'Pap¨¢ Haydn ten¨ªa mucho sentido del humor'
Haydn, el abuelo, Haydn, el paradigma del clasicismo, de las buenas maneras, de la alta cultura. Su figura form¨® un eje alrededor del cual bailaron Mozart, Beethoven y Schubert, que con ¨¦l fueron la cuadrilla vienesa que sent¨® las bases de la m¨²sica cl¨¢sica y el romanticismo. Haydn fue el m¨¢s longevo, naci¨® en 1732 y muri¨® en 1809, por eso le llamaban Pap¨¢ Haydn y por eso adquiri¨® un ¨¢urea de formalidad que eclips¨® un tanto su modernidad y su vitalidad. Ahora, el 22 de octubre, concretamente, llega a Madrid Ren¨¦ Jacobs (Gante, B¨¦lgica, 1946), m¨²sico revitalizador del barroco y sus huellas para reivindicar la frescura del m¨²sico, su riesgo y su guasa: 'Pap¨¢ Haydn ten¨ªa mucho sentido del humor', dice.
Jacobs har¨¢ Las estaciones con la Orquesta Barroca de Friburgo y el Coro de C¨¢mara Frias en el Auditorio Nacional de Madrid dentro del brillante ciclo Los Conciertos de la Tradici¨®n. Este buscador incansable, de pelo rizoso y aspecto de ni?o malo, empez¨® su carrera como m¨²sico cantando de contratenor. Pero ahora se ha convertido en un referente en la direcci¨®n de orquesta -'nunca me plante¨¦ que llegar¨ªa a dirigir tanto', dice-, destacando en barroco y, concretamente, en la ¨®pera veneciana, los madrigales, sobre todo en Haendel y ahora, poco a poco, en Mozart.
Habr¨¢ sorpresas en su versi¨®n de Las estaciones. Ser¨¢ m¨¢s arriesgada de lo normal, aunque menos espectacular de lo que fue concebida: 'Haydn cort¨® su propia obra ante el estreno. Nosotros hemos recuperado esas partes porque musicalmente es lo m¨¢s interesante y novedoso. Precisamente creo que prescindi¨® de ello porque sol¨ªa hacer sus oratorios con 180 int¨¦rpretes y todos los m¨²sicos no estaban preparados para afrontar las partes de mayor riesgo'.
No promete grandiosidad. Dirigir¨¢ a 74 int¨¦rpretes, 42 instrumentistas y 32 cantantes, pero no rehuir¨¢ ninguna de la gama de estilos que forman Las estaciones: 'Haydn emplea gran diversidad de estilos para componer la obra. Desde elementos c¨®micos a fugas, como la de Los borrachos, que entra con brillantez en la fiesta del vino de El oto?o', cuenta.
La modernidad se da tambi¨¦n en la introducci¨®n ca¨®tica de El invierno. 'Va en la direcci¨®n que luego tomar¨ªa Schubert para su Winterreise' o sus sinfon¨ªas, se adelanta', asegura Jacobs por tel¨¦fono desde Par¨ªs, una de las pocas ciudades europeas donde ha interpretado su versi¨®n de Las estaciones, adem¨¢s de Berl¨ªn, Bruselas y Madrid.
La clave para Haydn est¨¢ en buscarle un jugo vital que algunos no le exprimen. 'Cuando no se hace bien puede ser muy aburrido, aburguesado y ¨¦l no era as¨ª. Tenemos una idea equivocada, estaba lleno de sentido del humor, influenciado por g¨¦neros como la ¨®pera c¨®mica francesa de su ¨¦poca', asegura. Y rebosaba sensibilidad: 'Pintaba la m¨²sica con los sonidos de la naturaleza. Desde las cacer¨ªas a los sonidos de los pollos imitados por oboes, que se asemejan a Stravinski'.
Lo malo es que la historia es cruel y compara. 'Haydn ha estado oscurecido por la nube de Mozart, adem¨¢s no tuvo la ventaja rom¨¢ntica de morir joven'. Pero tambi¨¦n es cierto que su magisterio fue idolatrado por los colegas: 'Mozart, Beethoven, Schubert, Rossini, le adoraban'.
Tanto como Haydn adoraba a los barrocos, unos creadores que hoy cuentan con buena salud, a juicio de Jacobs, uno de los nuevos popes de ese estilo. 'Magn¨ªfica salud. Creo que es por la improvisaci¨®n. En la m¨²sica barroca hay m¨¢s margen para ello y por tanto para las sorpresas en los conciertos que en la m¨²sica del XIX. El esp¨ªritu de aventura lo salva'.
Y este esp¨ªritu est¨¢ muy pre-
sente en Haendel, m¨²sico en el que Jacobs se ha convertido en una especie de mago, desde que grabara una versi¨®n espectacular, para muchos la mejor que ha existido nunca, de la ¨®pera Giulio Cesare. Despu¨¦s siguieron Agrippina, Rinaldo, u oratorios como Jephtha, que interpret¨® Jacobs la pasada Semana Santa en Cuenca con ese estilo ¨²nico de escenificaci¨®n musical que le da a la m¨²sica solemne, de dramaturgia del sonido elocuente, apabullante, que imprime en sus conciertos. 'Para m¨ª, Haendel es grandioso por su sentido del drama, es maduro, profundo, nunca dejo de descubrir cosas en ¨¦l. Es precisamente cuando recurro a sus contempor¨¢neos, cuando hago m¨²sica de compositores que vivieron en su misma ¨¦poca cuando me doy cuenta de lo grande que fue, por comparaci¨®n'.
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