ola de todo un siglo. La poes¨ªa y la vida. Porque el escritor gaditano fue un poeta desde su infancia en las playas del Puerto de Santa Mar¨ªa hasta su muerte, ya casi centenario, frente al mismo mar que lo vio nacer.
A las celebraciones que se preparan ya en Andaluc¨ªa y en el resto de Espa?a se suma ahora la reedici¨®n de sus libros. Una invitaci¨®n para acercarse al gran escritor gaditano.
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